El PP culpa a Félix Bolaños del giro de 180 grados de Feijóo en la negociación del CGPJ. El líder popular afirmó que el fin de las conversaciones con el Gobierno se debía a la voluntad de Sánchez de rebajar el delito de sedición apenas 48 horas después de que la secretaria general, Cuca Gamarra, desligara una cosa de la otra. Desde Génova explican que la posición del partido fue esa hasta el jueves porque el ministro de Presidencia aseguró en todo momento a Esteban González Pons que esa modificación del Código Penal no iba a llevarse a cabo: "Nos ha engañado".
Ese es el balance que hacen desde el entorno de Feijóo de unos días de intensas negociaciones con el Gobierno que han acabado de la peor forma para el líder del PP. En Génova consideran ahora que Moncloa se la ha jugado y que nunca existió voluntad de cerrar un acuerdo con las condiciones acordadas con el partido: "El pacto era tan bueno, que han hecho todo lo posible para reventarlo".
Las fuentes consultadas por Vozpópuli admiten que existían aún algunos flecos a finales de la semana pasada, pero todo empezó a torcerse a partir del lunes, cuando El País publicó que el Gobierno se abría a reducir a la mitad la pena de sedición. Desde entonces, las conversaciones entre Pons y Bolaños entraron en otro terreno, y el PP confió en la palabra del ministro de Presidencia, finalmente "desmentido por el propio Pedro Sánchez".
Bolaños y el "ruido mediático"
Desde Génova explican a este diario que, desde el primer momento, el PP pidió explicaciones a Bolaños. Su respuesta no parecía dejar lugar a dudas: "Nos dijo que la reforma del Código Penal era mero ruido mediático. Y le creímos".
Por eso motivo, el partido desvinculó esa cuestión de las conversaciones con el Gobierno para renovar el CGPJ: "Son dos cuestiones distintas y en las que el PP tiene un papel diferente", aseguró Cuca Gamarra en una entrevista concedida en Espejo Público el martes.
Desde el Ejecutivo, sin embargo, se seguía filtrando que la rebaja del delito de sedición se estaba estudiando. Bolaños, por su parte, continuaba con su discurso y en el Partido Popular se convencieron de que esa reforma del Código Penal era únicamente un asunto que movían ministros concretos del Gobierno, como Pilar Llop y Fernando Grande-Marlaska.
"Mintió hasta el final"
El jueves, marcado en rojo tanto por el Gobierno como el PP como el primer día de la "recta final" para alcanzar un acuerdo, Alberto Núñez Feijóo y Esteban González Pons se 'desayunaron' unas nuevas declaraciones, esta vez de Pedro Sánchez, abriéndose de forma clara a esa reforma. El vicesecretario institucional del partido vuelve a contactar con Bolaños: "Le dijimos que si eso seguía adelante, nosotros nos bajábamos, pero nos respondió que no".
Horas después, María Jesús Montero aseguró en el Congreso que el objetivo del Gobierno era llevar la rebaja de la sedición a la Cámara Baja. Unas afirmaciones que fueron desmentidas, de nuevo, por Bolaños: "Aseguró que pediría rectificar a la ministra".
La titular de Hacienda, efectivamente, se retractó de sus palabras, pero la tranquilidad en el PP duró poco: "Nos llegó que Sánchez, en el avión de vuelta a España, había reconocido a los periodistas su intención deponer en marcha la reforma del Código Penal que exigida por Esquerra".
Sánchez le dijo a Feijóo lo que Bolaños había negado hasta el final. Y ahí es cuando acaba toda posibilidad de acuerdo
Es en ese momento cuando el PP empezó a trasladar que las conversaciones podían romperse y Feijóo llamó a los presidentes autonómicos del partido, a los líderes regionales y a integrantes del comité de dirección para comunicarles el nuevo escenario.
Finalmente, a las seis y media de la tarde, Sánchez confirmó por teléfono al líder de la oposición sus planes: "Sánchez le dijo a Feijóo lo que Bolaños había negado hasta el final. Y ahí es cuando acaba toda posibilidad de acuerdo".
Los nombres, ya acordados
Desde el PP admiten que la apuesta del Gobierno por rebajar el delito de sedición ha dado al traste con un pacto que estaba muy avanzado, aunque no cerrado como quería transmitir Moncloa el día en el que todo saltó por los aires.
El documento que ambas partes habían negociado estaba ya totalmente redactado y solo había debate por uno de los párrafos: "Había problemas con la literalidad del párrafo en el que se hablaba del sistema de elección de los jueces", porque los populares querían que se especificara más la participación de los magistrados en la elección de los vocales al CGPJ.
Como solo existía ese escollo en el texto, Félix Bolaños y Esteban González Pons ya estaban ultimando, también, la lista de nombres para el nuevo Consejo General del Poder Judicial. Desde el Ejecutivo, de hecho, deslizan que ambos negociadores tenían dos listados cada uno, con "diez vocales titulares y diez suplentes".
Una documento y unas listas que, sin embargo, volverán a ser guardados en un cajón: "Parece imposible cualquier acuerdo en lo que queda de legislatura".
