La candidatura de Yolanda Díaz a la presidencia del Gobierno va camino de reventar todos los puentes entre los socios de coalición que cohabitan Moncloa. Se palpa la tensión. El núcleo duro del presidente, Pedro Sánchez, está haciendo la cuenta de la lechera con Sumar, ya que considera que el lanzamiento de la marca de la ministra de Trabajo está movilizando al electorado progresista que tanto necesita el líder del PSOE para reeditar el Ejecutivo.
Es más, el búnker monclovita ve con buenos ojos la disputa entre la vicepresidenta y Podemos, porque implica tensionar a los votantes de izquierdas y, por tanto, activarles políticamente. El objetivo de Sánchez es debilitar a los morados lo suficiente como para que Sumar se imponga a la criatura creada por Pablo Iglesias. Y el terreno demoscópico es fundamental. "A partir de ahora todas las encuestas deben preguntar por Yolanda Díaz", conceden fuentes gubernamentales, incluidos los estudios del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS) que dirige el socialista José Félix Tezanos.
Y eso es todo un dardo a Podemos. Los morados registraron este martes la solicitud de comparecencia en el Congreso del presidente del CIS, al que acusan de "manipular" los datos para perjudicarles frente a la vicepresidenta segunda. Los de Ione Belarra quieren que Tezanos "explique la presunta manipulación de los datos del barómetro del mes de marzo con la intención de modificar a la baja la estimación de voto de Unidas Podemos". La guerra entre Yolanda Díaz y Podemos salpica a una figura clave del PSOE que, no obstante, fue defendida este martes por la ministra portavoz en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros.
El CIS habría manipulado supuestamente el último barómetro de intención de voto para impulsar a Yolanda Díaz en detrimento de Podemos de manera que los morados reflejen una pérdida de apoyo electoral al no contabilizar las respuestas espontáneas de preferencia por Sumar, el prepartido de la vicepresidenta segunda. "Se trata de una manipulación que se ha hecho para perjudicar a Unidas Podemos y que la mayoría de los medios de comunicación ha trasladado como si fuese algo derivado de la ley del 'solo sí es sí'. Creo que tiene que dar explicaciones, que está en entredicho la imagen y la responsabilidad de una institución pública y fundamental y por eso pedimos su comparecencia en el Congreso de los Diputados", zanjó la coportavoz de Podemos Isabel Serra.
El jaque a Podemos
Podemos está en jaque y muy cabreado con la ayuda que Moncloa está prestando a la vicepresidenta segunda. Pedro Sánchez y Yolanda Díaz orquestaron durante la moción de cesnura impulsada por Vox, la 'investidura' de la líder de Sumar como presidenciable poco antes de que gritara su candidatura en el polideportivo Antonio Magariños de Madrid.
Lo cierto es que la incomodidad de Podemos no existe porque no quieran que Yolanda Díaz adquiera ese perfil, sino porque destroza la negociación interna y los equilibrios que intentan fijar con ella para encajar sus rostros en el proyecto y en la lista de la ministra de Trabajo. Podemos reitera que no hay novedades desde hace semanas, mientras que el entorno de Díaz asegura que las conversaciones son constantes.
Eso sí, nadie en el espacio de Unidas Podemos salvo los morados tolera que haya reuniones bilaterales entre Díaz y los partidos. Ni las habrá. La jugada de Moncloa en la moción buscaba descolocar las piezas de Podemos. El presidente ayudó a Yolanda Díaz a impulsar su poder. Y lo volvió hace una semana, cuando vetó a Ione Belarra de la sala de prensa tras el Consejo de Ministros para que no presentara la ley de Familias, impulsada por su departamento.
El PSOE, entre la necesidad y el temor
En Ferraz llevan semanas lamentando el "problema de liderazgo" de la vicepresidenta segunda dentro de su espacio político, por ser incapaz de imponerse al núcleo duro que conforman Ione Belarra e Irene Montero. El lío del 'sí es si' ha sido un frío baño de realismo. De hecho Podemos lo usó para catapultar la figura de la ministra de Igualdad como candidatable. Por eso, Sánchez ungió a Diaz en público para formar un tándem electoral visible y reconocible.
Pero no todo son sonrisas socialistas con Yolanda Díaz. En el PSOE hay quien teme que Sumar busque enterrarles, como en su día intentó Podemos. En los altos círculos morados se especula con esa hipótesis, en previsión de que una derrota electoral de Sánchez abra el partido en canal. La tesis que manejan los morados y comparten fuentes socialistas es que el presidente ha sido una suerte de "rara avis" en la historia del partido y que sin él, las dos almas del partido -la centrista y la izquierdista- pelearán de nuevo. Y, claro está, Yolanda Díaz ve en esa hipotética disputa una ventana de oportunidad para engordar su proyecto político.
Yolanda Díaz busca ser la sonrisa que atraiga a todo el país. Y eso se mete en la tarta electoral del PSOE. Hasta el punto de que fuentes socialistas lamentan en conversación con este diario que el partido se esté repartiendo la tarta de la transversalidad electoral con la vicepresidenta segunda, que no deja de ser la gran adversaria de Ferraz. Es cierto que Sánchez necesita que Yolanda Díaz crezca y se asiente lo suficiente para lograr una suma de escaños que les permita reeditar la coalición. Pero no tanto como para superar al PSOE.
