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España

Rajoy se la devuelve a Rivera: "Ciudadanos no es necesario en un gobierno de coalición"

El presidente de Gobierno en funciones, Mariano Rajoy

Rajoy se reunió con su grupo parlamentario por vez primera desde que el Rey le encargara a Sánchez que preparara su investidura. Quiso dejar claras dos cosas: la única opción de gobierno razonable es la gran coalición con el PSOE y, en segundo lugar, que Sánchez es el gran boicoteador del diálogo para salir del actual embrollo. "Votaremos no a la investidura del señor Sánchez, que quede claro, venga respaldado por quien venga. Lo haremos porque somos un partido de Gobierno, somos el más votado, el que ha ganado, no tiene vocación de bisagrista, nuestra coalición es la más razonable y respeta la voluntad mayoritaria de los ciudadanos", comentó en su intervención. Y volvió a atacar a Sánchez: "Nada tiene que ver su posición con los intereses de España, sólo con sus intereses", concluyó Rajoy, y cosechó el primer aplauso de la mañana. El barómetro del CIS también se puso en danza, habida cuenta de que el PP sigue siendo el más respaldado por los españoles y que el PSOE está en retirada, por debajo incluso de Podemos y sus satélites. "Tenemos discurso político, es el que más respeta a la gente, vamos a seguir actuando con coherencia, aunque vemos cosas difíciles en las próximas fechas", dijo. "En esta ocasión también vamos a pasar bien por esos momentos difíciles, como siempre ha sido". 

Rajoy apostó de nuevo por un gobierno con el PSOE y Ciudadanos, aunque recordó que estos no son necesarios

Rajoy insistió en que el PP ha apostado por un gobierno con el apoyo de PP, Ciudadanos y PSOE, "aunque el apoyo de Ciudadanos no es necesario", dijo, en una pequeña colleja al partido de Rivera, ahora en vía de aproximación a los socialistas y que en esos momentos se encontraba reunido con el secretario general del PSOE. Recordó una vez más que el PP es el partido más votado, por eso le correspondería liderar esa coalición. Su intervención estuvo centrada de nuevo en el elogio de la gran coalición, con afirmaciones ya archisabidas sobre lo que significaría para la continuidad de la recuperación económica, punto al que dedicó un amplio inciso referido a los riesgos que alumbran en un horizonte de incertidumbres. "Los pronósticos son buenos pero nos hemos convertido en un interrogantes", advirtió, luego de recordar que Grecia ha recortado pagas extraordinarias a pensionistas y que vive su tercera huelga general.

"Este gobierno respetaría la voluntad de la gente", explicó, usando un término al uso entre las fuerzas emergentes, siempre pendientes de lo que quiere o no la gente. Marcó los objetivos para esta legislatura: Recuperación económica y creación de empleo; pilares del estado de bienestar; defender la unidad de la nación frente amenazas separatistas y, finalmente, luchar contra el terrorismo. Esta sigue siendo el modelo de Gobierno que defiende el PP. No hay cambios, ni modificaciones. "De momento este gobierno no ha podido convertirse en una realidad porque el PSOE, imprescindible para ello, se ha negado incluso a hablar y dialogar desde el 23 de diciembre. Sánchez no ha admitido ninguna conversación. De ahí que el 22 de enero recordó que tuvo que decirle al Rey que no tenía apoyos suficientes para acudir a una sesión de investidura. "Las sesiones de investidura son para investir y no para que vaya alguien sin los respaldos suficientes". Recordó que su candidatura sigue firme, y sigue trabajando para conseguirlo. 

Habló luego con Ciudadanos, no pudo con el PSOE porque Sánchez no quiso, y recordó que incluso le envió una sugerencia de colaboración. "El señor Sánchez, realmente, tiene el encargo de intentar formar gobierno", comentó. Pero va a necesitar el apoyo de Podemos, IU y los independentistas, "al margen de lo que oigamos por ahí", explicó. Será un gobierno hipotecado y radical, recordó, que no podría ejecutar grandes transformaciones porque el PP tiene mayoría absoluta en el Senado. "Sería un lastre". Y ahí quedaron las novedades. El PP se va a mantener en su línea. Y recordó la actitud firme del gobierno en funciones frente a los desafíos del separatismo catalán. En relación a la crisis de Valencia, mencionó que se creará una gestora para capital levantina, y se tomarán decisiones conforme a lo que resulte de  la implicación judicial de los imputados. "Esto se acabó y aquí ya no se pasa ni una". 

El desánimo en el PP es creciente y sin demasiadas muestras de recuperación. Consideran que Rajoy se ha dormido en los laureles, pensaba que iba a poder gobernar con la ayuda de Ciudadanos pero alguien le engañó con las cuentas. No ha logrado trasladar la imagen de que el responsable del bloqueo es Pedro Sánchez, que se ha negado persistentemente a reunirse con el presidente del Gobierno en funciones. El último plantón ocurrió después de Navidad, cuando Sánchez canceló un encuentro con el presidente en funciones la mañana misma en la que iba a tener lugar. "El de los vetos es Sánchez", se quejan los populares. Le reprochan a Rajoy los suyos no haber sido más activo en busca de un acercamiento a Rivera, en salir a dar la cara ante los medios a combatir las falsedades que emanan desde los diferentes grupos parlamentarios. En suma, de no haber sabido jugar la carta de su victoria. Parece un zombi, recluido en Moncloa, con un partido desalentado y sin muestra alguna de reacción. "Nos van a echar del campo, cuando habíamos ganado la fase clasificatoria", comentaba este jueves una veterana dirigente de la formación. De momento, el líder socialista ha relegado su encuentro formal con el PP a la semana que viene, junto a los separatistas. "Es una muestra más del cordón sanitario, meternos el paquete de los independentistas, y sin embargo Rivera no dice nada, no levanta la voz", apuntan en la cúpula del PP. 

Sánchez se asienta en su papel

El líder socialista lo tiene muy complicado, pero "cada día que pasa se asienta más en su papel de aspirante a la presidencia", cometan estas fuentes. No ven a Rajoy dispuesto a la pelea, a aprovechar esos siete millones largos de votos que ha logrado en las urnas. "Damos una senssación de partido acobardado, en vez de poner a todos los demás frente a sus contradicciones", añaden. 

El acercamiento entre Sánchez y Rivera preocupan en el PP. Pese a que no suman, trasladan un mensaje que muchos simpatizantes del PP contemplan con cierta envidia: Hay que intentarlo todo antes de recurrir a Podemos. El giro de Ciudadanos en las últimas jornadas ha sido notable. Aproximación al PSOE y exigencia sin disimulos de la necesidad de que Rajoy de un paso al costado. En Génova se reprocha a Rivera que no mantenga su línea tradicional de apoyar a la fuerza más votada y que no le reclame precisamente ésto a los socialistas: qyue respeten las mayorías que han salido de las urnas.

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