España

La 'cara B' de las manifestaciones en Ferraz: "He pasado de hacer cajas de 4.000 euros diarios a no superar los 150"

La calle donde se ubica la sede del PSOE vive unos días de mucha tensión, con manifestantes poblando sus alrededores cada vez que cae el sol. Una situación que inevitablemente molesta a los vecinos y deja a los negocios sin apenas ingresos

La calle Ferraz repleta de policías para custodiar la sede del PSOE
La calle Ferraz repleta de policías para custodiar la sede del PSOE

Ferraz vive estos días una anormalidad permanente. Lo que habitualmente es una calle más de un barrio residencial conservador (el 23-J, el 50,55% votó al PP), ahora se ha convertido en un lugar repleto de policía a todas horas. Pasear por la mañana por las inmediaciones de la sede socialista implica ver a 4-5 policías apostados en cada esquina. Que haya agentes, en lugar de vecinos, tomando desayunos en las cafeterías de la zona y 'lecheras' aparcadas en los laterales en vez de turismos. Una "nueva normalidad" con la que negocios y vecinos conviven desde hace casi ya dos semanas y que no parece tener fin.

Salvo por la fuerte presencia policial en las calles y negocios, la rutina habitual en el barrio es la de siempre. Los estudiantes fuman y charlan a las puertas de la UCJC, los vecinos, muchos de ellos de la tercera edad, pasean por la calle y en las cafeterías se sirve café con alegría. En las calles sí se aprecia una falta de ciertos elementos del mobiliario -muchos contenedores de basura "han desaparecido" y no queda viva ni una sola papelera-.

La mayoría de los vecinos con los que ha charlado este diario se sienten agradecidos con la amabilidad de la Policía Nacional. "Enseñamos el DNI y nos escoltan hasta el portal", cuenta un vecino que vive dentro del cordón de seguridad que han colocado los agentes en torno a la sede del PSOE. Otro vecino se muestra menos contento con la situación y exige a los agentes que habiliten un paso para los coches: "Ayer nació mi nieto y no pudimos sacar el coche del garaje para ir al hospital. Si hubiese nacido antes, nos hubiésemos topado con el problema de volver a casa, ya que quizá no podríamos hacerlo por producirse las protestas".

Otra vecina señala que vive en un primero de la calle Ferraz. "Yo bajo las persianas y hago como si no existiesen", relata a Vozpópuli. Pese al griterio, los cánticos y los disturbios, señala que lo más molesto de vivir ahí durante estos días es el sonido del helicóptero de la Policía, sobrevolando de forma continua la zona para vigilarla.

La Policía Nacional está cortando la calle en torno a las 18.30-19.00, según van llegando los primeros manifestantes, que llevan encaramados frente a Ferraz desde hace una quincena. Esto implica que los negocios de la zona tienen que echar la persiana para entonces. "En torno a las 16-17, la Policía nos obliga a cerrar", señala el propietario del restaurante Elkano, situado a pocos metros de la sede socialista. Cuenta a este diario que la facturación de su negocio ha descendido de los "4.000 euros diarios" a cerrar cajas con apenas 137 euros. Afirma que está "dilatando los pagos a proveedores" por la situación y que se ha visto obligado a sacar todo el género e "incluso tirarlo" por la falta de clientes.

La sede del PSOE en Ferraz cuenta con agentes a sus puertas para evitar actos vandálicos

Aunque las manifestaciones son por la tarde-noche, los negocios locales notan una menor afluencia de personas durante el día entero por temor a las protestas. "En las comidas también se nota", cuenta una hostelera de la calle Marqués de Urquijo. "La gente tiene mucha psicosis y la gente ni pasa por la calle Ferraz", relatan desde Elkano.

El bar Baraka, ubicado enfrente de la sede del PSOE, abrió hace cuatro meses y medio. Siendo un negocio por consolidar, las protestas en Ferraz están quitando el sueño a sus dueños y trabajadores. "No entra nadie, es un negocio enfocado para la noche y aquí nos ves, dando desayunos para ingresar algo porque llevamos 15 días facturando casi cero", cuenta a este diario la propietaria del negocio. "No cubrimos para pagar la luz y el agua, habiendo cinco familias viviendo de esto", añade, para después exigir que se respete el "derecho a trabajar" de los españoles.

Otro de los negocios con los que ha hablado este diario es el estanco situado en la esquina de Ferraz con Marqués de Urquijo. En pleno ‘territorio comanche’. Tiene que cerrar su negocio a las 19.00, cuando normalmente lo hace a las 2030: "Es una hora importante del negocio y por razones obvias no puedo seguir trabajando". Se trata de un puesto fijo en la calle, el mismo al que se subió Isabel Peralta para hacer símbolos fascistas a los manifestantes, lo que le hace temer por la integridad de la estructura: "Todos los días vigilo en Youtube, llego a casa y me pongo a seguir todo porque nunca se sabe".

Una de las furgonetas de Hazte Oír que circulan por Ferraz

El concesionario Honda de motos de la calle Marqués de Urquijo relata una historia similar: "Se está resintiendo el tema de las pruebas, le está costando a la gente venir, preguntan mucho". Uno de los responsables del negocio cuenta a Vozpópuli que el sentir general es que "la gente se piensa que esto dura todo el día, pero todo está tranquilo hasta las 19.00".

Por suerte, el chaparrón no es para todos. Una hostelera de la propia calle Ferraz está muy contenta de lo que está sucediendo, ya que ha mejorado los ingresos de su negocio. Ella tiene una cafetería que se dedica a poner desayunos, por lo que está feliz de la fuerte presencia policial. "Hay aquí agentes de todas la provincias de España, no falta trabajo", apunta. Los agentes de la UIP se han convertido en los mejores clientes de estos negocios, ya que son los principales consumidores estos días.

Aunque lo que más preocupa tanto a vecinos como comerciantes es la enorme incertidumbre que existe. "Esto no se va a acabar hoy", señala la dueña del estanco de Ferraz. El propietario de Elkano ya da por hecho que este fin de semana, tras la investidura, seguirán las protestas. Por tanto, tanto los vecinos como los negocios desconocen en qué momento van a poder volver a la normalidad de sus vidas.