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Cuando las llamas ocultan un crimen: así trabajan los investigadores de Policía Científica

La Brigada de Policía Científica de la Policía Nacional investiga cada año medio centenar de incendios en Madrid analizando el más mínimo detalle, como explican en una entrevista a Vozpópuli

Un agente de la Policía Científica buscando pruebas en un incendio en un piso
Un agente de la Policía Científica buscando pruebas en un incendio en un piso

"Un escenario es un puzzle con múltiples piezas que vamos colocando sobre el tablero". Esta metáfora sirve para explicar el trabajo diario de los agentes de la Brigada Provincial de la Policía Científica de la Policía Nacional en Madrid. Su investigación va más allá de los crímenes de sangre. Una de sus facetas más desconocida son las investigaciones relacionadas con incendios, como el que ocurrió en el restaurante de la Plaza de Manuel Becerra de Madrid donde murieron tres personas. Dando respuestas mediante un método científico respecto al origen y causas del siniestro.

Su oficina se encuentra en el Complejo Policial de Moratalaz donde tienen de compañeros a los agentes de la Unidad de Intervención Policial y de Información. Son un grupo de 17 agentes. El núcleo de ellos cuenta con más de diez años de labor en la especialidad. En la sala de reuniones del despacho se pueden ver recortes de prensa con algunos de los casos que han ayudado a resolver en los últimos años.

Crímenes, incendios, robos... Cuentan con experiencia en todo tipo de escenarios y valoran fundamentalmente el "trabajo en equipo", tal como explica su jefe Julián en una entrevista a Vozpópuli. Si algo caracteriza su labor son las posibilidades "multidisciplinares" que tienen y la rigurosidad de las mismas.

"Las investigaciones de incendios son complicadas. Tenemos que saber qué ha sucedido cuando en la escena las llamas han llegado a tener más de 800 grados", relatan. Su ojo experto les permite ver lo que otros no pueden a simple vista.

Un agente de Policía Científica analizando las consecuencias de las llamas de un incendio
Un agente de Policía Científica analizando las consecuencias de las llamas de un incendio

"Es también fundamental el trabajo previo. La información que nos ofrecen los agentes de Seguridad Ciudadana o los Bomberos que son los primeros en llegar", añaden. Y es que muchas veces su análisis tiene que comenzar 24 o 48 horas después del suceso cuando ya no emana el lugar gases tóxicos que pueden ser perjudiciales para su salud. Un aspecto fundamental que tienen asumido es la seguridad de los actuantes puesto que cualquier resquicio de las llamas puede tener un detonante fatal.

Una cámara 360 grados

"A los dos años junto a expertos en Científica ya sabes dónde tiene que mirar. La soltura se va teniendo con la experiencia", explican. Su trabajo va más allá de la recogida de pruebas para analizar. Realizan minuciosos desescombros  de las zonas afectadas removiendo con palas y rastrillos  para encontrar vestigios. "Y los hemos encontrado", subraya el jefe.

Su forma de trabajar es sumamente innovadora. Una vez que la escena del crimen está fijada usan una cámara 360 grados para poder quedarse con todos los detalles. Así son capaces de volver al escenario todas las veces que hagan falta para esclarecer los sucesos.

No se queda ahí solo su uso de las nuevas tecnologías. También recurren a los drones cuando tienen que indagar en grandes incendios como el que ocurrió hace unos meses en Mercamadrid. De esa forma se obtienen imágenes cenitales fundamentales para que el especialista valore los grados de afectación y pueda centrar la investigación.

El humo, el calor, la dirección, la intensidad... Todas las variantes son estudiadas a fondo. La más mínima alerta puede marcar la diferencia. "En los incendios muchas veces el mechero o la cerilla que lo prende ha desaparecido", explican. Así que trabajen con este tipo de 'hándicap'.

Las perlas de los incendios

Para estos expertos de la Policía Nacional es sumamente importante seguir el cableado eléctrico. El inicio de las llamas se puede descubrir mediante estudio macroscópico y localización en su caso de perlas de fusión que pueden encontrarse que se encuentran en los cables que han sido devorados por el fuego. Una labor que es casi tan complicada como localizar huellas o restos de ADN en asesinatos.

"La clave de todo es trabajar de una forma metódica y minuciosa. Hacer en profundidad una inspección visual. La mayoría de las veces a simple vista no hallas nada. Pero nuestro ojo se hace a lo que estás buscando", aseguran. Son especialista tanto en recogida de vestigios tanto en la elaboración de los informes. Ese punto es fundamental para explicar de forma clara, y con pruebas, qué sucedió en las escenas que han investigado.

Han llegado a trabajar en escenarios donde su vida ha podido correr peligro como la explosión de gas de la calle Toledo y la muerte de dos empleados en la calle General Pardiñas. Con la presión de buscar respuestas a las preguntas que rápidamente reclamaba la sociedad.

Leer el lenguaje de las llamas

Estos agentes de Científica resaltan precisamente que uno de sus casos más complicados fue el de la Iglesia de la Paloma. Requirió horas y horas de trabajo llegar a esclarecer lo sucedido debido a la gravedad de los daños ocasionados y la dificultad de acceso a la zona en condiciones de seguridad para examinar y realizar una reconstrucción de los hechos Cada año tienen de media medio centenar de incendios que analizar. Los vestigios hallados se interrelacionan para siguiendo un método lógico deductivo llegar a la resolución de los casos con un elevado porcentaje de éxito.

"El fuego te cuenta mucho. Deja marcas por llama directa, calor y humo, aunque sus investigaciones son más subjetivas que otras, pero siempre hay un patrón que debemos seguir", añaden. Precisamente seis de sus integrantes son químicos. "Investigamos cómo se comporta el fuego", detalla otro de estos agentes de Policía Científica.

Siempre que realizan un informe, los ojos de todos los implicados están puestos sobre ellos. Desde compañía de seguros hasta los propios jueces. Son los únicos que saben encontrar respuesta al lenguaje de las llamas.

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