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La Guardia Civil captura a los 'boinas verdes' de los robos de coches en España: se llevaban su botín en segundos

La Sección de Delincuencia Organizada del Automóvil de la Guardia Civil detiene a cinco individuos altamente especializados en la sustracción de vehículos híbridos de fabricación asiática

Operación de la Guardia Civil contra los autores especializados de los robos de vehículos
Operación de la Guardia Civil contra los autores especializados de los robos de vehículos

Podría parecer que tuvieran instrucción militar. Tal era su nivel de coordinación y las medidas de contravigilancia que asumían para evitar ser detectados. Contaban además con tecnología punta, lo que evidencia su alto nivel de preparación técnica. Pero su vocación estaba lejos de los nobles propósitos que se les presupone a los uniformados; volcaban toda su existencia al robo de coches. Actuaban en España y les bastaba unos pocos segundos para hacerse con su botín. Se creían casi intocables, sin saber que la Sección de Delincuencia Organizada del Automóvil de la Guardia Civil seguía sus pasos.

Las pesquisas de esta sección altamente especializada, integrada en la Unidad Central Operativa (UCO), se enmarcan en la operación Biturbo, desarrollada bajo la dirección del Juzgado de Instrucción número 1 de Alcalá de Henares. Los miembros de la organización –hay cinco detenidos, entre los que se encuentran ciudadanos rusos, rumanos y españoles- contaban con un nivel de preparación de máximo nivel. Centraban sus esfuerzos en vehículos híbridos de fabricación asiática y disponían de un arsenal de herramientas exclusivamente diseñadas para hacerse con ellos. Se podría decir que son los ‘boinas verdes’ de los ladrones de coches.

El robo

Pongámonos en el papel de la víctima. Hace unos meses se ha comprado un vehículo híbrido, con un bajo consumo de combustible y con todos los gadgets más novedosos del mercado. Por las noches mete el coche en el garaje. Y, cuando va a trabajar, lo deja en un lugar de tránsito habitual de personas, con cámaras de seguridad en las inmediaciones. En ningún momento se le ocurriría pensar que su coche pudiera ser robado.

Pero los miembros de esta organización criminal estudian cada uno de sus movimientos. El ‘rastreador’ del grupo ha balizado su coche. O lo que es lo mismo, le ha instalado en los bajos un dispositivo GPS para conocer su localización en todo momento: ya le han elegido como víctima y su vehículo es su blanco prioritario.

El propietario del coche aparca por unos minutos en un lugar diferente, bien sea para hacer la compra o para hacer cualquier recado. Los ‘boinas verdes’ están al acecho. Miran alrededor. Ven que no hay ninguna cámara de seguridad y se lanzan a por el vehículo.

Aquí entra en juego la tecnología. En el momento en que la víctima ha cerrado el coche con su vehículo, los ladrones han activado un dispositivo que capta la frecuencia del mando y la almacena en su memoria interna. Los delincuentes aprietan otro botón del mismo dispositivo, que actúa del mismo modo que la llave original. Las puertas ya están abiertas, sin necesidad de forzarlas o de cometer ningún desperfecto.

El ladrón accede al vehículo, se sienta en el asiento del piloto y saca otro terminal. Con un conector OBD accede a la centralita del coche, el corazón que hace que todos los terminales de a bordo funcionen correctamente. Una vez hackeado el sistema es capaz de arrancar y ponerlo en marcha en cuestión de segundos.

Pero el procedimiento no acaba ahí. Los ladrones saben que algunos de los coches disponen de un dispositivo de seguimiento de fábrica, que permite su detección en caso de ser robados. Por eso lo trasladan hasta otra localidad u otro punto y lo dejan “enfriar” en la vía pública. ¿Cuánto tiempo? Todo depende de la oferta y la demanda. Si los compradores de coches robados exigen esa misma marca y modelo, basta dos días de “enfriado”. Pero también se ha tenido conocimiento de que algunos coches han estado durante meses parados, hasta que por fin se les ha encontrado una salida.

Operación Biturbo de la Guardia Civil

La investigación de la Guardia Civil

Pero la actividad de los ‘boinas verdes’ de los robos de coches no terminaba ahí. Porque si importante era la sustracción del vehículo, más aún lo era no dejar rastro. Por eso estaban compinchados con un taller ubicado en Alcalá de Henares, donde cambiaban los números de bastidor del coche. También cambiaban todas las entrañas tecnológicas del sistema, para que las referencias internas encajasen con la nueva denominación alfanumérica que se les asignaba. Y, por supuesto, se les doblaban las matrículas para no despertar sospechas.

Entonces sí se enviaban los vehículos a sus destinatarios finales. Se han recuperado coches robados por esta organización en lugares como Uzbaliai (Lituania) o Hungría. En total se han intervenido 13 vehículos y más de un centenar de llaves originales, además de los dispositivos de tecnología punta que les convertían en un grupo de máximo nivel operativo.

Estas cifras, no obstante, no evidencian el elevado nivel de preparación de los detenidos, especialmente en las medidas de contravigilancia que asumían para evitar cualquier tipo de seguimiento de las fuerzas de seguridad. De forma continua hacían movimientos inesperados, se sentaban en espacios públicos y analizaban los rostros de los viandantes –por si encontraban alguna coincidencia inesperada–, intercalaban sus desplazamientos en vehículos privados y transporte público…

Las pesquisas de la Sección de Delincuencia Organizada del Automóvil de la UCO arrancaron hace más de un año. Desde entonces han seguido los pasos de los ‘boinas verdes’, extremando las precauciones para evitar ser detectados. Un reto añadido para los investigadores, cuyo trabajo ha permitido la detención de los cinco miembros de esta red criminal.

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