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Un superior a la sargento denunciante: "No navegues a contracorriente, es lo que hay en la Guardia Civil"

Un superior a la sargento denunciante: "No navegues a contracorriente, es lo que hay en la Guardia Civil"

"No navegues a contracorriente", le dijo uno de sus superiores a la Sargento del Seprona de Sevilla, María Serrano. Esta le pedía insistentemente que no le dejara "sola" en su investigación a un cabo que presuntamente redactaba los pliegos de descargos a las empresas de tráfico ilegal de productos pesqueros que él mismo, otros agentes del Seprona o funcionarios de la Junta de Andalucía habían sancionado y al que la comandancia no le abría expediente disciplinario.

La conversación, a la que ha podido acceder Vozpópuli, tuvo lugar en junio de 2014, poco después de que el Juzgado de Instrucción número dos de Sevilla decretara el 29 de mayo de 2014 el sobreseimiento del caso - el cabo había sido imputado el anterior enero - por prescripción de los delitos que se le habían imputado a partir de las investigaciones internas de la propia Serrano, con la excepción de un expediente que no estaría prescrito pero cuya redacción fue asumida por un letrado y no por el cabo denunciado.

"Ya por el solo hecho de haber sido imputado por un delito con ocasión del servicio" es que "se le aparte de la unidad y no se le cubra, sin abrirle ningún expediente"

La Sargento se sentía "sola" por el "malestar" que le suponía convivir con el cabo denunciado y porque "lo normal en estos casos, ya por el solo hecho de haber sido imputado por un delito con ocasión del servicio" es que "se le aparte de la unidad y no se le cubra, sin abrirle ningún expediente".

"¿A usted no le resulta extraño que un cabo, haciendo las cosas que hace, continúe en la unidad trabajando?, le pregunta la sargento a su superior.

"María, cuántas veces te he dicho, no navegues a contracorriente, es que es lo que hay en la Guardia Civil. Es que tenemos ahí desde que siete años de baja a un tío, de que un tío del equipo se haya ido con un año y medio, que que que...esto sea el coño la Bernarda. Pero pero vamos a ver, ¿qué tú no estás de acuerdo con estas cosas? Pero si es que y que haya un jefe de la comandancia que sepa lo que había en la unidad y no se ha hecho nada? Que haya un teniente coronel que no haya hecho nada, qué me vas a contar", le contesta el superior.

"¿Usted qué quiere, que nade a favor de la corriente de que a sabiendas que los jefes no hacen nada yo continúe sin hacer nada?", pregunta Serrano. "No, que no digas cosas que tú ves...… que no veas… como el…el… yo que sé…cosas imposibles como decir…yo es que quiero quitarme a este tío de la Unidad… estás diciendo una odisea...", replica el superior, que insiste en que él no está cubriendo a nadie.

"Ya te dio prisa para contarlo"

"Yo voy con la verdad, lo que no voy a tolerar es que un delincuente trabaje en la unidad, no es que me quiera sacar un hombre de en medio, yo con él tengo una relación estrictamente laboral", dice la Sargento, que le pregunta al superior su "opinión personal" sobre el cabo. "Yo creo que no debería estar en la unidad, pero cada uno hemos cumplido nuestra obligación, lo ha tenido un juez y ha dicho lo que ha dicho".

En la misma conversación, el superior le reprocha a Serrano que haya contado a "más gente" (Policía Judicial) lo que él le había dicho anteriormente: que el cabo le habría confesado haber redactado los pliegos.

"Ya te dio prisa para contarlo (...) ¿también has dicho que él me ha jurado que no cobró nada por hacer eso?", le reprocha a Serrano. "A mí me da igual si cobró o no (...) ese hombre está tirando por tierra el trabajo de la unidad", insiste la Sargento. 

Desalojo y posible cárcel

Tras un oficio de la propia Serrano, narra la sargento, un comandante instructor solicitaría la apertura de un expediente disciplinario para el cabo y su "pérdida de destino", expediente que se resolvería el 5 de marzo de 2015 "sin responsabilidad para el cabo". Al día siguiente, Serrano se reunió con sus superiores y vivió un episodio que marcaría un antes y un después. "María fue amenazada, vejada e insultada, el coronel le gritó perdiendo la compostura y le dijo que quien no encajaba en la unidad era ella y que era ella quien tenía que hacer las maletas e irse", ha contado el abogado de Serrano, Fermín Vázquez, a este periódico, remarcando que tres guardias civiles corroboraron los gritos del coronel en sede judicial. 

En julio, la propia Serrano denunciaría a sus superiores por abuso de autoridad, extralimitación en el ejercicio del mando, deslealtad e incumplimiento de deberes inherentes al mando, entre un total de nueve puntos denunciados, en muchos de los cuales el Juzgado Togado Central de Madrid - jurisdicción militar -, no entraría. El Juzgado Togado Central de Madrid se limitaría a juzgar el incidente que vivió la Sargento con sus superiores y encuadraría el asunto en una "riña paternal".

El coronel F.M.M. se acogería a este fallo para denunciar a Serrano por "falsa denuncia", lo que le enfrenta al riesgo de seis meses de cárcel. Paralelamente, el mismo coronel ha emitido la orden de desalojo de las pertenencias de Serrano del pabellón de la comandancia, consumada el pasado 18 de octubre. Este medio se ha intentado poner en contacto con el coronel tras el desalojo pero no ha sido posible. 

Serrano denuncia ser objeto de un acoso continuado de sus superiores tras haber denunciado, "sufriendo multitud de resoluciones administrativas, tendentes a cesarla en su destino y privarla de su especialidad, que han originado 14 procedimientos judiciales, administrativos y disciplinarios". Ahora, ha elevado su caso ante el Tribunal de Estrasburgo (la resolución de la "riña paternal") al tiempo que ha recurrido ante el Tribunal de Justicia de la Unión Europea la resolución de la Audiencia Provincial de Sevilla según la cual el caso que denuncia Serrano corresponde a la justicia militar.

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