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El Gobierno no teme la cita de Félix Bolaños ante el juez por Pegasus: "Hay que colaborar"

El Ejecutivo considera que la declaración del ministro de Presidencia no pone en cuestión la responsabilidad sobre la seguridad del teléfono del presidente

El ministro de Agricultura, Luis Planas, y la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, este martes en Moncloa.
El ministro de Agricultura, Luis Planas, y la ministra portavoz, Isabel Rodríguez, este martes en Moncloa. EFE

El Gobierno no teme la cita que sentará al ministro de Presidencia, Félix Bolaños, ante el juez para declarar como testigo por el caso Pegasus el próximo 5 de julio. La portavoz del Ejecutivo, Isabel Rodríguez, ha asegurado este martes tras la reunión del Consejo de Ministros que la Justicia cita a Bolaños "porque es el ministro que comunicó [la infección con el software espía al presidente, Pedro Sánchez y a la ministra de Defensa, Margarita Robles. "Nos reafirmamos en la transparencia y en la colaboración con la justicia", ha zanjado Rodríguez.

El Ejecutivo, además, considera que la declaración del ministro de Presidencia no pone en cuestión la responsabilidad sobre la seguridad del teléfono del presidente. Y es que como informó este diario, el Real Decreto 634/2021, que se aprobó tras la crisis de Gobierno del pasado mes de julio, especifica que la coordinación de los sistemas de comunicaciones depende del secretario general de Presidencia y del ministro. Es decir, de Félix Bolaños. Pero este puso en la diana a la ya exjefa del Centro Nacional de Inteligencia, Paz Esteban, quien terminó siendo cesada de su cargo.

"Desde el primer momento, el Gobierno se ha regido por los principios de transparencia y respeto a la Justicia. Fue el propio Gobierno el que puso en conocimiento de la Justicia la intromisión en los terminales del presidente y de la ministra de Defensa. Hay que colaborar", ha recalcado Rodríguez. Lo cierto es que el lío de Pegasus puso patas arriba la relación entre Bolaños y la propia Robles. Y todo porque el núcleo duro de Moncloa se parapetó en el CNI para eludir su responsabilidad, algo que mosqueó a Robles, ya que ella es la máxima responsable de la Inteligencia española.

Un Gobierno con una tesis cuestionada

El principal partido de la oposición, el PP, ha salido en tromba este martes contra el Gobierno precisamente por Pegasus. La secretaria general, Cuca Gamarra, considera que la decisión del juez de citar como testigo al ministro de Presidencia "desautoriza la versión" que ofreció el Gobierno sobre el espionaje. Según el PP, Moncloa "derivó la responsabilidad" al CNI y entregó "la cabeza" de su directora, Paz Esteban, por "exigencia de los independentistas". "Algo de responsabilidad tiene que tener [Bolaños]", ha remachado Gamarra.

Cabe recordar que fue el propio Bolaños quien advirtió el mismo día que hizo público el espionaje a Sánchez y a Robles que en España "todas las intervenciones de producen por organismos oficiales y con autorización judicial". Pero el supuesto espionaje efectuado con Pegasus por parte del expresidente de El Corte Inglés Dimas Gimeno en plena guerra por la herencia del gigante cuestiona la versión del Ejecutivo.

El lío del espionaje con el software israelí de la empresa NSO, que lo califica como arma, ha desgastado con fuerza al sector socialista del Ejecutivo desde que trascendió que hasta 60 dirigentes independentistas y sus familiares, según un estudio citado por New Yorker, fueron vigilados con esta aplicación. El escándalo forzó al Gobierno a comunicar que tanto Sánchez como Robles también fueron atacados por una infección "externa" y a poner en cuarentena y bajo vigilancia los terminales de todos los miembros del Gobierno.

La caída de Robles

Ese movimiento, según señaló Podemos, el socio del PSOE en Moncloa, estuvo encaminado a crear un contexto favorable para propiciar el cese de la máxima responsable de la Inteligencia Española, cuya cabeza pedían y piden los socios del Gobierno. Entre tanto, el CNI reconoció que siguió a 18 de estos dirigentes secesionistas, como reconoció su exdirectora Paz Esteban ante los diputados de la comisión de secretos oficiales, entre los que se encontraban los portavoces de ERC, Gabriel Rufián, y de Bildu, Mertxe Aizpurua.

A todo esto se suma el mensaje que Podemos manda a los aliados secesionistas del Ejecutivo. Los morados ven a la ministra de Defensa, Margarita Robles, herida de muerte. Es más, no solo perciben señales que conducen a su fin, sino que trabajan para terminar con ella alineándose con ERC. Por eso, tanto ellos como los republicanos no terminan de bajar los decibelios contra la ministra socialista.

En Podemos son conscientes de que el presidente, Pedro Sánchez, necesita a los independentistas para seguir en Moncloa. No le ven dispuesto a permitir la caída del Gobierno. Y ese es el mensaje que Podemos está trasladando a los aliados secesionistas: "Calma, que Robles caerá tras las andaluzas". La cabeza de Robles es el anhelo de Podemos y de la izquierda radical independentista. Eso sí, Podemos no puede pedir abiertamente la salida de una colega en Moncloa, pero seguirá desplegando una estrategia de desgaste encaminada a quemar a la titular de Defensa.

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