Galicia

Galicia 2023: Sobredosis de chubascos, cocaína a raudales y poco rocanrol en la región donde la lluvia es arte

El año en el que cientos de toneladas de moluscos se ahogaron a las puertas de unas navidades de todo menos alegres para el bolsillo

  • El invierno llega con lluvias en Galicia y poco nuboso en resto España

Afirma el refrán que en Santiago, en realidad en toda Galicia, “la lluvia es arte”. Lo malo es que las ‘sobredosis artísticas’ también pueden resultar contraproducentes para la salud, para el ánimo y hasta para el bolsillo. Y si no que se lo pregunten a los muchos miles de gallegos que a lo largo de este año, a punto ya de fenecer, han visto sus cosechas destrozadas, sus viviendas inundadas, sus ‘leiras’ anegadas, sus huesos entumecidos y sus negocios arruinados por culpa de un sinfín de temporales de agua y viento que, desde que comenzó octubre, apenas han dado tregua.

¿Y acaso eso es noticia en Galicia? Pues no, la verdad sea dicha. O sí, al menos si tenemos en cuenta que el exceso de ‘arte’ en forma de constantes chaparrones ha llegado a alterar este año incluso el hábitat de las rías, cuya salinidad, aunque cueste trabajo creerlo, ha disminuido de una forma alarmante debido precisamente a la enorme cantidad de agua dulce caída en los últimos dos meses. El resultado ha sido calamitoso, lógicamente, para las muchas miles de familias que viven de los recursos que ofrece el mar, que recordarán para siempre este 2023 como uno de los peores años de sus vidas, al menos en el aspecto económico. Como el año en el que cientos de toneladas de moluscos se ahogaron a las puertas de unas navidades de todo menos alegres para el bolsillo.

El mar también ha sido el epicentro de una de las grandes trifulcas mantenidas en 2023 entre el Gobierno central y el de Galicia, todo ello a costa de dirimir quién manda más en la ordenación y la administración del litoral autonómico, si la Xunta o los políticos que desean gestionar la costa “desde La Castellana”, como señaló en su día la secretaria general del PPdeG, Paula Prado. La batalla costera comenzó cuando el Ejecutivo presidido por Alfonso Rueda, temeroso con los efectos perjudiciales que tendría la entrada en vigor de la Ley de Cambio Climático impulsada por el Gobierno de Pedro Sánchez, inició la tramitación de una normativa propia dirigida a garantizar la supervivencia de cuatro mil inmuebles y de al menos trescientas empresas, sobre todo conserveras, que necesitan ejercer su actividad en el borde marítimo para captar agua.

La ley autonómica, aprobada el pasado mes de julio, no contó con las bendiciones de Madrid y la respuesta no se hizo esperar mediante la presentación de un recurso ante el Tribunal Constitucional, que lo admitió a trámite en octubre. Desde entonces, 31 de los 73 artículos de la ley gallega han quedado suspendidos hasta que el Tribunal de Garantías dirima la cuestión. Esta ofensiva judicial por parte de Sánchez ha sido muy criticada por Alfonso Rueda, que ha recordado en varias ocasiones el celo que pone el presidente en salvaguardar la Constitución cuando se tocan temas referentes a Galicia mientras su equipo se afana en dar luz verde a leyes tan aberrantes como la de la amnistía.

El mandatario gallego ha completado en 2023 su primer año completo al frente de la Xunta, cargo para el que fue designado tras ser nombrado Alberto Núñez Feijóo, en abril de 2022, presidente del PP nacional. Ahora le queda por delante el gran reto de revalidar la mayoría absoluta en las próximas elecciones autonómicas, que se celebrarán el 18 de febrero de 2024 en plena resaca carnavalera. Medirse con Feijóo, que llevaba en el poder desde 2009 tras ganar con amplia mayoría cuatro citas ante las urnas, no es tarea sencilla, pero las encuestas sonríen de momento al mandatario popular.

Además del mar, otro de los grandes protagonistas del año en Galicia ha sido el viento. Y si los mariscadores están que trinan con el exceso de lluvia, los grandes empresarios del sector eólico también lanzan pestes por cómo les ha ido las cosas en este año tan fértil en vendavales. Sus quejas se dirigen tanto contra las asociaciones vecinales que no quieren ver sus municipios plagados de gigantescos aerogeneradores con forma de molino postmoderno como contra los jueces que hacen caso a dichas plataformas ambientalistas y no paran de abortar proyectos multimillonarios que en teoría ya deberían estar funcionando. Pese a las críticas, el Tribunal Superior de Xustiza de Galicia ha mantenido hasta ahora que debe prevalecer el interés público cuando existen dudas razonables sobre el impacto medioambiental de las grandes infraestructuras eólicas, por lo que su doctrina ha consistido hasta ahora en dar la razón a quienes se posicionan en contra de las ‘plantaciones’ de molinos si sus informes están bien documentados. Aunque el año ha sido muy malo para los ‘amos del viento’, un recientísimo fallo del Tribunal Supremo, dado a conocer el pasado 22 de diciembre, ha caído en el sector como si se tratase del premio Gordo de la Lotería de Navidad. Lógico, porque la sentencia anula una de las resoluciones del tribunal superior gallego y abre la puerta al levantamiento de la paralización que pesa sobre decenas de proyectos similares que fueron aprobados y no ejecutados. El viento, ahora, sopla a claramente favor de los intereses empresariales.

El año que ya dice adiós también pasará a la historia por los excelentes resultados cosechados por las fuerzas de seguridad en la lucha contra el narcotráfico, actividad que sigue llenando los bolsillos de potentes clanes radicados en la tierra de los mil ríos y del millón de vacas. En los últimos meses se han llevado a cabo más de una decena de redadas importantes relacionadas con narcos gallegos, pero sin duda el golpe más espectacular tuvo lugar a principios de diciembre con la incautación de 7,5 toneladas de cocaína en una nave industrial radicada en el municipio de Cambre (La Coruña). A esta operación, considerada histórica debido a que jamás se había intervenido en Galicia un alijo de semejante volumen, le siguió otra desarrollada esta misma semana en las tierras de O Salnés (Pontevedra), que culminó con la detención de una decena de narcos vinculados al activo ‘clan de los Piturros’, especializados en el transporte de cocaína por medios marítimos. Un balance, en suma, magnífico.

Y de las drogas pasamos al rocanrol, género que en Galicia, pese a haber estado bien representado en festivales con gran tirón popular, no ha tenido más remedio que palidecer ante la ‘machada’ protagonizada por un desconocido veinteañero de Pontedeume (La Coruña) que, de la noche a la mañana, se convirtió en el rey mundial de Spotify con una especie de balada que algunos analistas musicales pasados de rosca no han dudado en incluir en la parcela del denominado ‘pop cristiano’. Qué cosas inventan, Jesús, Jesús.

El caso es que Íñigo Quintero, con tan solo 21 años, se ha marcado este año un ‘pelotazo’ de impresión a nivel internacional con su tema ‘Si no estás’, que a finales de octubre registró picos de hasta seis millones de reproducciones diarias. Todo ello sin más acompañamiento que su voz y un simple piano. Ahora solo cabe esperar que los políticos de esta tierra, metidos como están ya en una campaña electoral que promete ser muy intensa, imiten a Íñigo Quintero e intenten no desafinar demasiado con sus arengas, proclamas, promesas, mítines y discursos en los apenas dos meses que quedan hasta la cita con las urnas. ¿Lo conseguirán? Va una percebes, ya que berberechos no quedan, a que no.

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