Quantcast

España

El virus frena la fuga de pilotos del Ejército del Aire tras perder 400 en una década

Pilotos del Ejército del Aire, en su despliegue en los Países Bálticos
Pilotos del Ejército del Aire, en su despliegue en los Países Bálticos

El equivalente a diez promociones completas de la academia general ha abandonado el Ejército del Aire desde 2007. Militares instruidos, formados bajo las partidas presupuestarias del cuerpo militar, que en la mayoría de los casos opta por seguir con su trayectoria profesional en el sector privado, seducidos por las mejoras retributivas y la posibilidad de seguir a los mandos de una aeronave más allá de los límites establecidos en las Fuerzas Armadas. La tendencia, no obstante, se revierte en 2020, al mismo tiempo que la cúpula clama por un aumento significativo del número de efectivos.

De acuerdo a los datos que manejan desde el Ejército del Aire, 397 pilotos en activo han abandonado sus filas en los últimos 13 años. Una cifra dolorosa para el cuerpo, que ve cómo pierde a algunos de los efectivos más valiosos y en los que ha invertido un mayor esfuerzo –en tiempo y fondos-.

La constante de los últimos años se dibuja en números rojos. Para muestra, las cifras que se registraron en 2019. La academia general graduó a 30 pilotos, pero 47 abandonaron el cuerpo militar por diferentes motivos. A esas cifras hay que sumar los 8 efectivos que regresaron de sus respectivas excedencias y se reincorporaron al servicio activo. Las cuentas no cuadran: nueve pilotos menos a lo largo del año.

"Necesitaríamos tener alrededor de 8.000 personas más, cifra que coincide con nuestras necesidades reales"

La tendencia preocupa a la cúpula del Ejército del Aire. El Jefe del Estado Mayor del Ejército del Aire, general Javier Salto Martínez-Avial, advertía en una reciente entrevista en la Revista Española de Defensa de los problemas de personal que padece el cuerpo. No sólo son pilotos: en los últimos 12 años han sufrido una reducción de 6.000 efectivos. "Necesitaríamos tener alrededor de 8.000 personas más, cifra que coincide con nuestras necesidades reales". Como contó Vozpópuli, el cuerpo militar ha sufrido además un recorte presupuestario del 37,5% en la última década.

2020, no obstante, refleja una tendencia opuesta respecto a años anteriores. Al menos, en el asunto de sus pilotos. A lo largo del año se han graduado 37 en la academia general y, por primera vez en años, "hay más personal que regresa de excedencia que aquellos que se han marchado", afirman fuentes del Ejército del Aire. El motivo principal, la falta de oferta en el sector privado, duramente golpeado por la crisis económica derivada de la pandemia del coronavirus.

Medidas para retener el talento

Pero también por la batería de medidas que la cúpula militar para retener a su talento. Hasta ahora, los militares debían permanecer un mínimo de diez años en el cuerpo antes de marcharse en excedencia por interés particular. El listón se ha subido a los 12 años.

También se ha prolongado el tiempo que los pilotos permanecen en el empleo –rango, en términos coloquiales- de teniente, por lo que están más tiempo en unidades de vuelo. Y a los que ascienden a comandante se les permite aguantar en la misma unidad por un periodo de tiempo para seguir a los mandos de las aeronaves militares, en lugar de pasar directamente a otras labores. Asimismo, se contempla que "de manera individualizada y en casos específicos" se permita seguir volando a personal destinado en cuarteles generales.

Hay más. "Se ha aumentado el número de pilotos que entran en la Academia General del Aire, lo que implica un mayor esfuerzo de personal y material -señalan las mismas fuentes-. Y se ha incrementado el número de pilotos de caza que se forman en Estados Unidos".

Las capacidades materiales

Junto a las políticas de personal, el Ejército del Aire también pide una mejora de sus capacidades. Las aeronaves están desplegadas en el Sahel y en los Bálticos. También se estudia el envío de varias aeronaves a Rumanía para patrullar el Mar Negro con la OTAN. A eso hay que sumar los nuevos desafíos, como en el espacio ultraterrestre; no en vano, la ministra de Defensa deslizó que el nombre del cuerpo bien podría denominarse Ejército del Aire y del Espacio.

Algunos de los acuerdos de renovación armamentística suscritos en los últimos meses están llamados a mitigar las carencias que padece parte de la flota del Ejército del Aire

Algunos de los acuerdos de renovación armamentística suscritos en los últimos meses están llamados a mitigar las carencias que padece parte de la flota del Ejército del Aire, sobre la que se cierne la amenaza de la obsolescencia. En ese sentido se enmarca el convenio firmado por España para desarrollar el futuro caza europeo. Airbus, además, ha presentado un modelo de avión entrenador que, a priori, encajaría en las necesidades del cuerpo militar. Los nuevos helicópteros NH-90 y de una flotilla de aeronaves no tripuladas del modelo Predator sirven para paliar, en parte, estas necesidades.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.