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España

El juez centra el interrogatorio a Dina Bousselham en la actuación de Iglesias

La exasesora de Podemos Dina Bousselham (i).

El interrogatorio de este lunes a Dina Bousselham se ha centrado en la actuación de Pablo Iglesias, quien fuera su jefe y ahora es vicepresidente de Gobierno. La exasistente ha asegurado ante el juez del caso Tándem que el líder de Podemos le entregó "destruida" la memoria SD del móvil que le habían robado en 2015, según han confirmado a Vozpópuli fuentes jurídicas. Se refiere a la tarjeta del teléfono cuya información fue publicada por OK Diario y encontrada después entre los archivos del comisario jubilado José Manuel Villarejo. El titular del Juzgado Central de Instrucción número 6 ha intentado esclarecer quién destruyó la tarjeta.

Según las fuentes consultadas, Bousselham ha precisado ante el juez que Iglesias no le informó cuando recuperó la memoria SD, sino que lo hizo seis meses después -en verano de 2016- cuando la prensa publicó los pantallazos de sus conversaciones. El magistrado se ha esforzado en averiguar por qué el líder de la formación morada ocultó a su asistente y a la Policía que tenía en su poder la tarjeta, incluso después de que la propia Bousselham ampliara la denuncia por el robo de su móvil. 

La versión de la exasistente difiere en parte de la ofrecida por Iglesias. El líder político nunca precisó que la SD que había entregado a Bousselham estaba "destruida". Ella tampoco lo mencionó en su declaración anterior. Aunque indicó que el contenido era ilegible, no señaló que había sido "destruido". Es la primera vez que facilita esta versión en el marco de la causa. Según ha dicho en el interrogatorio, intentó recuperar la información alojada en la tarjeta SD una vez la recibió de manos de Iglesias. Para ello, ha indicado, acudió sin éxito a una empresa especializada.

Lo que dijo Iglesias

Iglesias aseguró en su declaración como testigo que se había enterado del paradero de la tarjeta en enero de 2016. Según dijo, el expresidente del Grupo Zeta le había contactado para decirle que había recibido el contenido de la SIM. "La examiné allí mismo, en una computadora que me facilitó el señor Asensio, y comprobé que efectivamente se trataba de fotos íntimas, pero no de mi pareja, sino de la señora Dina Bousenhalm. Fotografías íntimas y, digamos, material que hay en el teléfono móvil de cualquiera, de trabajo, de viajes...", afirmó Iglesias ante el juez. 

El expresidente de Zeta confirmó luego en sede judicial que el líder de Podemos revisó la información almacenada en la tarjeta y se la llevó. "Él (Asensio) me entregó aquella tarjeta SIM, me entregó incluso un lector para observar esas fotografías a través de una computadora, y algunos meses después yo entregué esa tarjeta SIM a la señora Bousenhalm", añadió Iglesias. Según la declaración de este lunes, fueron seis meses después y la tarjeta estaba "destruida". 

Lo que admite Bousselham

En el marco del interrogatorio, también Bousselham ha admitido que hizo pantallazos de conversaciones de WhatsApp con dirigentes de Podemos y los envió a varios de sus grupos de contacto. No ha precisado, sin embargo, si los mensajes que fueron difundidos por OK Diario fueron capturados y/o enviados por ella. La afirmación de este lunes difiere de la versión que ofreció en su primera declaración, cuando negó rotundamente haber difundido contenido de su teléfono móvil.

Bousselham, que tiene obligación de decir la verdad al comparecer como testigo, ha respondido a las preguntas del juez y los fiscales durante una hora y media de interrogatorio. Ha acudido a la Audiencia Nacional a las 11.40 horas y se ha marchado a las 13.20 horas, acompañada de su abogada. Ha rechazado hacer declaraciones a la prensa.  

La Fiscalía anticorrupción había solicitado al magistrado que citara de nuevo a Bousselham al haber "practicado diligencias de investigación con posterioridad a su primera declaración que requieren una aclaración y, en su caso, ampliación de su versión de los hechos", según consta en un escrito del ministerio público. Tras acordarse la citación, Bousselham pidió que se suspendiera. El juez dijo que no.

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