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España

Bildu aparta a sus siete etarras para salvar los pactos con el PSOE tras el 28-M

Moncloa ni confirma ni desmiente que haya negociado con los abertzales para que los candidatos condenados por asesinato renuncien a ser concejales. Sánchez asume que la campaña ha saltado por los aires

(I-D) La diputada de EH Bildu en el Congreso Mertxe Aizpurua; el secretario general del Grupo Socialista, Rafael Simancas; el portavoz, Patxi López y el de ERC, Gabriel Rufián, en una imagen de archivo.
(I-D) La diputada de EH Bildu en el Congreso Mertxe Aizpurua; el secretario general del Grupo Socialista, Rafael Simancas; el portavoz, Patxi López y el de ERC, Gabriel Rufián, en una imagen de archivo. EUROPA PRESS / Alberto Ortega.

Los siete asesinos de ETA que los vascos podrán votar en las elecciones municipales y autonómicas del próximo 28-M si eligen la papeleta de Bildu han hecho saltar la campaña por los aires. El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, lo sabe y, por eso, intentó minimizar los daños con una dura catarata de reproches al PP en el Senado. Génova no está dispuesta a dejar de hostigar al PSOE con las listas de Bildu y los socialistas se preparan para "una campaña larga". Quizá por ello, los abertzales, en un gesto inédito, dieron marcha atrás e impedirán a los candidatos ser concejales. Mientras, Moncloa ni confirma ni desmiente que haya negociado con los de Arnaldo Otegi directamente y se limita a decir que no va a entrar en eso y que se trata de una intoxicación. Además, achaca el giro de Bildu al trabajo de COVITE, que sigue exigiendo la renuncia de los otros 37 etarras de las listas.

Por mucho que Moncloa eche balones fuera, lo cierto es que el Gobierno y el PSOE tienen cauces de comunicación con Bildu. Eso sí, son relativamente recientes. "Antes no teníamos, ahora evidentemente los hay: son un socio estratégico", conceden fuentes socialistas. Al frente de ese núcleo de diálogo con la izquierda independentista vasca están los ministros Félix Bolaños (Presidencia) y María Jesús Montero (Hacienda), así como el secretario de Estado de Relaciones con las Cortes, Rafael Simancas. Pero también la secretaria general del Grupo Parlamentario Socialista en el Congreso, Isaura Leal, y el portavoz -y exlehendakari- Patxi López. Todos desde Madrid. Pero Moncloa tiene puentes fuera: la presidenta navarra, María Chivite, y el secretario general del PSE-EE, Eneko Andueza.

Para entender la relación entre el PSOE y Bildu en estos momentos hay que tener en cuenta dos plazas importantes de cara a este 28-M. Según ha sabido este diario, las encuestas sitúan a los abertzales con opciones de ser segundos en Pamplona tras UPN y exigir la alcaldía al PSOE a cambio de apoyar a los socialistas navarros para retener el Ejecutivo que preside la socialista María Chivite. Y es que el mismo presidente del Gobierno eludió responder al líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, quien exigió a Sánchez que se comprometa a no pactar con Bildu en Pamplona, Navarra y en los municipios de Euskadi tras el 28 de mayo.

En las próximas elecciones se renovarán, además de todos los ayuntamientos vascos, las Juntas Generales de Álava, Vizcaya y Guipúzcoa, los auténticos núcleos del poder vasco. El PSOE y el PNV gobiernan juntos estas instituciones desde 2015. El pacto se renovó en 2019 e incluye a ls ciudades. Además, ambas fuerzas gobiernan en coalición desde 2016. Pero la entrada de Bildu en la ecuación de pactos amenaza el 'statu quo'. Por eso, los jeltzales salieron pronto a censurar la inclusión de los etarras en la lista de Bildu. Los socialistas vascos se quedaron noqueados por las primeras horas de silencio decretadas por Moncloa. Aunque terminaron siendo igual de contundentes. El Gobierno no sabe explicar por qué pasaron más de 24 horas desde que trascendieron las listas "indecentes" hasta que las afearon.

La izquierda aberzale ha jugado un papel relevante en lo que va de legislatura. De manera que la alianza PSOE-Bildu no es imposible, aunque fuentes socialistas la califican de "complicada". No obstante, en el socialismo vasco están expectantes e insisten una y otra vez en que primero se tiene que votar y ver qué pasa en Navarra, Pamplona y el papel que la izquierda abertzale en Euskadi. El problema es que entre el PSE y Bildu aún ven un "abismo ético y moral que, eso sí, no ha impedido acuerdos puntuales no solo en el Gobierno de España sino también en algunos ayuntamientos.

La relación entre el Gobierno de Pedro Sánchez y los abertzales se ha intensificado en estos años. Y eso que partía de la nada. Cabe recordar que Bildu recibió al presidente socialista con frialdad. La investidura de Sánchez fue bronca y la portavoz abertzale en el Congreso, Mertxe Aizpurúa, aunque se mostró dispuesta a colaborar votó abstención. Pero llegó la pandemia y lo cambió todo. También las alianzas. Durante la quinta prórroga del Estado de Alarma, el PSOE pactó con Bildu "derogar de forma íntegra la reforma laboral". Es más, hubo hasta un comunicado conjunto. Pero la ministra de Asuntos Económicos, Nadia Calviño, forzó retirar la mención.

La relación entre el PSOE y Bildu

Los primeros presupuestos que firmó la coalición, también en 2020, fueron de nuevo una muestra del papel ascendente de Bildu. Y es que los abertzales, que aparecieron junto a un sonriente Pablo Iglesias, anunciaron su acuerdo para apoyar las cuentas justo cuando el PSOE miraba hacia Ciudadanos para no tener que depender precisamente de los aliados independentistas de la Cámara. El 'sí' de los de Mertxe Aizpurua dio al traste con cualquier posibilidad de acuerdo con los naranjas.

Uno de los últimos episodios es la reforma laboral. Bildu participó en las negociaciones. La ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, buscó su voto. Pero la preferencia de la también vicepresidenta segunda a incluir las peticiones de la patronal para cerrar un acuerdo a las de Bildu y ERC dinamitaron el apoyo abertzale a la norma, que salió adelante gracias al error del diputado del PP Alberto Casero. Eso sí, Bildu arañó la ley de Vivienda, que votó tras pactar con Moncloa.

En verdad, la campaña del 28-M se ha topado con ETA 12 años después de que anunciara su cese definitivo de la violencia. En Moncloa lamentan que el PP vaya a pasarse los días de aquí al 28-M con Bildu en la boca. Pero el Gobierno no parece preocupado. Y asegura que será a Feijóo a quien se le hará duro lo que queda por delante, porque no cree que a los votantes les interese que se hable de la banda terrorista. El roto se lo hacen a los barones del PSOE que más críticos y duros han sido con las alianzas con Bildu y ERC. El castellanomanchego Emiliano García-Page, y el aragonés, Javier Lambán, están cabreados. Y en Ferraz tampoco callan las voces que apuntan a Moncloa por llegar tarde y mal. Al final, las urnas darán el veredicto.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • V
    Vayatoalla

    ¿Se dan cuenta que en la foto están los cuatro portavoces de una organización terrorista?.

  • G
    Guacamayo

    Esta si es la foto de la vergüenza y no la de Colon, como quisieron bautizar una manifestación totalmente democrática

  • L
    Leonidas

    Está más claro que el agua. Llamadita del psicópata a sus socios terroristas: ¡qué nos jodeis el chollo! Las víctimas le importan un bledo a este trastornado que gobierna un país de borregos al matadero

  • S
    SonWeb

    Lo peor de todo este asunto es el sufrimiento democrático que producen las alabanzas del PSOE y la izquierda más incivilizada a los bildutarras, tras anunciar que siete asesinos condenados, que forman parte de sus listas, no serán concejales, al tiempo que atacan a sus oponentes políticos acusándolos de utilizar el terrorismo y a las víctimas. ¡Qué ignominia política la de ejercer el poder de gobierno dependiendo de los pactos con Otegi, jefe abertzale que no ha pedido perdón público ni demostrado arrepentimiento por el dolor provocado por el terrorismo vasco! ¡Qué cinismo blanquear a EH Bildu reconociendo su gesto de excluir de las instituciones a siete asesinos que probablemente no serían concejales por su baja posición en las listas! ¡Qué vergüenza la sordera ética, la ceguera moral, del votante de la izquierda no nacionalista! ¡Qué pena cuando el PSOE se obliga a olvidar para no perdonar ni perdonarse!