Europa ofrece empleo a España: hasta 45.000 euros por trabajar en Alemania o Irlanda

España es una de las locomotoras de la Unión Europea, sin embargo, los salarios que ofrece a sus ciudadanos no hablan tan bien de la nación mediterránea. El Gobierno de Sánchez subió el salario mínimo interprofesional hasta los 1.080 euros, aunque siempre lo han calculado contando con catorce pagas anuales. Eurostat, por su parte, lo hace en doce, lo que cifra, según sus datos, en 1.166, 67 euros.

España sitúa su SMI en el octavo lugar de la zona euro, por detrás de Eslovenia (1.203, 36 euros), y a años luz de naciones como Luxemburgo (2.387, 40 euros), Alemania (1.987 euros) o Irlanda (1.909, 70 euros). La dureza de los datos habla por sí sola. Esto, sumado a la mala calidad del empleo que actualmente en nuestro país y la terrible inflación que vivimos, ha generado un cóctel social difícil de arreglar.

Hemos tenido épocas recientes en nuestra historia, donde hemos visto desfilar a miles de españoles fuera de sus casas para ganarse el jornal en Europa. La más recordada, en los años de la dictadura, cuando abuelos y bisabuelos emprendieron el camino a naciones como Alemania o Suiza, entre otras, para ganar más dinero y proporcionar un futuro próspero a su mujer e hijos.

Ya en nuestros días, hemos visto a profesionales con un alto nivel de preparación como médicos o ingenieros hacer la maleta y mudarse a otras potencias de la Unión Europea donde necesitaban mano de obra española con salarios mucho más elevados que aquí. La temporalidad del empleo es otro factor determinante en el devenir de la crisis laboral que vive España.

Europa al rescate del empleo español

Por ello, la plataforma EURES (red europea de cooperación de servicios de empleo), portal dependiente de la Comisión Europea, busca trabajadores de países comunitarios para cubrir vacantes en muchas áreas. Dos de los países que más mano de obra necesita actualmente son Irlanda y Alemania. Entre las profesiones más solicitadas están soldadores, electricistas, enfermeros, chefs, ingenieros o carniceros.

Aunque no es nada fácil empezar una nueva vida fuera de la ciudad o comarca que te ha visto nacer, a veces es la mejor decisión posible. Siempre se ha contado el viejo cuento que únicamente nos robaban profesiones de gran cualificación, pero a la vista está que oficios tan necesarios y fundamentales como electricistas o soldadores son igual de necesarios que sanitarios de toda índole. Y ahí España tiene mucho que aportar.

El portal web publica con frecuencia estas ofertas, cuyos sueldos oscilan entre los 33.000 y los 45.000 euros, dependiendo de la especialidad. Aunque todos hemos imaginado siempre a Alemania como uno de los mayores demandantes de mano de obra, el hecho de que Irlanda lidere estas proposiciones no es casualidad. El país anglosajón cuenta con un nivel de vida muy alto, así como una calidad labora y un tejido empresarial tremendamente solvente. Es uno de los grandes desconocidos.

¿Irlanda o Alemania?

Como en todos los órdenes de la vida profesional, es imprescindible acreditar que se cuenta con la formación y experiencia necesaria en el sector al que se va a aplicar. Al tener que cruzar nuestras fronteras, se presenta fundamental poseer un buen nivel de inglés, especialmente si nos decidimos por Irlanda. La industria alemana no valora tanto conocer el idioma local, circunstancia que agradecen los nativos de otros países. Aunque, si quieres aprender alemán, EURES te lo pondrá fácil.

En cualquiera de las dos naciones, independientemente de si optas a un puesto con más o menos remuneración con relación a la escala salarial que presente ese sector, estarás cobrando 2.000 euros en la inmensa mayoría de ellos, sueldos muy alejados de los españoles, pudiendo llegar incluso a los 3.000. Aquí, instaurados en el mileurismo, solo con los alquileres y la cesta de la compra ya tenemos la soga amenazando nuestros cuellos.

Los tipos de contrato suelen ser indefinidos, con un periodo de prueba correspondiente pactado por la empresa empleadora. Así pues, si estás predispuesto a cambiar de vida, Irlanda y Alemania se presentan como el nuevo paraíso laboral para miles de compatriotas que lo deseen. Una verdadera lástima, pero estamos más cerca de volver a aquella emblemática película española de 1971 titulada ¡Vente a Alemania, Pepe!