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Educación

El PSOE hace bandera de la salud mental: pide estudiar educación emocional en clase

La salud mental ha pasado de ser la gran olvidada de la clase política a estar de moda en el Congreso. En los últimos meses, los partidos compiten por liderar la lucha contra una problemática que preocupa cada vez más a la sociedad y que podría traducirse en votos

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Aula de un centro escolar.

Desde Infantil a Bachillerato. El Grupo Parlamentario Socialista quiere engordar el currículum de todas las etapas educativas con estudios de educación emocional. El objetivo es mejorar la salud mental, una problemática que lleva décadas olvidada por la clase política y que ahora se ha convertido en el objeto de un aluvión de iniciativas parlamentarias en el Congreso. Sobre todo desde que el pasado 17 de marzo el diputado de Más País, Íñigo Errejón, usase su turno de preguntas para pedirle al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, detalles sobre los planes del Ejecutivo para resolver los problemas de salud mental generados por la pandemia. 

Aquel día primaveral, el 'popular' Carmelo Romero le espetó que se fuera al médico y su comentario recibió tantas condenas que se vio obligado a pedir disculpas públicamente. La preocupación de la sociedad por las enfermedades mentales quedó patente y, más allá de la responsabilidad de los partidos a la hora de buscar soluciones, también puede traducirse en votos.

En este contexto, el Grupo Parlamentario Socialista ha registrado una PNL en la Cámara Baja para instar al Gobierno a impulsar las medidas necesarias en relación a la salud mental en la infancia y la adolescencia en el sistema educativo, y en colaboración con las Comunidades Autónomas mediante la Conferencia Sectorial de Educación y del Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud.

Charlas y seminarios de educación emocional

Los socialistas piden que se promueva la educación emocional en el currículum de todas las etapas educativas, y el desarrollo de charlas y seminarios a cargo de expertos sobre educación emocional. El objetivo, explican, es "conseguir una formación integral, que incluya entre sus metas educar al estudiantado en el concepto y valor del bienestar emocional, en la prevención y detección temprana de los riesgos de salud mental y en la búsqueda de las herramientas emocionales necesarias".

Además, el Grupo Parlamentario Socialista insta al Ejecutivo a potenciar la colaboración y coordinación entre los centros educativos y los centros de atención primaria y comunitaria del SNS, para la detección e intervención precoz ante la aparición de factores de riesgo o síntomas asociados a problemas de salud mental.

También quiere promover el trabajo en red entre centros educativos, entidades sociales, de infancia y ONGs que desarrollan acciones en ese ámbito, así como grupos de ayuda mutua. La PNL incluye una petición para que se facilite al estudiantado asesoramiento psicológico y en materia de salud en el ámbito educativo, "en línea con las previsiones de la Estrategia Nacional de Salud Mental". Y que se refuercen las plantillas de orientadores, psicólogos escolares, educadores, trabajadores sociales y profesorado de servicios a la comunidad.

Fernando Savater: "La inteligencia emocional es un cuento"

El bienestar emocional, ¿se puede enseñar? ¿Quién está capacitado para determinar qué es bienestar emocional? ¿Se puede comprar la felicidad con unas cuantas sesiones de conferencias? Son dudas que cabe preguntarse. El filósofo Fernando Savater expresa, sin tapujos, su opinión a este diario: "La inteligencia emocional es un cuento".

"Vivimos un momento donde hay un énfasis político en sustituir lo racional por lo emocional. Cada vez se tienen más en cuenta las emociones y menos la razón. Es un síntoma de los tiempos. Se trata de conseguir el bienestar emocional a través de un atajo, haciendo caso a lo que diga un profesor que en vez de ser un transmisor de conocimiento se convierte en una suerte de hipnotizador. ¿Consecuencia? Habrá niños contentos, pero idiotas", señala el filósofo.

Con el bienestar emocional habrá niños contentos -ni eso- pero idiotas

"Probablemente, ni siquiera estarán contentos porque la inteligencia emocional es un cuento. Este, como otros que se promueven desde el Gobierno, son saberes anestésicos que no van a aumentar tus conocimientos", añade.

Un psicólogo que prefiere mantenerse en el anonimato comparte el escepticismo de Savater frente a esta materia, y argumenta que "desarrollo personal o bienestar emocional son conceptos muy ambiguos". Este psicólogo teme que la enseñanza del bienestar emocional sirva de puerta de entrada a "otro tipo de enseñanzas ideológicas que le interesan más a este Gobierno. Hace años ocurrió en Argentina, donde se dio clase de control mental y técnicas de superación personal". Este especialista concluye que "el bienestar emocional está dentro de cada uno, ningún profesor puede sentar cátedra al respecto".

Planes de 'bienestar psicosocial' para profesores

La propuesta socialista también pone el foco en los profesores. Pide el desarrollo de las competencias emocionales en la formación inicial de los y las docentes, y la ampliación de la oferta de actividades de formación permanente del profesorado, relacionadas con la educación emocional. Asimismo, los socialistas abogan por impulsar planes de bienestar psicosocial para el profesorado, incluyendo servicios de apoyo especializado, cuando fuese necesario.

Entre los motivos que exponen para defender su batería de medidas, el Grupo Parlamentario Socialista señala que la situación de pandemia ocasionada por la Covid-19, ha transformado la vida de estudiantes, docentes y familias, tanto fuera como dentro de los centros educativos."Según datos del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), en este primer año de pandemiaun 6,4% de la población ha acudido a un profesional de la salud mental por algún tipo de síntoma.Un 43,7% por ansiedad y un 35,5% por depresión. Nos encontramos en una situación crítica de aumento de la demanda en la atención a la salud mental. Los jóvenes son uno de los grupos de población que han visto más afectada su salud en este último año", alegan.

Y añaden que: "Las nuevas formas de acoso, odio y violencia en las redes, el acceso cada vez más precoz a la pornografía, las nuevas adicciones a las redes sociales y a las apuestas online, etc., requieren que los niños, niñas y jóvenes tengan una sólida preparación emocional que les permita interactuar con responsabilidad ante estas nuevas amenazas y conflictos que traen consigo el contexto tecnológico y de pandemia".

Salud mental y estrés por el nivel de exigencia

Los socialistas sostienen que cada vez más frecuente encontrar en los centros educativos cuadros de estrés entre jóvenes y adolescentes, "un estrés asociado al nivel de exigencia y autoexigencia por alcanzar una nota alta que les garantice el acceso a la Universidad". "De igual modo, muchos jóvenes sufren estrés a esa edad, por alcanzar la media de rendimiento de sus compañeros y evitar una estigmatización debida al fracaso escolar", consideran.

La PNL socialista va más allá de la Lomloe, la ley educativa impulsada por la ex ministra Isabel Celaá que ya se encuentra en vigor. El concepto 'educación emocional' aparece mencionado hasta en cinco ocasiones en la nueva normativa y afecta a todas las materias y etapas educativas, pero de forma transversal. La iniciativa parlamentaria sirve para detallar cuáles son los planes del PSOE en torno a las emociones y la salud mental en los centros educativos.

La carrera por la salud mental

Esta PNL del PSOE se suma a otros intentos recientes por acaparar un electorado cada vez más preocupado por el estado de la salud mental en nuestro país. Tanto es así que algunas voces de la Psiquiatría se han alzado para poner los puntos sobre las íes a algunas propuestas recientes. La semana pasada, sin ir más lejos, el PSOE proponía llevar a cabo un estudio nacional sobre el trastorno de compra compulsiva, un trastorno no recogido en ningún manual de Psiquiatría (ni en el DSM, ni en el de la OMS).

Otro ejemplo es una PNL del Partido Popular donde se sugiere la puesta en marcha de un centro nacional para el tratamiento del trastorno obsesivo compulsivo (TOC) y que esta patología alcance la consideración de enfermedad "grave", aunque afecta a un número muy reducido de personas y en la mayoría de los casos es leve.

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