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España

La deuda pendiente de Marlaska con la Guardia Civil de Melilla: más de un año con un jefe interino

La Comandancia de la Guardia Civil de Melilla atraviesa una situación atípica. Se descarta que Interior nombre un nuevo coronel jefe en esta plaza, especialmente sensible

Vista de las vallas del paso fronterizo de Nador con Melilla, zona de Barrio Chino
Vista de las vallas del paso fronterizo de Nador con Melilla, zona de Barrio Chino EFE

La Comandancia de la Guardia Civil de Melilla -especialmente "sensible" por la cuestión migratoria- atraviesa una situación atípica. Un teniente coronel dirige en situación de interinidad esta plaza desde hace más de un año, después de que el anterior jefe se marchase destinado a Israel. El Ministerio del Interior trató de solventar esta situación con el nombramiento de un nuevo coronel al mando, que no duró ni dos meses en el puesto. Fernando Grande-Marlaska ha hecho varios nombramientos de mandos policiales en las últimas semanas; aun después del anuncio de la celebración de las elecciones generales. Pero a escasos días de los comicios ya se descarta un hipotético nombramiento para dirigir al Instituto Armado en la ciudad autónoma.

La cronología se remonta hasta junio de 2022. El coronel jefe de la Guardia Civil en Melilla, Antonio Sierras, se despedía del cargo que había desempeñado en los últimos cinco años. Su nuevo destino estaba en Israel; en concreto, en la embajada española, donde se desempeñaría como consejero de Interior.

El teniente coronel Arturo Ortega, 'número 2' de la Comandancia, tomaba las riendas. En principio, de forma interina, a la espera del nombramiento de un nuevo coronel. A los pocos días de asumir el liderazgo de la plaza se produjo la fatalidad: miles de inmigrantes se lanzaron contra la valla de Melilla, en un episodio que se saldó con la muerte de al menos 23 personas por la presión de las autoridades marroquíes.

Cientos de personas lograron acceder a territorio español, aunque inmediatamente se les devolvió al reino alauí: las nuevas relaciones diplomáticas entre Madrid y Rabat, tras el reconocimiento por parte de Pedro Sánchez de la soberanía marroquí sobre el Sáhara, alentaron el despliegue de los gendarmes del país vecino.

El episodio dio pie a varias investigaciones en diversos niveles, desde el Defensor del Pueblo hasta la Fiscalía General -ésta última cerró cualquier indicio de mala actuación por parte del Ministerio del Interior de Fernando Grande-Marlaska-. También suscitó una airada polémica en esferas políticas, toda vez que una representación de diputados de diferentes partidos se trasladó hasta Melilla para conocer de primera mano el desempeño de los guardias civiles en su intervención.

La controversia no se quedó ahí. El teniente coronel Ortega, que aún mantenía su interinidad al frente de Melilla, tuvo que ir al Congreso de los Diputados para dar más explicaciones. Desde la oposición reprocharon a Fernando Grande-Marlaska la exposición a la que se tuvo que someter el mando en la Cámara Baja.

Cambios en la Guardia Civil de Melilla

Así se llegó hasta noviembre de 2022. El Boletín Oficial de la Guardia Civil (BOGC) recogió el día 22 el nombramiento de un nuevo coronel jefe de Melilla. La misión recaía en el coronel Jesús Vicente Torresano Muñoz. Había estado destinado en la Zona de Madrid y previamente en Salamanca, y solicitó de forma voluntaria su traslado hasta la ciudad autónoma.

Parecía que la Comandancia de Melilla rompía su excepcionalidad. Sin embargo, el Ministerio del Interior sorprendió con el cese del coronel Torresano apenas dos meses después de su nombramiento. Desde ciertas esferas se especuló sobre un supuesto roce entre el mando de la Guardia Civil con el propio departamento que dirige Marlaska. ¿La razón? Por su decisión de abrir diligencias judiciales contra los asaltantes de la valla de Melilla por lesiones y daños contra los agentes del Instituto Armado encargados de la seguridad en el perímetro fronterizo.

Desde el Ministerio del Interior se limitaron a afirmar que el cese de Torresano en Melilla correspondía a "necesidades del destino", ya que desde entonces tomaría posesión la Escuela Universitaria de la Guardia Civil, en Madrid.

¿Qué ocurrió con la Comandancia de Melilla? Recayó de nuevo en manos del teniente coronel Ortega, otra vez al mando en situación de interinidad. Faltan escasos días para la celebración de las elecciones generales y no hay ningún indicio que haga sospechar que Marlaska vaya a nombrar un nuevo coronel jefe en la ciudad autónoma.

Y eso que la inminencia de los comicios no ha sido obstáculo para que desde Interior se nombren nuevos destinos de mandos policiales: en las últimas semanas ha designado puestos destacados, como la División de Formación y Perfeccionamiento de la Policía Nacional, jefes superiores de la Policía en Aragón y Córdoba, entre otros.

En la otra cara de la moneda está el año de interinidad del teniente coronel Ortega en Melilla. Se trata, no obstante, de una de las plazas "más sensibles" del Instituto Armado, a partir de la gestión en política migratoria y las actividades ilícitas que se llevan a cabo en torno a la frontera. Fuentes de la Guardia Civil consultadas por Vozpópuli destacan la "solvencia" del teniente coronel y el "afecto" que le tienen sus subordinados, si bien se trata de una situación atípica ante la delicadeza del destino.

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