Damián Calvo, natural de Ordes, A Coruña, tuvo un punto de inflexión en su carrera mientras trabajaba para una empresa de higiene y bioseguridad en el sector de animales productores de alimentos. “Me di cuenta de que mi anterior jefe estaba manipulando los productos. Me parecía una injusticia y decidí marcharme porque no quería engañar a nadie”. Así, con integridad por bandera, dio el paso de emprender.
Con el respaldo inicial de una marca y la ayuda incondicional de su padre, Damián comenzó a trabajar directamente con ganaderos, construyendo su negocio desde cero. “Mi padre no podía apoyarme económicamente, pero nos pusimos los dos con dos furgonetas. Su trabajo fue fundamental para arrancar”.
Superando los primeros desafíos: “No quería engañar a nadie”
Los comienzos no fueron fáciles. “Cuando facturábamos 200.000 euros, teníamos pérdidas, préstamos y yo trabajaba 13 horas al día. No tenía sueldo fijo y cobraba cuando podía”. Su mayor desafío en ese momento era equilibrar las cuentas de la empresa y lograr un salario digno, sin que el negocio se resintiera.
Además, las largas jornadas empezaron a pasar factura en su vida personal. “Mi pareja estaba embarazada, y yo no pasaba tiempo con ella. Cuando nació nuestra hija Rita, no pude coger baja por paternidad porque tenía que trabajar. Fue muy duro”.
El punto de inflexión llegó con una charla gratuita de Level UP. “Me di cuenta de que todo lo que estaba haciendo no tenía sentido. Nunca quise rendirme, pero supe que debía cambiar mi enfoque empresarial”. Damián invirtió en formación, algo que considera crucial en su transformación. “Pasé de ser un autónomo que vivía en la queja a ser un empresario creador. Aprendí a delegar, a captar talento y a poner el foco en lo que el cliente necesita”.
Hay que tener en cuenta que Level UP es una Escuela de Negocios para empresarios que tiene formaciones diseñada para empresarios que buscan resultados. Desde esta escuela de negocios pretenden profesionalizar al empresario, ofreciendo un sistema de formación basado en experiencias que inspiran a tomar otra dirección, una dirección en la que cada persona puede elegir su propio camino. Carlos Delgado, CEO y fundador de Level UP, lleva las claves de su negocio y las empresas que asesora, por ello creó un concepto de negocio disruptivo que no deja de crecer año tras año.
En este sentido, entre las herramientas que marcaron un antes y un después para Damián, destaca el embudo de ventas. “Fue algo básico que le dio forma a mi empresa. Todo el equipo, la red comercial y técnica, se estructuró alrededor de ese embudo”.
De 200.000 euros a liderar un grupo que factura 45 millones
El crecimiento de su empresa fue espectacular, pasando de facturar 200.000 euros a formar parte de un grupo que genera 45 millones de euros anuales. “La clave fue delegar. Contraté a personas mejores que yo para liderar áreas específicas, mientras yo me centraba en la parte analítica”.
Otro hito importante fue la fusión con Provetsa. “Vendimos el 50% del negocio para pertenecer a un grupo con 40 años de experiencia. Fue un ‘win-win’, ellos aportaban estabilidad financiera y nosotros estrategia de marketing”.
Damián ha aprendido a liderar desde la empatía. “Al principio cometí errores, pero ahora gestiono al equipo desde el amor. Cuando alguien no encaja, lo despido agradeciendo su esfuerzo y valorando su contribución”.
Hoy, lidera un equipo de 70 personas y destaca el trato humano como un pilar clave. “La gente de Provetsa se sorprende por el ambiente que tenemos aquí. Eso no lo habría conseguido sin haber pasado por Level UP”.
Más allá de los negocios: un equilibrio entre trabajo y vida personal
El éxito de su negocio también ha impactado positivamente su vida personal. “Ahora tengo un sueldo digno, tiempo para mi familia y más de tres meses de vacaciones al año”. Damián lleva a su hija al colegio todos los días y disfruta de momentos que antes eran imposibles.
Pero para él, trabajar sigue siendo su pasión. “Vivo para trabajar, pero desde un punto de vista que me permite disfrutar de mi vida. Me levanto a las 5 de la mañana con ganas porque tengo un propósito claro”.
Damián tiene metas claras para su negocio. “Queremos ser la referencia en bienestar animal en España y reducir el uso de antibióticos en las granjas. Es un reto que beneficia tanto a los animales como a las personas que consumen esos alimentos”. Además, busca visibilizar el trabajo del sector primario y mejorar las condiciones del entorno rural.
“Formarse es esencial”, asegura Damián. “Puedes ser muy bueno técnicamente, pero si no tienes conocimientos empresariales, difícilmente triunfarás. Hay que invertir tiempo en uno mismo y rodearse de gente que te impulse”.
Para Damián, una de las grandes asignaturas pendientes en España es dar más visibilidad a los empresarios. “Desde el colegio se debería escuchar a empresarios, igual que llevan a deportistas o escritores. Hay héroes anónimos en cada pueblo que han arriesgado todo para crear empleo y riqueza”. Además, considera vital una mayor formación empresarial para trabajadores y emprendedores por igual. “Hay mucha gente que no sabe hacer un currículum, no entiende de marketing o de cómo manejar una empresa. Todo eso repercute en los resultados. Si desde pequeños se trabajara más el desarrollo personal y empresarial, los ecosistemas de trabajo serían mucho más fuertes y sostenibles”.
Con una historia marcada por la perseverancia, Damián Calvo se ha convertido en un ejemplo de cómo transformar un negocio desde los valores, el aprendizaje y la pasión.