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Comunidad Valenciana

Ximo Puig no renuncia a nada: control del PSPV, diputado autonómico, senador y 'privilegios' de expresidente

El líder de los socialistas valencianos se suma a la nómina de derrotados del PSOE que se refugian en una especie de casa común: el Senado

Ximo Puig durante una ejecutiva del PSPV Europa Press

La victoria en política es personal y la derrota mancomunada. Esto ha debido pensar el presidente valenciano en funciones, Ximo Puig, quien ha dado todos los pasos necesarios para asegurarse su presencia en todos los foros precisos para prolongar su actividad política en primera línea o, como mal menor, poder guiar y 'ayudar' a decidir quién puede ser sucesor llegado el caso.

La evolución del discurso de Ximo Puig ha sido curiosa desde la noche de la derrota electoral hasta esta misma semana en la que ya se ha acordado la fecha de su relevo al frente del Ejecutivo autonómico.

Habrá otras personas, otros equipos, pero en el futuro habrá otros gobiernos progresistas en la Generalitat, seguro Ximo Puig

Tras el golpe en las urnas Puig dejaba abierta de par en par la puerta a su salida al frente de los socialistas valencianos: "Habrá otras personas, otros equipos, pero en el futuro habrá otros gobiernos progresistas en la Generalitat, seguro", decía.

Del adiós a la omnipresencia

Las voces críticas se alzaron, como es normal en cada derrota electoral, y nadie intuía que Puig viraría el timón 180 grados como lo ha hecho en este último mes y medio. La primera evolución llegó de la mano de lo que aseguró que era "responsabilidad con el PSOE" que le obligaba a mantenerse al frente de la federación socialista valenciana "hasta que mis compañeros así lo decidan".

A esa continuidad orgánica le sucedió la recogida del acta como diputado autonómico, lo que auguraba igualmente que su objetivo traspasaba los límites de la 'responsabilidad' orgánica para no dejar sumido en el caos de la sucesión descontrolada al PSOE valenciano.

Ese gesto iba más allá porque daba por hecha su intervención en el día a día del partido y en el argumentario como oposición al nuevo gobierno autonómico que llegará en breve (el 17 de julio será la toma de posesión) sustentado por PP y Vox.

Puig –que es el presidente del grupo parlamentario– ha podido así situar a sus afines en la dirección del grupo parlamentario con Rebeca Torró como portavoz, así como Arcadi España, José Chulvi y María José Salvador en el papel de portavoces adjuntos.

En Madrid y en Valencia

El tercer paso en esa rápida digestión del duelo de la derrota y en la dirección de no abandonar la política lo ha dado con la toma de decisión de ser postulado como senador territorial una vez que pasen las votaciones del 23-J.

Y la última evolución respecto a su discurso en la noche electoral ha llegado con la petición de tener algunos de los privilegios que le concede el estatuto de los expresidentes de la Generalitat Valenciana, tales como disfrutar de chófer, oficina propia y dos asesores, todo a cargo y dependiendo de la Presidencia del Gobierno valenciano.

El refugio que Puig busca en el Senado lo situará en primera línea del PSOE a nivel federal. Estará en primera fila para ver, una vez que pasen las elecciones del 23-J, qué sucede con el futuro de Pedro Sánchez y también de todos aquellos que perdieron el poder institucional el pasado 28 de mayo, entre ellos, el propio presidente valenciano en funciones.

Congresos extraordinarios o reelección

Nadie duda que una derrota amplia de los socialistas precipitaría congresos extraordinarios en todos los niveles (seguro que los líderes provinciales de Valencia y Alicante –Carlos Fernández Bielsa y Alejandro Soler– lo azuzarían) y tiraría por la borda los planes de continuidad y control de la federación socialista valenciana que está marcando Puig.

Un triunfo, sin embargo, consolidaría esa línea y le abriría la puerta, como él mismo no esconde, incluso a presentarse a la reelección en 2027.

(I-D) Los barones del PSOE Armengol; Chivite; Lambán; García-Page; Puig y Guillermo Fernández, en una foto de archivo.
Armengol; Chivite; Lambán; García-Page; Puig y Fernández Vara en una foto de archivoEP

El Senado, por lo pronto, es la casa común y refugio de gran parte de los perdedores del PSOE en las últimas elecciones autonómicas. Eso sí, hay matices entre los que salieron derrotados de las urnas y perdieron la presidencia autonómica de su territorio. Puig es quien más quiere abarcar, de momento, quizás porque es el único entre todos los perdedores que ha subido en número de escaños (4).

El líder de los socialistas aragoneses, Javier Lambán bajó un escaño respecto a hace cuatro años y quiere pilotar al PSOE aragonés hasta el próximo congreso. Además, será senador territorial, como Puig.

Seguiré siendo secretario general hasta el próximo congreso del partido, si es que los compañeros así lo estiman oportuno, y la ejecutiva del partido aprobó el otro día mi designación como senador autonómico. Es algo que entiendo como una prolongación de mi servicio político a la comunidad aragonesa, que ahora es lo que más me motiva Javier Lambán

Como dijo recientemente: "Seguiré siendo secretario general hasta el próximo congreso del partido, si es que los compañeros así lo estiman oportuno, y la ejecutiva del partido aprobó el otro día mi designación como senador autonómico. Es algo que entiendo como una prolongación de mi servicio político a la comunidad aragonesa, que ahora es lo que más me motiva".

Vara, más cerca de irse

El que ha sido presidente extremeño los últimos 12 años, Guillermo Fernández Vara, es quien está más cerca de dejar la primera línea de la política después de bajar 6 escaños. Podría ser senador territorial, aunque no lo tiene decidido. Lo que sí ha asegurado es que : "No voy a ser presidente ni voy a ser líder de la oposición, ni seré el secretario general del partido". En otoño dejará el mando del PSOE extremeño y espera conseguir "un candidato de consenso".

La presidenta balear, Francina Armengol, también perdió el 28-M, bajó 1 escaño y no pudo repetir Gobierno. En el bando de los que han pasado a la oposición es de las que más aspiraciones tiene por seguir adelante, como Puig. Es la cabeza de lista del PSOE balear para el Congreso de los Diputados.

Su intención, con su presencia en la Cámara Baja (donde es una excepción entre los que han perdido) y el Parlament balear es mantenerse en primera línea para repetir como candidata a la presidencia autonómica en 2027, como ya ha verbalizado, y mantener el control del partido.

La que ha sido presidenta de La Rioja, Concha Andreu, bajo 3 escaños el 28-M y también se irá al Senado pero, en este caso no por designación del parlamento autonómico riojano, sino que encabeza la lista a la Cámara Alta en las elecciones del 23-J.

Derrotas sin consecuencias

También quieren controlar el PSOE en Murcia y en Canarias, José Vélez y Angel Víctor Torres, los dos líderes derrotados el 28-M, aunque ambos tienen voces internas críticas que complicarán su situación a lo largo de la legislatura.

Así, se puede concluir que las derrotas electorales entre los dirigentes autonómicos socialistas no han tenido un efecto inmediato en sus organizaciones territoriales y será lo que dictaminen las urnas el 23 de julio lo que puede invertir los procesos que ahora han comenzado o consolidar las tendencias que los líderes autonómicos han diseñado ya.

Ya no se pueden votar ni publicar comentarios en este artículo.

  • I
    Ibero

    Sanguijuelas de la sangre ciudadana...NO dejan el PESEBRE ni con los GEO

  • D
    DANIROCIO

    tranqui que el Chimo lo hace por todos los valencianos,bueno todavia hay gente que se cree al Chimo y por eso sigue vamos que ni con agua hirviendo se marcha
    menudo chollo de la vaca que tiene eso SI lo hace para servir a los valencianos,no tiene jeta ni na que ha dejado la comunidad como un erial y lo pagaremos caro el se va bien forrado

  • J
    jgarejula2

    En cuanto le procesen por lo de las subvenciones a la familia le quitarán todo eso. Porque supongo que le procesarán, ¿verdad?, y que será privado de todos estos privilegios cuasi orientales, ¿no?. ¿Eh, que no? ¿ Y por qué?