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España

El jefe del CNI, dispuesto a agotar el año que le queda tras un mandato con luces y sombras

Félix Sanz Roldán, director del Centro Nacional de Inteligencia

Cuando el PSOE despertó, el general Félix Sanz Roldán todavía estaba allí. Como en el célebre microrrelato, tras siete años de travesía en el desierto los socialistas han regresado al poder y al llegar se han encontrado con que el jefe del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) es el único superviviente de la era anterior en los puestos clave de una España en la que ha cambiado hasta el rey. A sus 73 años, está dispuesto a seguir, al menos otro años más, según trasladan a Vozpópuli fuentes de su entorno.

El general es hoy el último vestigio del 'zapaterismo' si se tiene en cuenta que fue el anterior presidente socialista quien le nombró en el segundo año de su segundo Gobierno. No obstante, con el PP se ganó la confianza de la exvicepresidenta Soraya Saénz de Santamaría, que le renovó en el cargo otros cinco años más, hasta 2019. Llegó en julio de 2009, por lo que estaría una década como custodio de los secretos más sensibles del Estado.

El cambio de Gobierno, por tanto, no es una novedad para él. En caso de seguir en el puesto, su mandato finalizaría en concreto a finales de junio del año que viene. Cuando se pregunta al entorno del general por sus planes inmediatos, se remiten a ese año que le resta, casi obviando el reciente relevo en La Moncloa que, entre otras cosas, ha provocado que el CNI vuelva a depender de Defensa y no de la Vicepresidencia. El control de los servicios secretos fue una de las condiciones que impuso Robles para renunciar a su deseo de regresar al Ministerio del Interior.

A disposición de Robles

Sanz Roldán no ha manifestado cansancio tras nueve años de gestión ni su deseo de dejar el cargo. Las mismas fuentes consultadas por este diario aseguran que se encuentra a disposición de su nueva jefa, Margarita Robles, a quien conoce. Entre ambos no consta ningún desencuentro que lleve a pensar en una mala relación.

Tienen, en cambio, un enemigo en común, el comisario José Villarejo, quien en los últimos años les ha dirigido no pocos ataques o críticas, que en algún caso ha llegado incluso a los tribunales. El veterano mando acusó recientemente a la actual ministra de Defensa de encargarle el 'informe Veritas' con el que se trató de desprestigiar al exjuez Baltasar Garzón con pruebas falsas en los años noventa. Aquellos trabajos significaron su cese en el puesto que ostentaba dentro de la Policía. Se encuentra actualmente en prisión acusado de valerse de trabajos de inteligencia para lucrarse y blanquear dinero. El comisario ya jubilado ha implicado al CNI en sus declaraciones ante la Audiencia Nacional a quien culpa de su situación.

Según su versión, los servicios secretos le encargaron alguno de esos trabajos y estaban al corriente de sus movimientos, por ejemplo, en Guinea Ecuatorial. Villarejo también denunció al CNI por poner en riesgo su vida al difundir su foto en un medio de comunicación. La Audiencia Nacional archivó el caso. Estos son solo algunos de los ejemplos de esa guerra abierta entre el comisario, defendido por Interior en la etapa del exministro Jorge Fernández Díaz. Como telón de fondo, aparece  Corinna zu Sayn-Wittgenstein, la ex amante del rey emérito Juan Carlos I, uno de los principales valedores de Sanz Roldán.

Corinna zu Sayn-Wittgenstein

Según publicó 'El Español', los contactos entre Villarejo y Corinna pusieron en alerta al CNI, que trató de mantenerla al margen tras su salida de España y su ruptura con el rey emérito. En una entrevista concedida a 'OK Diario', el veterano comisario llegó a acusar a Sanz Roldán de viajar a Londres para reunirse con la mujer a la que “amenazó de muerte”, extremo que niega.  

Entre los argumentos en contra de un movimiento en la dirección del CNI pesa la debilidad parlamentaria que sostiene al nuevo Gobierno y el riesgo de someter a esta institución tan sensible a cambios bruscos en caso de que vuelva a haber un relevo en el Gobierno a corto o medio plazo. En las quinielas para suceder a Sanz Roldán siempre estuvo bien situada su exnúmero dos Beatriz Méndez de Vigo, muy ligada a Sáenz de Santamaría, si bien dejó Madrid para ocupar el puesto de responsable de CNI en China. Es la hermana del exministro de Educación y Cultura Íñigo Méndez de Vigo.

En la mochila del Sanz Roldán al frente del CNI hay luces y sombras. Su papel ha sido decisivo en la lucha contra el terrorismo, tanto en los últimos años de ETA como en la colaboración con la Policía y la Guardia en el arresto de decenas de yihadistas. Esa labor se vio enturbiada hace meses cuando trascendió que el imán que ejercía de ascendente sobre la célula que atentó en Barcelona y Cambrils había sido en el pasado confidente del CNI, algo que llevó al general a dar explicaciones en el Congreso.

Las urnas del 1-O

Otro punto negro en la trayectoria de Sanz Roldán fue la gestión del referéndum ilegal en Cataluña y en concreto lo que afecta a la urnas que se usaron para consulta. Los servicios secretos se encargaron de este punto clave para la logística del 1-O y no fueron capaces de dar con ninguno de los miles de recipientes que ese día terminaron usando los independentistas para su desafío al Estado. Fuentes conocedoras de las investigaciones que se llevaron esos días informan de que el CNI llegó a pensar que los organizadores no habían adquirido las urnas.

La última intervención de éxito conocida de los servicios secretos es su participación en localizar y provocar el arresto en Alemania del expresidente de Cataluña, Carles Puigdemont, para que fuese entregado a las autoridades españolas en virtud de la orden europea de detención dictada contra él. No obstante, esa pretensión ha chocado de momento con la valoración de los jueces del tribunal de  Schleswig-Holstein, que se resisten a entregar al dirigente catalán.

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