Publicado: 15/08/2021 04:45
La Biblioteca Nacional de España, cuya misión es recoger y conservar el patrimonio bibliográfico del país, ha levantado cierta polémica en las redes sociales tras publicar un mensaje en el que se refería al hijo de Emilia Pardo Bazán como "señorito militar" y "derrochador".
La institución bibliotecaria superior del Estado hacía uso de su cuenta oficial de Twitter este miércoles para invitar a visitar la exposición 'Emilia Pardo Bazán. El reto de la Modernidad', comisariada por Isabel Burdiel, que acoge hasta el próximo 26 de septiembre.
"Os invitamos a conocer a Emilia Pardo Bazán desde su dimensión de madre, amiga y educadora, la dimensión más personal de la escritora a través de sus cartas", arranca el texto. Tras resumir parte de su biografía, la BNE se centra en el hijo de la escritora gallega: Jaime Quiroga y Pardo Bazán.
"Ella quiso hacer de su hijo Jaime un intelectual, pero tomó la opción de señorito militar con vistoso uniforme, derrochador hasta el punto de que Emilia cambia el testamento para mejorar la parte de sus hijas por los gastos "injustificados" de su hijo", reza el escrito.
Varios usuarios de la red social se hicieron eco de la descripción y reprocharon a la institución estatal el empleo de ciertos adjetivos que consideraban "despectivos".
Se da la circunstancia de que Jaime Quiroga y Pardo Bazán fue asesinado junto a su único hijo por milicianos del Frente Popular poco después de estallar la Guerra Civil y después de ser torturados en la checa de Bellas Artes, también conocida como checa de Fomento. Un dato que, a juicio de los ciudadanos que criticaron el tuit, la Biblioteca Nacional no debería haber omitido.
Críticas en Twitter
"¿Entonces, para la Biblioteca Nacional está bien fusilado? Curioso. Suena a degradación institucional sectaria", comenta un usuario. "Un pequeño recordatorio, señores: la Biblioteca es nacional, no del 'Partido Único Socialista Español'. Gracias.", añade otro.
"¿Qué problema hay con que fuera militar? Podían haberse limitado a comentar negativamente que era derrochador y poco amante de lo intelectual, pero lo de 'señorito militar' me parece que está de más. Es una profesión como otra cualquiera, no algo negativo", apunta una tercera.
"Os ha faltado añadir que el tipejo tuvo la poca vergüenza de no afiliarse al PSOE, lo que desembocó en un merecido fallecimiento por sobredosis de plomo en 1936", lanza otro. "La PSOE se cargó al hijo y al nieto de la Pardo Bazán. Las hijas murieron sin descendencia, quedando el Pazo de Meirás sin herederos legales", continúa otra usuaria de la red social.
"Para ser la Biblioteca Nacional parece que los tuits os los escribe el chigrero de la Casa del Pueblo de turno", agregan. "¿No os da vergüenza?", pregunta uno más.
Respuesta de la Biblioteca Nacional
Vozpópuli se ha puesto en contacto para conocer si la descripción de Joaquín Quiroga y Pardo Bazán responde a palabras que la propia escritora emplease a través de las cartas que hoy divulga la exposición.
"El texto está extraído de manera literal del catálogo de la exposición 'Emilia Pardo Bazán. El reto de la modernidad', redactado por expertos en la autora de todo el país. Este en concreto sale de un párrafo en la página 100 del libro, en el capítulo dedicado a la correspondencia de la autora y redactado por un miembro de la Real Academia Gallega", explican fuentes de la institución.
La exposición se inauguró el pasado 9 de junio y estará abierta hasta el 26 de septiembre. "Esta exposición busca trasladar a los espectadores, de forma visualmente expresiva, una obra y una vida que resultan cruciales para revisar y actualizar la historia literaria e intelectual del último tercio del siglo XIX y primeras décadas del XX.
El primer objetivo, por lo tanto, es mostrar "la modernidad de los retos literarios, intelectuales, personales y políticos de Pardo Bazán, así como su dimensión europea, transnacional", explica la comisaria Isabel Burdiel en la web de la BNE.
Se abordará, dice, el carácter multifacético de una trayectoria que declinó en femenino el término, netamente moderno, de intelectual. "Un término que desde el principio tuvo una fuerte connotación masculina que es necesario ampliar y cuestionar. Novelista que, junto a figuras como Benito Pérez Galdós o Leopoldo Alas, Clarín, desempeñó un papel decisivo en la renovación de la ficción de su época y fue traducida en vida a una decena de idiomas, incluido el japonés", añade.
"Periodista cultural enormemente interesada por la política, crítica e historiadora de la literatura, dramaturga; cuentista prolífica y decididamente excepcional en la Europa de su época; empresaria cultural con una revista y una editorial (Nuevo Teatro Crítico y La Biblioteca de la Mujer, 1890) que fueron pioneras en la difusión en España de la literatura rusa (Dostoievski, Tolstoi o Turguéniev) y de los debates franceses y británicos sobre el feminismo, con la traducción y comentario de las obras de John Stuart Mill y August Bebel", señala.
Uno de los aspectos más originales de su trayectoria intelectual y política fue -recoge la Biblioteca Nacional- la inserción del feminismo en el debate cultural y político de la segunda mitad del siglo XIX, utilizando abiertamente el término y contribuyendo a su respetabilidad, con una repercusión pública muy intensa y eficaz. "Un tipo de feminismo que destaca de nuevo por su modernidad y su capacidad para enlazar con las preocupaciones y los debates actuales", dice.
La cuestión de la profesionalización del escritor, así como de la celebridad femenina y sus paradojas, serán dos nudos argumentales claves de la exposición. "Se harán visibles sus esfuerzos, de nuevo plenamente modernos, de gestionar su profesión y su imagen como escritora y mujer célebre".
En la exposición se muestran su obra y su vida mediante libros impresos, manuscritos, grabados, fotografías... que proceden tanto de la BNE como de otras instituciones españolas.
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