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España

El PSOE deja Cataluña y la crisis de la Corona fuera de su ofensiva electoral

La portavoz del Grupo Socialista en el Congreso, Soraya Rodríguez, presentará este martes las líneas maestras sobre las que su partido hará descansar la ofensiva electoral que le llevará hasta las próximas legislativas, con paradas obligatorias en los comicios europeos de mayo y en las autonómicas y locales previstas para dentro de 16 meses. En este trayecto, el PSOE ha decidido no hacer sangre ni con la crisis de la Corona ni con el desafío secesionista en Cataluña.

"La decisión tomada por la defensa de la infanta es una buena decisión", se afirma desde la dirección del PSOE

Para Alfredo Pérez Rubalcaba, no para todos los miembros de la ejecutiva que dirige, el desprestigio que sufre la Casa Real no puede entrar en el debate partidista porque es un asunto de Estado. Así, en contra del criterio de buena parte de la militancia y cuadros socialistas, no solo no aprovechará la coyuntura para jalear los principios republicanos del PSOE sino que tampoco se retratará en los capítulos judiciales que todavía quedan pendientes del ‘caso Urdangarin’. El más próximo afecta de lleno a la infanta Cristina, con declaración ante el juez Castro prevista para el mes que viene. La ‘número dos’ del PSOE, Elena Valenciano, no dejó este lunes dudas sobre la actitud de su partido. “La decisión tomada por la defensa de la infanta es una buena decisión”, afirmó al ser preguntada por los periodistas sobre la celeridad con la que doña Cristina quiere resolver su imputación.

Manto de silencio y total discreción, estas son las consignas dadas por Rubalcaba a su equipo sobre la crisis de la Corona

Rubalcaba ha hablado largo y tendido con el rey Juan Carlos y también con Mariano Rajoy sobre la crisis de la Corona y ha llegado a la conclusión de que como secretario general del PSOE dispone de margen suficiente para contener las voces que en su partido reclaman una disposición combativa a favor de la sucesión al trono. La consigna es clara: manto de silencio y total discreción.

El reto soberanista en Cataluña tampoco formará parte de la agenda electoral del PSOE, más allá de la insistencia en una reforma constitucional que sirva de parapeto no solo a la división interna que castiga al socialismo catalán, sino también al abanico de opiniones enfrentadas que lucen los diferentes ‘barones’ autonómicos. Rubalcaba mantiene conversaciones frecuentes con Mariano Rajoy sobre este desafío y, pese a discrepar de su estrategia, no hará sangre de un problema territorial que podría tener un efecto bumerán para el PSOE.

El PSOE teme que la explotación partidista del desafío soberanista en Cataluña tenga un efecto bumerán

Con estas limitaciones autoimpuestas por Rubalcaba, los socialistas se preparan para escenificar un viraje muy medido hacia la izquierda, pensado para su electorado tradicional, que descansará en la denuncia permanente de una tasa de desempleo insoportable y también en un recordatorio constante de aquellas reformas, como la del aborto, el copago sanitario, la dependencia o la ley de Seguridad Privada, en las que el Gobierno, en opinión del PSOE, ha puesto patas arriba los avances conseguidos en derechos y libertades en las dos últimas décadas.

Con estos mimbres, Rubalcaba espera librarse de aquí a poco más de cuatro meses de la negra pesadilla a la que tendría que enfrentarse en caso de que el PSOE sufriera un duro revés en las elecciones europeas, claves para marcar el clima con el que su partido encarará después las autonómicas y locales y las legislativas de 2015.

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