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El Ejército se prepara para hacer frente a un nuevo brote del coronavirus en otoño

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Un militar del Ejército lleva a cabo labores de desinfección en el aeropuerto de Barajas, en el marco de la Operación Balmis.

La cúpula de las Fuerzas Armadas ya trabaja en la redacción de un informe de la operación desplegada contra el coronavirus. El documento recomienda actuar de forma preventiva para evitar una nueva pandemia en el futuro y analiza los posibles errores que se hayan podido cometer en la gestión de la crisis. Hay cierta prisa en la redacción de las conclusiones: los expertos sanitarios alertan de que el próximo otoño puede haber un nuevo brote.

La ministra de Defensa, Margarita Robles, deslizó en una entrevista el riesgo de que se registren futuros brotes: "Todo dice que probablemente en octubre o noviembre esto pueda volver a reproducirse". El comentario, señalan fuentes militares consultadas por Vozpópuli, responde a las advertencias que la comunidad científica ha hecho llegar al Ministerio de Sanidad.

En previsión de futuros brotes, el Jefe del Estado Mayor de la Defensa (JEMAD), el general del Aire Miguel Ángel Villarroya, ha dado la orden a todas las unidades de que redacten informes sobre las intervenciones que están llevando a cabo en toda España.

Las cifras que se están recogiendo ya arrojan conclusiones relevantes: las Fuerzas Armadas han llevado a cabo 1.353 desinfecciones en residencias de ancianos, lo que manifiesta que es uno de los eslabones más frágiles en esta pandemia. Las autoridades militares confían en que para el próximo otoño se haya desarrollado una vacuna que ayude a minimizar el impacto en este sector de la población.

Refuerzo de capacidades

Los informes, pese a estar en su fase inicial, también apuntan a la necesidad de llevar a cabo acciones preventivas frente a futuras pandemias. La Operación Balmis ha demostrado que la desinfección inmediata de espacios transitados -estaciones ferroviarias, de metro o aeropuertos- y de infraestructuras críticas -ya se han llevado actuaciones en 500 centros sanitarios- es una de las acciones más eficaces para evitar la propagación del virus. También han llevado 64 intervenciones en aeropuertos, en 22 puertos y en 250 instalaciones de la Administación Pública.

La cúpula militar confía en que las lecciones aprendidas de este despliegue sirvan para minimizar el impacto de futuribles brotes de coronavirus. "Reforzaremos algunas capacidades para ofrecer la respuesta más rápida a estas amenazas", detallan las mismas fuentes, que también recuerdan los informes del Departamento de Seguridad Nacional que en años consecutivos alertaban de los riesgos de las pandemias. 

Todos los focos están puestos en la Unidad Militar de Emergencias (UME), cuyos efectivos actúan de forma habitual en escenarios urbanos por inundaciones, incendios o terremotos. La cúpula militar estudia reforzar sus medios para hacer frente a situaciones similares. En las últimas jornadas han tenido que adaptar algunos de sus recursos para combatir el virus; el más llamativo, un cañón de nieve artificial modificado para proyectar líquido desinfectante. 

Las vistas están puestas -siguiendo las advertencias recibidas- en el próximo otoño. No se contempla un dispositivo de una envergadura similar, con más de 6.000 efectivos sobre el terreno, porque se asumen las lecciones preventivas de esta pandemia. La intención de la cúpula castrense es contar con nuevos medios de prevención frente a estas amenazas y un plan rápido de despliegue para intervenir en caso de que Sanidad lo requiera. 

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