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España

Rato se embolsó una segunda 'mordida' de 189.704 euros por contratos de Bankia

Rodrigo Rato abandona su domicilio detenido el pasado 16 de abril.

El pago de 835.025 euros que recibió Rodrigo Rato por el supuesto amaño de los contratos publicitarios de Bankia no es la única 'mordida' que investiga la Guardia Civil de la etapa del político como máximo responsable de la entidad financiera. Un informe de la Unidad Central Operativa (UCO) incorporado al sumario recoge la existencia de otros dos pagos sospechosos que suman 189.704 euros y que los agentes relacionan con supuestas irregularidades en otras adjudicaciones también en el área de marketing del banco. En concreto, las que permitieron a Alberto Portuondo Coll, presunto comisionista de la trama, embolsarse 1,68 millones de euros por trabajos a Bankia cobrados a través de las empresas Lateral Mente SL, Plena Mente SL y 3Lemon Soluciones Tecnológicas SL. El documento policial apunta que estas mercantiles hicieron "una facturación sobredimensionada a la entidad bancaria" y que de ese precio 'inflado' salieron los 190.000 euros que acabaron sospechosamente en una empresa de Miguel Ángel Montero Quevedo, presunto testaferro del exvicepresidente del Gobierno.

La UCO cree que la segunda 'mordida' salió de los contratos que tres empresas de Portuondo firmaron con la entidad por 1,68 millones de euros

El desembarco de Portuondo en Bankia a través de estas empresas se produjo sólo tres semanas después de que el político asumiera el 28 de enero de 2010 la presidencia de Caja Madrid. Según declaró ante los agentes Francisca Astilleros, directora entonces del Área de Publicidad, Patrocinio e Imagen Corporativa de la entidad, "desde el primer momento de la llegada de Rodrigo Rato supe que Presidencia encargó una auditoría para la Unidad de Comunicación a una empresa llamada Lateral Mente, apareciendo Alberto Portuondo para realizar la misma". Sin embargo, el papel de este empresario, también imputado en la causa y el único que ha pasado por prisión por estos hechos, no se redujo a ello y a partir de ese momento ejerció como "asesor" del exvicepresidente del Gobierno y tuvo una intervención clave en la adjudicación de los millonarios contratos publicitarios a Zenith MediaPublicis Comunicaciones España que ha puesto contra las cuerdas al político por la primera 'mordida' conocida, la de los 835.025 euros.  

El informe de la Guardia Civil destaca que las tres empresas de Portuondo fueron elegidas 'a dedo' para diferentes trabajos de marketing y reputación 'online' de Bankia. Antonio Arribas, director de Compras, reconoció que no se realizó ningún concurso porque "ya venían indicadas" desde la Presidencia de la entidad. Y así siguieron hasta mayo de 2012, cuando la salida de Rodrigo Rato provocó que el nuevo equipo gestor de Bankia rescindiera los contratos. Poco más de dos años facturando a la entidad financiera que, sin embargo, reportaron importantes ingresos a las mismas. Con Plena Mente facturó cerca de 550.000 euros, mientras que con Lateral Mente cobró unos 860.000 euros. 3Lemon le sirvió al empresario para cargar a la entidad financiera alrededor de 380.000 euros. Las facturas de todas ellas se hicieron tan habituales aquellos años que los empleados de la propia entidad se referían a ellas coloquialmente como "las Mente". Según los cálculos realizados por los agentes, la cantidad exacta que se embolsó Portuondo fue de 1.680.686,65 euros.

"Cantidad desproporcionada"

Una cifra que los agentes califican de claramente "desmesurada" en su informe y que, de hecho, llevó a la entonces directora general adjunta de Comunicación y Marca, Pilar Trucios, a negarse a renovar en noviembre de 2011 el contrato que prolongaba la relación de las sociedades del presunto comisionista con Bankia. "Me pareció una cantidad desproporcionada y ya que no conocía exactamente las funciones que desarrollaba Portuondo, me negué a firmar y dije que se le pasase directamente a Teresa Arellano [secretaria y persona de la máxima confianza de Rato que había desembarcado en el banco con él]". Esta estrecha colaboradora del político, también imputada, firmó finalmente la prórroga del contrato. De esta cantidad los agentes creen que supuestamente se pagó la segunda 'mordida'.

El dinero partió de Albisa SL, la misma empresa de Portuondo que abonó la primera mordida a Rato. Sin embargo, en esta ocasión el destino fue Montelayos SL, del testaferro del político

Ésta salió de Albisa Inversiones y Asesoramiento SL, la misma empresa de Portuondo con la que cobró la comisión a Zenith y Publicis por la adjudicación de los contratos de publicidad y realizó el pago de 835.000 euros a Kradonara 2001 SL, la empresa de Rodrigo Rato que se ha revelado como clave en el entramado societario del político. Sin embargo, en esta ocasión el destino fue otra mercantil, Montelayos SL, una empresa en la que figura como administrador Miguel Ángel Montero, el presunto testaferro de Rato. Según destaca la UCO, la empresa de Portuondo abonó a dicha compañía 35.164 euros en 2011 y otros 154.540 en 2012. En total, los 189.704 euros ahora bajo sospecha.

"Facturación sobredimensionada" 

Los agentes destacan en su informe como "importante" el hecho de que esos dos años "son los únicos en los que Albisa realiza pagos tanto a Kradonara como a Montelayos". Por ello, concluyen que en ese periodo el político y su testaferro aprovecharon "la contratación de Portuondo por Bankia y utilizando sus empresas como vehículo para traspasar activos de Bankia a otras propiedad de Rato (Kradonara) y Montero (Montelayos) mediante una facturación sobredimensionada a la entidad bancaria". Una "acción delictiva" que, según destacan los agentes, "recae en cada uno de los participantes de manera autónoma, aunque todo evidencia un planeamiento de la acción y una concertación de su ejecución". El documento policial también destaca que con esta forma de actuar del exvicepresidente del Gobierno y sus supuestos cómplices consiguieron "la colocación de los activos presuntamente obtenidos ilícitamente en el circuito financiero normalizado como primer paso de una operativa de blanqueo de capitales".

El informe concluye que Rato y su testaferro aprovecharon la contratación de Portuondo por Bankia para "traspasar activos" de la entidad a sus sociedades Kradonara y Montelayos

Tanto el expresidente de la entidad como su presunto testaferro fueron interrogados por la UCO primero y, días después, por el titular del Juzgado de Instrucción número 31 de Madrid, Antonio Serrano-Arnal, por el papel que ambos tuvieron en la contratación por parte de Bankia de las tres empresas de Portuondo y por las dos transferencias que conforman la supuesta segunda 'mordida'. Rato ha negado conocer a Portuondo antes de su llegada a Bankia, mientras que el presunto testaferro, que sí admite ser su amigo (de hecho comparte con el comisionista una empresa, Young Potencial Development SL) ha asegurado que los 835.00 y 190.000 euros de ambas 'mordidas' no son ninguna comisión, sino los pagos que el empresario le hizo por diferentes trabajos de asesoría. La Guardia Civil no da credibilidad a dichos testimonios y ha pedido al magistrado que pida a las entidades bancarias datos sobre los movimientos bancarios de Montelayos, la empresa de la segunda comisión. El magistrado ya ha cursado la orden.

UNA INVERSIÓN FALLIDA COMO EXCUSA

El documento de la Guardia Civil relaciona el pago de las dos 'mordidas' con una inversión fallida que el político hizo en 2008 de la mano de su testaferro. En concreto, en un hotel en la localidad toledana de Layos que supuso para ambos la pérdida de "importantes cantidades de dinero". Miguel Ángel Montero habla que el político vio esfumarse 2,3 millones. Rodrigo Rato eleva esta cifra a 3,5 millones. Siempre según el relato que hacen los agentes en su informe, el presunto testaferro propuso al exvicepresidente del Gobierno para compensar dicho descalabro económico "facturar una importante cantidad de dinero a una empresa propiedad de Portuondo". Se refieren a Albisa, "la cual recibiría los fondos desde Bankia a través de las empresas de publicidad que ganaron los concursos [...] Zenith y Publicis, y de las sociedades Literal Mente, Plena Mente y 3Lemon", estas últimas propiedad del propio comisionista y también contratadas por la entidad financiera. Una manera peculiar de sufragar parte de las pérdidas de aquel ruinoso negocio hotelero. 

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