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Carmona, tras la ofensiva de Sánchez: ¿pólvora mojada o kamikaze en el PSOE?

Pedro Sánchez y Antonio Miguel Carmona.

Despojado de la portavocía en el Ayuntamiento y de su presencia en el Comité Federal, y con cada vez menos apoyos entre los concejales de su lista madrileña, a Antonio Miguel Carmona solo le quedan dos opciones: esperar a vengarse de Pedro Sánchez en el Congreso de 2016, o desestabilizar al partido tumbando el gobierno de Manuela Carmena en una moción de censura. Esta última es la “opción nuclear”, y supondría su suicidio político. También puede tratar de agitar el avispero de los distritos madrileños, pero con las elecciones a la vista de momento muy pocos son los que están dispuestos a dar un paso adelante que desestabilice al partido.

Carmona y Pérez podrían unirse a una eventual moción de censura contra Carmena

Carmona, que podría haber sido Alcalde de Madrid, se ha convertido en pocas semanas en un concejal más, despojado de todo poder. Cuenta cada vez con menos fieles entre los miembros de su grupo en el Ayuntamiento. Aunque sobre el papel hay tres de los nueve de la lista son de su órbita, tras la ofensiva de Sánchez en realidad le quedaría uno de ellos no sujeto a disciplina de partido: su amigo y fichaje personal, el concejal de Hacienda Julio Ramsés Pérez. Pero este, ex presidente de la Organización de Inspectores de Hacienda, no es miembro del PSOE y vive en Galicia, muy lejos de los centros de poder.

Por supuesto, Carmona y Pérez podrían unirse a una eventual moción de censura contra Carmena. Eso, si contara con el apoyo de Ciudadanos, tumbaría el gobierno de Madrid. Pero él, un socialista convencido y con aspiraciones, no tendría interés en convertirse en un kamikaze contra el partido.

Lo que sí hará es ruido.

Carmona fue uno de los cargos del PSOE que más se significó contra la decisión de Pedro Sánchez de destituir a Tomás Gómez antes de las elecciones del 24M. Desde entonces ha vivido unas semanas tortuosas. Para empezar, el humillante resultado del partido en Madrid, sólo nueve escaños frente a los 20 de Ahora Madrid o los siete de Ciudadanos. No dimitió.

Los motivos esgrimidos por Ferraz son muchos: era demasiado mediático e imprevisible, se había adueñado de la relación PSOE-Podemos...

Esperanza Aguirre le ofreció la Alcaldía a cambio de frenar a Ahora Madrid (Podemos y Ganemos), pero lo rechazó. Tuvo que aproximarse a Manuela Carmena, y compartió el desgaste político de sus primeras polémicas como alcaldesa. Y hace unas semanas le convirtieron en soldado raso: fue relevado como portavoz de los socialistas en el Ayuntamiento por Sara Hernández, al poco tiempo de ser esta elegida nueva secretaria General del PSOE-M. Además, le sacaron de la representación madrileña en el Comité Federal y le sustituyeron por Jaime Lissavetzky, al que él mismo había ninguneado meses atrás.

“No se trató de una disputa interna, sino de una operación diseñada por Ferraz, y ha concluido la fuga de apoyos para Antonio Miguel Carmona en el Ayuntamiento de Madrid”, asegura un concejal socialista que prefiere no ser nombrado.

Los motivos esgrimidos por Ferraz son muchos: era demasiado mediático e imprevisible, informa Pedro Blasco; se había adueñado de la relación PSOE-Podemos, con el riesgo que esto supone; iba a estar “en campaña” hasta el siguiente Congreso…

Con la decisión, Ferraz se quita “al gran opositor, a uno de los enemigos políticos de la nueva junta del partido madrileño”, concluye un concejal socialista. Y Sánchez es, ahora, el dueño de una de las plazas más importantes e inestables: Madrid.

El movimiento para impugnar a Sara Hernández es aún mínimo

La pérdida de apoyos en el Ayuntamiento y de poder en Ferraz y en el PSOE-M Carmona la trata de sustituir con unos movimientos de protesta de las bases que de momento están muy lejos de haber alcanzado masa crítica.

Desde su órbita aseguran que tiene mucha más fuerza de lo que parece: que si hoy hubiera una votación, probablemente saldría 70/30 contra Sara Hernández; que muchos barones regionales están hablando en contra del golpe de mano de Ferraz; que de hecho en Ferraz se están arrepintiendo del movimiento tan cercano a las elecciones; y sobre todo que las bases están increíblemente revueltas.

Desde su órbita aseguran que si hoy hubiera una votación, probablemente saldría 70/30 contra Sara Hernández

Sin embargo, la anunciada impugnación del Congreso ha sido firmada sólo por un par de docenas de delegados socialistas, de los 350 existentes. Ha sido una iniciativa de un distrito, el de la agrupación socialista El Boalo, Cerceda y Mataelpino. El Alcalde de El Boalo Javier de los Nietos, que lanzó la iniciativa de impugnación, asegura a Vozpópuli que la cifra de apoyos va a ir creciendo. No fueron más, dice, porque todo el golpe de mano se celebró en pleno verano y con poco aviso. La militancia está harta del autoritarismo de Ferraz: “Hay un movimiento de la propia militancia para dotarnos de una serie de normas que blinden el partido a estas situaciones: que no vuelva a suceder que una gestora o una directiva más o menos retorcida dé la espalda a las bases”.

¿Tregua hasta el Congreso?

De los Nietos promete un otoño caliente, pero es probable que esta guerra se quede larvada hasta la próxima primavera. Entonces está previsto que, en febrero, el PSOE celebre su Congreso Nacional, y en marzo el PSOE-M y el resto de federaciones los congresos regionales. Sería entonces, tras conocerse el resultado de las Generales, cuando Carmona volvería a la carga.

Él mismo habría mostrado su intención de trabajar por la victoria de Sánchez en un tuit: “Gracias tantos dirigentes PSOE que me han llamado. Unidos lograremos ganar las elecciones de noviembre y que Pedro Sánchez sea presidente”. Este apoyo explícito se ve como un anuncio de tregua, aunque el mensaje era el pie de foto de un artículo de El Mundo en el que varios dirigentes socialistas apuntaban al caso Carmona como uno de los motivos de la debilidad de Sánchez como candidato.

Desde el nuevo PSOE-M tratan de reforzar la idea de una tregua. “Antonio se tendrá que sumar a trabajar todos juntos en el proceso de ganar las elecciones”, aseguran desde la plaza madrileña de Callao, sede del partido. “La mayoría de nosotros estamos ya en otra cosa, en trabajar para ganar las elecciones”, afirma a Vozpópuli Enrique Rico, nuevo secretario de organización del PSOE-M y número dos de Sara Hernández.

Mientras, el soldado raso Antonio Miguel seguirá operando hasta ese Congreso. La cuestión es si su pólvora está ya mojada.

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