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España

El debate que preocupa al bipartidismo: "Hay que prohibir la condonación de deuda a los partidos"

Pablo Iglesias debate con Albert Rivera, durante el programa de Jordi Evolé.

Albert Rivera y Pablo Iglesias han abierto la precampaña electoral para el 20D en el programa Salvados, presentado por Jordi Évole en La Sexta. La expectación ha sido máxima, dado que es la primera vez que ambos políticos se enfrentan en un debate.  La cordialidad del encuentro no ha mellado la tensión anunciada. En el barcelonés bar Tío Cuco, los dos líderes de los partidos que han cambiado la forma de entender y hacer política en España han desgranado sus propósitos para las elecciones generales de diciembre. “Hay que prohibir la condonación de deuda de los bancos a los partidos políticos", han defendido los candidatos, que también han coincidido en la derogación de la reforma laboral del PP y en llegar a un nuevo sistema de pensiones que acabe con la legislación actual.

Rivera: "Proponemos que todo el mundo tenga un contrato indefinido progresivo desde el primer día, el modelo danés"

El programa comenzó la aparición de Rivera en el interior de un vehículo al que accede el candidato de Podemos. Para abrir boca, Pablo Iglesias dejó constancia de su pesar por tener que abandonar el Parlamento Europeo. Rivera, por su parte, le explicó a éste las vivencias con su hija de cuatro años. Jordi Évole les recibió recordándoles el debate televisivo de 1993 entre Felipe González y José María Aznar. Y ha continuado preguntándoles a quién habían votado en 2004, a lo que Rivera volvió a repetir como en otras ocasiones que lo hizo en blanco, mientras que Iglesias contó que lo hizo por Gaspar Llamazares, de Izquierda Unida. 

A medida que avanzaban por el barrio barcelonés, Rivera criticó la dependencia de los medios de comunicación del poder financiero y del poder ejecutivo, algo que el líder de Podemos secundó. Ya en el bar, atendido por Cecilia, comenzó el cara a cara propiamente dicho. Preguntados por el paro, Rivera habló del contrato único como mejor manera de combatirlo: "Proponemos que todo el mundo tenga un contrato indefinido progresivo desde el primer día, el modelo danés". Algo con lo que ya no concordaba Iglesias, al que no le pareció bien la solución del candidato de C's: "Si fuéramos un país como Dinamarca se podrían estudiar medidas como esa. Pero en España no es posible". Según continuaba el debate iban apareciendo las primeras palabras conocidas, como "casta", pero contra todo pronóstico ésta brotó de los labios de Rivera, refiriéndose a sindicatos y patronal. Por su parte, Iglesias apostó por restaurar un sistema que proteja a los trabajadores con una nueva reforma laboral y por reactivar la economía. En este punto, los dos líderes coincidieron en que la solución al paro es "parecerse a Dinamarca". Sobre el IBI, Rivera reprochó a Iglesias que plantearan la subida de este impuesto como una solución a la crisis. "No estamos de acuerdo con los salarios de miseria. Hay que acabar con la reforma laboral del PP", coincidieron ambos.

Pablo Iglesias quiere volver a adaptar las pensiones al IPC y reducir las horas semanales de trabajo

Con el tiempo los políticos se soltaban y aparecían grandes diferencias de pareceres: el acceso a la Sanidad fue el primer motivo de amplio desencuentro. Rivera expresó la idea de su partido de limitar el servicio: “Queremos que el Sistema de Salud sea igual que en el resto de Europa”. En cambio, Iglesias cree “que no se puede meter en el mismo saco a un turista alemán que a un sin papeles. Yo a un chaval senegalés no le puedo pasar una factura por ir al médico”, algo por lo que  Rivera le reprochó estar haciendo demagogia.

Ambos líderes se mostraron contrarios a la reforma de las pensiones que realizó el Partido Popular. Pablo Iglesias quiere volver a adaptar las pensiones al IPC y reducir las horas semanales de trabajo: “En Dinamarca, el país que nos gusta, trabajan 33 horas a la semana”. Rivera estima que la firma de los Pactos de Toledo fue un asunto positivo del bipartidismo sobre las pensiones y apuesta por volver a reeditarlo y echar por tierra la reforma del PP. Por su parte, Iglesias se muestra partidario de rebajar la edad de jubilación a los 63 años. Algo con lo que Rivera no está de acuerdo, ya que considera que la base tiene que ser 65 años, pero no se atreve a prometer: “Yo no puedo hacer las promesas que hacéis vosotros y mirar a los ojos de la gente”, en una referencia a la renta básica defendida por Podemos, que el líder de la formación morada ha mantenido que era posible, mientras que Rivera le ha achacado que las cuentas no le salen.

Sobre las relaciones con el poder, Rivera criticó a Podemos por “criminalizar a los empresarios españoles y luego reunirse con ellos”. La respuesta de Iglesias fue clara: “Si fuera necesario para nuestro país cualquiera de los dos nos reuniríamos hasta con el mismísimo diablo”. Y afirmó que “nosotros tenemos muy claro a quién tenemos que defender. Creo que te hace daño que te defienda Esperanza Aguirre, Arcadi Espada o Alfonso Rojo”. “Yo no voy a jugar a los bandos -argumentó Rivera-. ¿Quién va a cuadrar las cuentas? Porque hacéis promesas que no podéis pagar. Ciudadanos es un partido que puede gobernar España sin plegarse a intereses particulares”.

Rivera criticó a Podemos por “criminalizar a los empresarios españoles y luego reunirse con ellos”

En el tema de la corrupción, ambos dirigentes se mostraron implacables en la necesidad de acabar con la lacra e Iglesias se mostró dispuesto a buscar acuerdos. El candidato de Ciudadanos explicó su plan sobre transparencia de financiación de los partidos. “Hay que prohibir la condonación de deuda de los bancos a los partidos políticos. Sobre el dinero que “viene de Venezuela”, en expresión de Évole, Iglesias dijo que tienen las manos limpias. La financiación de los partidos políticos es otro asunto donde exhibieron acuerdo en la necesidad de cambiar la legislación.

El espinoso asunto de las nacionalizaciones fue el que concitó más tensión y diferencia. Para Iglesias defendió que "tener compañías públicas no es obsoleto. La Constitución de 1978 dice que ciertos sectores pueden tener titularidad pública. Es decir, que las eléctricas que establecen esos precios deben leerse la Constitución". Esta amenaza velada motivó la reacción de Rivera: "Yo creo en la competencia y no en el capitalismo de amiguetes. Las empresas públicas pertenecen a un modelo heredado del franquismo. No tiene sentido expropiar. El PP se ha cargado el Tribunal de la Competencia". 

Los dos protagonistas reconocieron ante Évole haber pagado en alguna ocasión "en negro". El moderador quiso que se mojaran sobre si el juicio a Artur Mas por la convocatoria de referéndum del 9N en Cataluña era un juicio político. Para Rivera, no lo es. A Iglesias, no obstante, le parece absurdo que haya "alguien imputado por convocar un referéndum".  La última batería de preguntas rápidas de Jordi Évole mostró algunos puntos de confluencia: derogación de la Ley Mordaza, no pagar indemnización a Florentino Pérez por el Castor, más dinero para los dependientes, que la Iglesia pague el IBI y transformar las instituciones. Una serie de coincidencias ante las que Pablo Iglesias no ha podido evitar hace una broma: "Como sigamos así, nos presentamos juntos a las elecciones", algo a lo que el moderador ha preguntado "¿Y entonces?". "Evidentemente, no", contestó Iglesias, provocando la risa de ambos candidatos.

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