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Montero llevaba meses monitorizando a Serrano desde dentro de Correos con un directivo de confianza

Fernando Ramírez llegó tras pasar cinco años en Navantia para estudiar la gestión de Serrano al frente de Correos, que llegó al operador postal apadrinado por Pedro Sánchez

Juan Manuel Serrano, expresidente de Correos Europa Press.

María Jesús Montero Cuadrado, vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de Hacienda y Función Pública, llevaba tiempo sospechando de la gestión de Juan Manuel Serrano, hoy ya expresidente de Correos.

Una desconfianza que se sumó a la de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI). Durante la presidencia de Serrano Correos ha generado un agujero de pérdidas de entre 1.200 y 1.500 millones de euros que van directamente contra Hacienda y que se reflejan en las cuentas de la SEPI.

Por este motivo, Montero y la SEPI acordaron integrar en el gestor postal un perfil afín para monitorizar desde dentro los movimientos de Serrano, que llegó a la compañía en cuanto Pedro Sánchez pisó la moqueta de La Moncloa en 2018. Serrano se mantuvo junto al hoy presidente en sus peores momentos, cuando tuvo que dimitir como secretario general del PSOE y le tocó recorrer España en coche para recuperar el terreno perdido. Entonces Serrano era el jefe de gabinete de la Comisión Ejecutiva Federal del PSOE.

El hombre elegido para analizar qué estaba pasando en Correos fue Fernando Ramírez Ruiz. Llegó en calidad de responsable del área de Recursos Humanos hace más de año y medio. Fuentes conocedoras de esta maniobra explican a Vozpópuli que desde su llegada comenzó a reportar lo que estaba sucediendo en la empresa pública desde "el minuto cero". Y no solo en lo referente al departamento de Recursos Humanos, sino a "todos los niveles".

Ramírez venía de Navantia, empresa pública propiedad de la SEPI, en la que pasó cinco años. Con anterioridad también desempeñó el mismo puesto en Airbus. Ha sido, sin duda, el hombre de confianza tanto de la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales como de la propia Montero.

La cuota de mercado de Correos, según los sindicatos, se ha reducido un 10% desde la llegada de Serrano, pasando de un 97% en 2019 al 87% en 2022

Según las fuentes consultadas por este diario, rápidamente se generaron dentro del operador postal dos facciones que mantuvieron enconadas discusiones por el rumbo de la gestión de la empresa. Por un lado quienes estaban en contra de la gestión de Serrano, -por tanto con Ramírez-, y por el otro los que estaban con el amigo del presidente del Ejecutivo -liderados por Sergio Peinado, director de Tecnología-. Fueron meses de encontronazos y diferencias que fueron convenciendo a María José Montero de que Correos necesitaba una vuelta de calcetín, que se ha hecho realidad hace solo unos días.

El desastre de Correos con Serrano al frente

Según los datos de Comisiones Obreras y UGT, en 2022 la empresa postal ha perdido 279 millones de euros en 2021 (antes de impuestos), y la filial de paquetería Correos Express se dejó 9 millones de euros después de obtener 14 millones de beneficios ese mismo año. Desde 2019 el patrimonio neto de la compañía ha caído un 45%.

La cifra de negocios de 2022 sufrió una caída del 6% si se compara este indicador con el año anterior. En cuanto al número de envíos, ha disminuido de forma vertiginosa hasta el 50%, pasando de 2.700 envíos de 2018 a tan solo 1.368 en 2022.

No se trata de pérdidas sectoriales si se compara el comportamiento de Correos con las compañías con las que compite. Entre 2020 y 2022 el correo tradicional descendió en la corporación pública un 16,4%, mientras que el resto de las compañías privadas de su sector aumentaron un 11,1%. La cuota de mercado de Correos, según los sindicatos, se ha reducido un 10% desde la llegada de Serrano a la compañía, pasando de un 97% en 2019 al 87% en 2022".

Son pérdidas que se suman a las que acarreaba desde 2018, y que según los últimos datos de los sindicatos se elevan hasta el entorno de los 1.500 millones de euros en la actualidad. Unas cifras insostenibles que Montero y la SEPI confían en reducir con la salida de Serrano.

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