El esperado pacto salarial alcanzado entre CEOE, UGT y CCOO evitará que los trabajadores pierdan más poder adquisitivo con la inflación, pero no cerrará la brecha abierta el pasado año, al no haberse acordado una subida con efecto retroactivo sobre 2022, cuando la inflación media se situó en el 8,4%. El año pasado se pospuso el Acuerdo Interconfederal para el Empleo y Negociación Colectiva (AENC), que orienta las negociaciones de convenios y que no se renueva desde 2018. Con todo, los salarios pactados en convenio sólo subieron un 2,8% en 2022, 5,6 puntos menos que la inflación.
Aunque la intención de los sindicatos era que en el nuevo acuerdo se incluyera una subida con efecto retroactivo por la pérdida de poder adquisitivo sufrida en 2022, finalmente han cedido en que la recuperación salarial se ejecute a partir de este año. De esta forma, han marcado subidas salariales muy alineadas con la inflación prevista para este año y los sucesivos, lo que en la práctica implica que los trabajadores no perderán más poder adquisitivo, pero no recuperarán lo que ya se ha perdido en el peor momento de la crisis inflacionista.
En concreto, los agentes sociales han pactado subir salarios en convenio un 4% en 2023, un 3% en 2024 y otro 3% en 2025, que se sumarían al 2,8% ejecutado ya en 2022. El Panel de Funcas, que aglutina a una veintena de servicios de estudios, marca un repunte de precios del 4,2% este año y del 2,8% en 2024, para repuntar otro 2% de media en 2025, según los cálculos del propio Gobierno en el Programa de Estabilidad y las estimaciones de la OCDE.
Si se tiene en cuenta el 2022, el peor año la subida salarial acumulada en los cuatro años será del 13,4%, mientras que la subida de precios acumulada ascenderá al 18,4%, siempre que se cumplan las previsiones. La brecha, de cinco puntos porcentuales, se traduce en una caída del 3,8% en la renta disponible de los hogares, según cálculos de Raymond Torres, director de Coyuntura de Funcas. En términos absolutos, supone una pérdida de poder adquisitivo de 31.000 millones de euros.
En todo caso, esta es una cifra de máximos, pues los sindicatos han asegurado una subida del 1% adicional cada año si la inflación sorprende al alza, pero que podría verse algo reducida si finalmente la inflación da una 'alegría' y se modera más de la cuenta. Es decir, que si la inflación es finalmente menor de lo que se prevé, sí habría una ganancia de poder adquisitivo por parte de los trabajadores.
Además, Raymond Torres recuerda que "las empresas también han tenido que ajustar sus márgenes" al ser fundamentalmente una inflación importada (incremento de costes). En este sentido, los empresarios también defienden sus esfuerzos y que una recuperación total del poder adquisitivo de los trabajadores habría sido muy gravosa para el tejido productivo del país.
Los que no han participado en el pacto de rentas, pese a la recomendación del Banco de España (BdE) de que deberían hacerlo, son los pensionistas. En enero las pensiones subieron un 8,5%, en base a la inflación pasada, tal y como marca la nueva reforma laboral. Por tanto, hasta ahora han tenido una recuperación de poder adquisitivo mayor que los trabajadores. Sin embargo, a partir de este año, puesto que previsiblemente los salarios y la inflación estarán aparejados, se revalorizarán en la misma medida.
Finalmente, los que tampoco habrían perdido poder adquisitivo en 2022 son aquellos asalariados que cobran el Salario Mínimo Interprofesional (SMI), al haber subido éste un 8%, compensando totalmente la inflación. De esta forma, más allá de la subida de costes energéticos o de materias primas, los sectores más vinculados al salario mínimo, entre los que destacan la agricultura y los servicios, han tenido que ajustar sus márgenes también por esta razón.
