Pedro Sánchez trata de calmar las aguas tras sus pactos de investidura. El presidente del Gobierno ha garantizado a Isidro Fainé en una reunión privada que no traspasará a la Generalitat la vigilancia de la Fundación La Caixa, entidad que preside y que ahora está supervisada directamente por el Ministerio de Economía, según trasladan a Vozpópuli fuentes conocedoras.
Como publicó este medio, esta era una de las exigencias de ERC y Junts para dar su apoyo a Sánchez, un anhelo histórico de los independentistas catalanes. Pero el presidente del Gobierno transmitió a Fainé “tranquilidad” sobre este asunto, lo que se interpretó en el entorno de La Caixa como un mensaje claro de que no cederá a las pretensiones independentistas.
El presidente citó a Fainé en La Moncloa el pasado martes, en una reunión que trascurrió con “normalidad” y con un tono de “cordialidad”, según las fuentes consultadas. Fuentes oficiales de la Fundación La Caixa no hicieron comentarios al respecto.
A la cita, que ha adelantado El Confidencial, también acudió Nadia Calviño, vicepresidenta primera y ministra de Economía, Comercio y Empresa, y que está a punto de dar el salto al Banco Europeo de Inversiones (BEI).
El encuentro entre Sánchez y Fainé se produce en un momento clave en Telefónica, en donde el presidente de la Fundación se sienta como vicepresidente.
Contrapeso a Arabia Saudí
Tras la sorpresiva irrupción del grupo saudí STC, controlado por el fondo soberano de Arabia Saudí, el Gobierno ha intentado movilizar capital español como contrapeso e incluso se sopesa una inyección de 1.000 millones de la Sepi para tomar un 5% de la teleco.
La Fundación La Caixa también es el principal accionista de CaixaBank, en donde controla más del 30%. El Estado, a través del Frob, ostenta algo más de un 17% en la entidad tras la fusión con Bankia. La privatización de este paquete lleva años paralizada y en el mundo financiero se atribuye a que no existe “voluntad política”.
La reunión entre el presidente del Gobierno y Fainé se enmarca, según fuentes conocedoras, dentro de la “normalidad institucional” después de la investidura de Sánchez, que se prevé mantenga contactos similares con los grandes empresarios del país.