Economía

Rusia ofreció "una cantidad anual a Cataluña" para torpedear el gasoducto Midcat

Putin quería detener el proyecto de gasoducto de España a Francia (Midcat) que haría a Europa más independiente de Moscú

Presidente de Rusia, Vladímir Putin.
El presidente de Rusia, Vladímir Putin. EFE

Rusia tenía la voluntad de detener el proyecto de gasoducto de España a Francia (Midcat) que haría a Europa más independiente de Moscú. Un borrador sobre política exterior del independentismo catalán recogía que Rusia podría "pagar a Cataluña una cantidad anual para impedir el desarrollo del Midcat". Conversaciones, chats y documentos de Carles Puigdemont y sus asesores y hombres de confianza trataron este asunto al menos en 2017 y principios de 2018.

El Midcat era un conducto para llevar gas procedente de Argelia que se almacena en España a otros países de la Unión Europea, especialmente a Alemania, ya que Francia cuenta con electricidad barata por sus nucleares. Un proyecto que partía de Barcelona y trataba de unir Cataluña con Francia que el Gobierno de Pedro Sánchez enterró finalmente a finales de 2022, ocho meses después de que Rusia invadiera Ucrania. Y año y medio más tarde de que Moscú empezara a dificultar el acceso al gas.

El auto del titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Barcelona Joaquín Aguirre que prorroga seis meses la investigación de la trama rusa del procés alude a que el entorno de Puigdemont conocía en 2018 el plan de Putin de que "se iniciara una guerra entre la Unión Europea y Rusia, siendo (al parecer y según se desprende de algunos mensajes encontrados en el teléfono móvil del investigado Terradellas), la invasión de Ucrania y la consecuente limitación del suministro de gas a Europa".

Sería éste, dice el magistrado, "el primer paso importante de la estrategia política del Gobierno ruso y su presidente Putin para la desestabilización de la democracia y la Unión Europea".

En lo que respecta al gasoducto, una investigación de la televisión pública alemana SWR, El Periódico y OCCRP muestra la cercanía de asesores de Puigdemont a la Rusia de Putin en cuestiones geopolíticas y a ideologías de extrema derecha en Europa.

Según esta investigación, en enero de 2018, un hombre de confianza cercano a Puigdemont habló sobre la situación geopolítica con el entonces portavoz de política exterior del movimiento. Señalaron que Europa no avanzaría en la cuestión de Cataluña "sin la amenaza de una potencia externa". En concreto, los chats expresan su voluntad de detener el Midcat y de recibir pagos por ello.

Nuevo orden mundial

A fuentes próximas a la política energética de la Administración española les llama la atención la planificación y el pensamiento a largo plazo por parte de Putin. En aquel entonces, el Midcat no tenía sentido económico para Alemania, era mucho más barato el gas ruso, por lo que destacan que Rusia no quería que hubiera ninguna posibilidad de que Alemania escapara a la dependencia de Moscú.

El resto de la conversación gira en torno al llamado "nuevo orden mundial". La opinión que expresan los asesores de Puigdemont es que quien domine Asia domina el mundo, y se subraya el papel de China, de un escenario en el que se quiere sustituir el comercio mundial de materias primas bajo el dólar estadounidense por el eje político "Irán/China/Rusia".

En Moscú discutieron sobre "una Europa geográfica" bajo una "alianza ruso-alemana", según recoge el reportaje ¿La puerta trasera europea de Putin? de la televisión pública alemana, que ofrece "nuevas investigaciones" que pretenden "aclarar los estrechos contactos de los separatistas catalanes con Moscú, pero también con la extrema derecha en Alemania e Italia".

El nombre del polémico filósofo de cabecera de Putin Alexander Dugin, conocido por sus ideas sobre guerra imperialista de Rusia, aparece aquí.

La Generalitat quiso frenarlo

Alemania, el mayor dependiente del gas ruso de las grandes potencias europeas, llamó a filas a todos los países miembros para rescatarle energéticamente. El Midcat era una opción. El proyecto de gaseoducto diseñado hace 20 años para atravesar los Pirineos y conectarse con el sistema de tuberías del centro de Europa fue una alternativa real a la urgencia alemana. 

España tenía la oportunidad de convertirse en un nuevo hub gasístico de Europa tras el corte de suministro ruso. El país ha diversificado su suministro de gas por dos vías de entrada: gaseoductos internacionales y gas licuado. Se abastece desde seis gaseoductos internacionales: dos con Argelia (uno de ellos cerrado desde noviembre de 2021), dos con Portugal y dos con Francia. 

Además cuenta con seis centrales operativas de regasificación de gas natural licuado (GNL), y Portugal añade otra central de regasificación que se puede conectar a su red. 

"El modelo español de diversificación del suministro de gas le ofrece una situación ventajosa que podría contribuir a reducir la dependencia del gas ruso en un 10% al resto de la Unión Europea. Para ello, es imprescindible la finalización de la construcción del MidCat, un gasoducto que conectaría Francia y España a través de Cataluña", destacaba entonces el Instituto Español de Estudios Estratégicos (IEEE), el think tank en el Ministerio de Defensa, en un informe.

Es decir, una alternativa real al gas ruso que dependía de acelerar y poner encima de la mesa toda la financiación posible para sacarlo adelante en menos tiempo del estimado en un primer momento.

Francia nunca puso todo de su parte para dar esta oportunidad a España y, como evidencia esta investigación, Cataluña tampoco. El propio conseller de Economía y Hacienda de la Generalitat en agosto de 2022, Jaume Giró, quiso frenar esta idea asegurando que no era "realista ni responsable" acotar a entre ocho y nueve meses el plazo de construcción del gaseoducto MidCat.

La posición de Francia, Cataluña y la parte más ecológica del Gobierno, que se negaba a impulsar una infraestructura que transportarse hidrocarburos contaminantes, salió victoriosa. El Midcat se volvió a guardar en un cajón y, esta vez, de forma definitiva.

Francia, España y Alemania firmaron meses después un compromiso para sacar adelante el controvertido H2Med, el hermano verde del Midcat que pretende transportar hidrógeno renovable. Aunque, a día de hoy, es un proyecto que tiene muchas posibilidades de compartir cajón con su hermano gris.

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