Del panadero de Mercadona a Bimbo: las fábricas buscan sustitutos al aceite de girasol

Las fábricas de panadería y bollería buscan a contrarreloj sustitutos para el aceite de girasol. Empujados por la situación derivada de la invasión rusa de Ucrania, que ha hecho imposible importar el líquido desde este país -de donde tradicionalmente se trae hasta el 60%-, compañías como Panificadora de Alcalá (proveedora de pan y picatostes de Mercadona), Bimbo o Vicky Foods (la antigua Dulcesol) están ya realizando pruebas con otros ingredientes ante la crisis de suministro del de girasol. Los elegidos: el aceite de colza y el de soja.

Se trata, apuntan los portavoces de estas empresas, de dar con el indicado para que el consumidor siga encontrando en el lineal el mismo producto de siempre, con un sabor que no despierte dudas y a un precio similar. Desde Asemac, la asociación que engloba al 80% de las empresas y a más del 90% de las ventas del sector español de masas congeladas de panadería y bollería -entre las que se encuentran las tres citadas- lo explican así a Vozpópuli. Desde el mismo día que estalló la guerra, "alguna de nuestras empresas (no todas) hizo acopio de aceite de girasol de cara a los próximos cuatro meses y nos comentan que, efectivamente, ya no hay en el mercado", apuntan fuentes de la asociación. Del mismo modo, otras empresas, "con stock para varias semanas", ya han sido informadas por sus proveedores "que va a faltar suministro en breve, y han comenzado a hacer pruebas con otras alternativas de aceites vegetales".

En este sentido, los equipos de I+D de las compañías trabajan ya a contrarreloj para encontrar alternativas al aceite de girasol entre otros líquidos de origen oleaginoso, antes de que terminen las reservas con las que cuentan. Los favoritos para sustituirlo son, hasta ahora, el aceite de colza y el aceite de soja. Ante el aumento de demanda, ambos, apuntan desde Asemac, "han duplicado sus precios en las últimas semanas".

"La colza se cultiva en España, pero también importamos colza de Francia y Alemania, y aceite de colza de Francia y de Bélgica, principalmente", cuentan desde la asociación. El origen de la soja, en cambio, suele ser de Estados Unidos, Brasil y Argentina.

Aceite de girasol... ¿o vegetales?

No es esta la única opción que se está planteando en las fábricas. De forma paralela, y en coordinación con el propio Gobierno, los equipos de compras de las fábricas están viendo vías alternativas de suministro del aceite de girasol, "pero no son muy optimistas sobre esta posibilidad", señala Asemac.

El objetivo es buscar una alternativa como la que se ha conseguido con el maíz, del que España importa el 30% de Ucrania. En esta línea, el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación publicó el lunes una resolución por la que se flexibilizan temporalmente los requisitos específicos para la importación de maíz de Argentina y Brasil, "lo que facilitará la entrada en España de materias primas destinadas a la alimentación animal que suplan la paralización de las importaciones de Ucrania", explicó el ministerio que dirige Luis Planas.

Con todo, desde el sector de la panadería y bollería consideran que, cuando decidan qué alternativa utilizar, el problema siguiente será el etiquetado de los productos. "No pueden encargar etiquetas con los nuevos ingredientes, lo que va a hacer muy difícil, dados los plazos de entrega de las etiquetas, que puedan tener este asunto resuelto antes de comenzar a utilizar las alternativas", insiste la patronal que representa al sector.

La Federación Española de Industrias de Alimentación y Bebidas (Fiab), de hecho, ha solicitado ya que se apruebe una excepción temporal al etiquetado. Según explican, la excepción pasaría por volver, temporalmente, a la anterior fórmula normativa que permitía etiquetar con la denominación genérica de “aceites vegetales”.

Hace ya 15 días, la alarma sobre el aceite de girasol saltó cuando las grandes cadenas de distribución -como Makro, Carrefour o Mercadona-, comenzaron a limitar la venta de este líquido en sus tiendas. En las próximas semanas, si el conflicto bélico se mantiene, la composición de los productos con este aceite que se compran en el supermercado cambiará.