Las pajitas, vasos, cubiertos, platos y otra serie de artículos de plástico seguirán entre nosotros hasta mediados del próximo año.
El Proyecto de Ley de Residuos y Suelos Contaminados ha recibido 742 enmiendas de los distintos partidos políticos y su tramitación conllevará que hasta mediados de 2022, posiblemente durante la Primavera del próximo año, no sea aprobada definitivamente.
La nueva ley de residuos está llamada a revolucionar la industria alimentaria y de bebidas y los hábitos de los consumidores. España llega con retraso a la trasposición de la directiva europea que obliga a la redacción de la nueva Ley, que revisa la normativa establecida hace una década, en 2011.
El PSOE ha presentado una treintena de enmiendas a su propio Proyecto de Ley
El Grupo Parlamentario Socialista ha registrado una treintena de enmiendas, conjuntas con Unidas Podemos, a su propio Proyecto de Ley. El PP ha presentado 200 enmiendas, Ciudadanos 32, VOX 56, y ERC 139, de acuerdo a fuentes que han trabajado en la tramitación del Proyecto, consultadas por este diario.
Las enmiendas del PSOE incluyen el objetivo del 50% de recogida separada de residuos municipales para 2035; se incorpora un porcentaje de máximo de residuos impropios en la recogida separada; y se proponen medidas como la venta a granel o el uso de dispositivos reutilizables para reducir los envases de un solo uso.
El Proyecto de Ley recoge, por primera vez en la legislación española, limitaciones a los productos de plástico de un solo uso, restringiendo la introducción en el mercado de alguno de ellos y estableciendo un impuesto.
A partir del 1 de enero de 2023 se cobrará un precio por cada uno de los productos de plástico que se den al consumidor
Con la entrada en vigor de la norma, quedará prohibida la introducción en el mercado de otra serie de productos de plástico como pajitas, bastoncillos, cubiertos, platos, vasos, todos los productos de plástico oxodegradable y microesferas de plástico de menos de 5 mm.
Entre los productos de plástico de un solo uso sujetos a reducción están los vasos para bebidas, incluidos sus tapas y tapones, y los recipientes alimentarios destinados al consumo inmediato, cuya comercialización ha de reducirse un 50% en 2026 con respecto a 2022 y un 70% para 2030 con respecto al mismo año.
A partir del 1 de enero de 2023, según contempla el Proyecto de Ley, queda prohibida su distribución gratuita, debiéndose cobrar un precio por cada uno de los productos de plástico que se entregue al consumidor, diferenciándolo en el ticket de venta.