El País Vasco gestionará los cercanías de Renfe a través de un traspaso que incluye el compromiso inversiones del Estado por 400 millones de euros en los próximos diez años -incluida la compra de nuevos trenes- para modernizar las líneas y los convoyes.
Estas tres transferencias forman parte del acuerdo entre PSOE y PNV para que los nacionalistas apoyaran la investidura de Pedro Sánchez, y debían cumplirse en el primer trimestre del año, como así ha sido.
Un acuerdo al que Sánchez también llegó con los nacionalistas catalanes, que reclamaron para apoyar el Gobierno socialista la transferencia de los Rodalies de Cataluña (los cercanías de la región) a la Generalitat.
La Comisión Mixta de Transferencias del Estado con el País Vasco se reunió este lunes de manera telemática para ratificar los últimos tres traspasos acordados a la comunidad.
En total, las tres competencias cedidas por el Ejecutivo al Gobierno vasco son el servicio ferroviario de Cercanías, la homologación de títulos universitarios, que entrará en vigor el 1 de julio de este año, y los itinerarios de integración social de los inmigrantes una vez que el Gobierno español ha reconocido a estos su protección internacional, en vigor el 1 de enero del 2025.
