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Economía

La OCDE señala a España como el país de la UE más dependiente del trigo de Ucrania

El 11% del trigo que importa España procede de Ucrania. La guerra con Rusia amenaza con generar problemas de abastecimiento en las materias primas que este país exporta, encareciendo los precios

La OCDE señala a España como el país de la UE más dependiente del trigo de Ucrania
Campo de cereal. EP

España es el país de la Unión Europea (UE) más dependiente del trigo ucraniano, una materia prima clave para la ganadería y la alimentación, según la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE). La guerra con Rusia amenaza con generar problemas de abastecimiento desde el denominado 'granero de Europa', lo que hace que nuestro país sea más vulnerable al alza de precios que otros Estados miembros como Alemania, Italia o Francia.

En concreto, el 11% del trigo que España importó en 2019 procedía de Ucrania, frente al 1% de Alemania, el 2% de Francia y el 3% de Italia. Hay otros países europeos más expuestos a la escasez de trigo que España, como Grecia o Noruega, pero en esos casos son importadores de Rusia. Además, destacan varias economías de Oriente Medio en las que las importaciones de trigo de Rusia y Ucrania llegan a representar alrededor del 75% del total.

Rusia y Ucrania en conjunto representan alrededor del 30% de las exportaciones mundiales de trigo, según la OCDE. Esta materia prima es básica para la elaboración de algunos alimentos y para la dieta de los animales. "Un cese completo de las exportaciones de trigo de Rusia y Ucrania daría lugar a una grave escasez en muchas economías de mercados emergentes y en desarrollo", alerta en un informe publicado este jueves sobre el impacto económico y las implicaciones políticas de la guerra en Ucrania.

La organización internacional advierte que si esto ocurriera, "existiría un riesgo agudo no solo de crisis económicas en algunos países, sino también de desastres humanitarios, con un fuerte aumento de la pobreza y el hambre". Además, "la interrupción en la fabricación de fertilizantes corre el riesgo de hacer que estas interrupciones sean más duraderas, al poner bajo presión el suministro agrícola de los próximos años", añade.

Los precios hacen saltar las alarmas

El Índice de Precios de Consumo (IPC) ya refleja un alza en los precios de los productos que dependen del trigo. Las harinas y otros cereales fueron en febrero un 11,7% más caras que un año antes, mientras que el pan y otros productos de panadería se encarecieron un 6,4% y 7,4%, respectivamente. Además, los alimentos para bebé, compuestos en su mayoría de cereales, subieron sus precios un 10,5% en términos anuales.

En su informe, la OCDE también refleja que los hogares vulnerables en España están más expuestos a una subida en los precios de la energía y los alimentos que los de otros países como Francia o Alemania. Para analizar el impacto de la inflación en los hogares, la OCDE divide a la población por quintiles y mide la proporción de sus ingresos que gastan en energía y alimentos. 

El primer quintil, que representa a los individuos con mayor nivel de pobreza, tienen una exposición a los alimentos y la energía próximo al 25% en España, frente al 23% de Alemania y el 20% de Francia. Nuestro país también está ligeramente por encima de la media de la Unión Europea (UE). Por encima de España en lo que a vulnerabilidad de los hogares españoles se refiere están Grecia, Portugal y los países del Este de Europa.

Como solución, la OCDE apunta que si bien las rebajas fiscales en los precios energéticos y los límites de precios reducen directamente el coste, también benefician a los hogares de mayores ingresos. Por ese motivo, "las ayudas directas pueden orientarse mejor y tener mayores efectos multiplicadores si se enfocan en los hogares de ingresos bajos y medios, aunque puede llevar más tiempo implementarlas".

El panel de Funcas, que agrupa las estimaciones de una veintena de organismos económicos, ha elevado en 1,9 puntos la inflación media estimada para este año, del 3,5% estimado en enero al 5,4%. También ha incrementado ocho décimas la inflación subyacente (sin energía ni alimentos frescos) hasta situarla en el 2,8%. "Las tensiones alcistas preexistentes, derivadas del encarecimiento de las materias primas y los cuellos de botella, se han agudizado tras la invasión de Ucrania, volviendo el panorama inflacionista aún más incierto", señalan.

Funcas explica que la economía mundial se enfrenta a un shock de oferta como consecuencia del impacto de la contienda en los mercados de la energía y de otros recursos naturales clave. "La opinión mayoritaria es netamente pesimista con respecto al contexto internacional, tanto en la UE como fuera de ella. Además, prácticamente todos consideran que ese contexto se mantendrá en los próximos meses, o incluso irá a peor", sentencian.

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