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El nuevo CEO de Unicaja toma el mando: borrón de la 'era Menéndez' y rechazo a las fusiones

Ninguno de los principales accionistas (Fundación Unicaja, los dueños de Mayoral y Tomás Olivo) quiere vender el banco por ahora. Hacerlo implicaría la pérdida de la marca Unicaja

Unicaja
Isidro Rubiales, consejero delegado de Unicaja.

Se consuma el triunfo del bloque andaluz en la batalla para controlar Unicaja. Isidro Rubiales, mano derecha de Manuel Azuaga (presidente del banco), tomó el mando el pasado viernes como consejero delegado con plenos poderes ejecutivos tras los dos años de lucha de poder que provocaron la fusión con Liberbank.

Tras el cese de Manuel Menéndez, procedente de la entidad asturiana, el nuevo CEO de Unicaja arrancará una nueva etapa con dos objetivos marcados en rojo para su estrategia: retomar el modelo de gestión previo a la integración y esquivar fusiones para mantenerse como entidad en solitario, como trasladan a Vozpópuli fuentes financieras.

Rubiales, un histórico de la casa muy cercano a Azuaga, intentará recuperar a antiguos directivos que salieron de Unicaja por desavenencias con la estrategia de Menéndez. Cuenta con la confianza de la Fundación Unicaja, el máximo accionista del banco con algo más del 30%, y su principal valedor para su ascenso a CEO. También tiene el respaldo de los otros dos accionistas de referencia: los dueños de Mayoral (que tienen un 8,5%) y el empresario Tomás Olivo (con alrededor de un 7%).

Con la pugna de poder en su momento álgido, Unicaja estuvo en el punto de mira de los grandes bancos. Santander, BBVA y Sabadell se mantenían al acecho por si la batalla en la cúpula era insostenible para el negocio y ya hacían números. Pero el desembarco del nuevo CEO y la salida del fondo Oceanwood, uno de los promotores de la integración con Liberbank, culminan la crisis de gobernanza a favor del bando andaluz.

"Los principales accionistas malagueños quieren devolver a la entidad su esencia anterior a Liberbank tras tomar el control en la batalla de poder

De hecho, ninguno de los accionistas malagueños (la Fundación, los dueños de Mayoral y Olivo) apoyaría en estos momentos una fusión con otro banco, que sería más bien una compra por parte de uno de los grandes y significaría la pérdida de la marca Unicaja. "Ningún accionista malagueño aceptará vender el banco hoy por hoy. Recuperado el mando del banco, todos quieren volver al anterior modelo de gestión", señalan fuentes internas de Unicaja.

Sin contactos

Los rumores apuntan a Sabadell como el más interesado en la entidad andaluza. El equipo liderado por César González Bueno ha dado la vuelta al negocio del banco y prevé superar la barrera de los 1.000 millones de beneficio al cierre de 2023, récord en la historia del banco. Aunque las fuentes consultadas consideran que no tendría capacidad para lanzarse a comprar Unicaja en este momento y estaría obligado a hacer una millonaria ampliación de capital. Fuentes próximas a la Fundación Unicaja aseguran que Sabadell no se ha puesto en contacto con ninguno de los patronos del máximo accionista del banco.

"Oceanwood había propuesto sin éxito estudiar fusiones, como con Ibercaja. Su salida del consejo aleja la presión sobre operaciones inmediatas

La salida del fondo Oceanwood también quita presión para una fusión. El fondo había propuesto de manera informal en varias ocasiones al consejo de Unicaja, donde tenía un asiento, que estudiara operaciones corporativas con otros competidores, como Ibercaja, según fuentes conocedoras. La Fundación siempre se opuso a estos movimientos.

Con la elección de Rubiales como nuevo CEO, Oceanwood tardó sólo un día en deshacer casi toda su participación en el banco y su representante en el máximo órgano de gobierno, David Vaamonde, presentó su dimisión. El fondo quedaba en una posición muy debilitada tras la salida de Menéndez y conocía de primera mano que los principales accionistas eran reacios a una fusión, la vía más rápida para revalorizar a la entidad en Bolsa, señalan fuentes financieras.

Próxima junta extraordinaria

La entidad prepara una junta extraordinaria en noviembre para ratificar el nombramiento de Rubiales y los cuatro nuevos independientes del consejo. También es posible que se someta al visto bueno de los accionistas al nuevo dominical para ocupar el sillón que dejó Oceanwood. El empresario Olivo intenta desde hace varios meses entrar en el consejo y este podría ser el momento. De hecho, quiso comprar 60 millones de acciones a Oceanwood para superar a los dueños de Mayoral como segundo mayor accionista.

El nuevo consejero delegado trabaja ya para definir la primera línea directiva. Rubiales quiere recuperar a Jesús Ruano, el que fuera mano derecha de Menéndez y responsable de participadas, inmuebles y banca corporativa. Ruano fue director financiero de Liberbank y está muy valorado entre los directivos malagueños. Incluso sonó como posible candidato a sustituir a Menéndez.

En cualquier caso, la prioridad de Rubiales será la de recuperar la política de riesgos y comercial genuinas de Unicaja, que quedaron relegadas por la gestión de Menéndez, como dan por seguro en el seno del banco. Una 'desliberbankarización' que llevará un tiempo y que abre, al menos por el momento, un camino en solitario.

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