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Banca

Fusiones bancarias: ¿han perdido BBVA, Santander y Sabadell la ocasión de comprar Unicaja?

El nuevo CEO, mano derecha de Azuaga, y la salida del fondo Oceanwood parecen alejar una operación corporativa. Los grandes bancos estaban al acecho mientras se libraba la batalla de poder.

Unicaja
Fachada de una sede de Unicaja. Europa Press

Nueva era en Unicaja. El banco cerró esta semana la crisis de gobernanza con la sustitución de Manuel Menéndez por Isidro Rubiales, mano derecha del presidente, Manuel Azuaga. Dos años de disputas internas tras la fusión con Liberbank que han estado bajo la sombra de una posible compra.

Los grandes bancos como Santander, BBVA y Sabadell se mantenían al acecho por si la batalla de poder en Unicaja se hacía insostenible, pero una operación corporativa parece que perderá fuerza con la llegada del nuevo CEO, que se centrará sobre todo en restablecer la esencia malagueña de la entidad, según trasladan a Vozpópuli fuentes financieras.

Pero el movimiento que más aleja en estos momentos una fusión es la salida del fondo Oceanwood del consejo de administración. El fondo anglosajón, que entró en Liberbank en 2014, fue uno de los grandes impulsores de la integración con Unicaja, junto con Braulio Medel, el expresidente de la Fundación Bancaria.

Tan sólo un día después de que Unicaja designara a Rubiales nuevo CEO, Oceanwood se deshizo de casi toda su participación en el banco. Y su representante en el consejo, David Vaamonde, presentó su renuncia.

“Oceanwood tiró la toalla tras la salida de Menéndez. Quedaba en una posición debilitada frente al bloque andaluz”, resumen fuentes financieras. El fondo había propuesto de manera informal en varias ocasiones al consejo de Unicaja estudiar operaciones corporativas, aunque siempre se encontró con la negativa del bando malagueño, señalan las fuentes.

Números para la compra 

Los equipos de fusiones de los grandes bancos hacían números ante la deriva de la crisis de gobernanza. Incluso en público se dejaba la puerta abierta a estudiar una eventual operación corporativa, saliéndose de la habitual ambigüedad. Sin ir más lejos, Héctor Grisi, consejero delegado de Santander, se abrió a lanzarse a comprar bancos en España tras ser preguntado directamente por Unicaja.

“Estamos obligados a mirar todo. Veremos las que vengan y si alguna vale la pena. Veremos qué hacemos y si no valen la pena, las desecharemos como en el pasado", afirmó el consejero delegado de Santander. BBVA y Sabadell, por su parte, se mostraron más tajantes rechazando la posibilidad de acometer alguna compra y dejaron claras sus apuestas por el crecimiento orgánico.

Tras la salida de Oceanwood, el consejo quedará claramente volcado hacia el bando andaluz. La Fundación Unicaja (30,2%) y los dueños de Mayoral (8,5%) son los máximos accionistas y acapararán cinco de los 15 sillones del máximo órgano (que tendrá seis independientes). El empresario Tomás Olivo, que tiene cerca del 7%, aprovechará la salida del fondo para presionar y pedir una silla.

¿Seguirá la Fundación Cajastur?

Como herencia de Liberbank sólo quedará la Fundación Cajastur, que tiene un 6,6% y un consejero. Aunque parece que es cuestión de tiempo que también acabe saliendo de Unicaja, como señalan fuentes financieras. El mismo destino que tendrían otros accionistas de la era Liberbank, como el empresario mexicano Ernesto Luis Tinajero y los Masaveu.

La etapa de Rubiales, que tiene un prestigio reconocido en el Banco Central Europeo (BCE), estará marcada por el intento de pacificar la entidad y recuperar la esencia de Unicaja. Uno de los puntos clave será el de recuperar a directivos históricos del banco que tuvieron que salir por choques con la forma de gestionar de Manuel Menéndez.

Como prioridad, como señalan fuentes internas, tendrá sobre la mesa restablecer la política de riesgos y comercial genuina de Unicaja, que quedó relegada por la gestión del exconsejero delegado de Liberbank.

En el seno del banco se considera que Rubiales, con plenos poderes ejecutivos, será un consejero delegado de transición, pero no para preparar una fusión, sino más bien para restañar las heridas antes del desembarco de un ejecutivo externo.

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