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Economía

Los inspectores de Trabajo, en guerra por su "precariedad": "Ni las impresoras funcionan"

Aseguran que la falta de medios técnicos y humanos es insostenible. Los sindicatos han programado movilizaciones y estudian incluso acudir a organismos internacionales para denunciar su situación

inspectores Trabajo
La vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, y la ministra de Hacienda y Función Pública, María Jesús Montero.

"Es patético que visites un centro de trabajo de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social (ITSS) y el jefe del mismo te pida que reclames una impresora porque no pueden imprimir las actas de liquidación". Este es solo un ejemplo de la situación "insostenible" y "esperpéntica" que, según denuncian los sindicatos, viven los 3.000 inspectores de Trabajo que hay actualmente en España. Aseguran que la deficiencia de medios técnicos, organizativos y humanos, junto a las menores retribuciones, están provocando la "huida" de trabajadores a otros departamentos de la Administración General del Estado (AGE).

En primer lugar, los sindicatos denuncian la falta de personal que sufre este organismo, con un inspector o subinspector por cada más de 10.000 trabajadores, frente a Francia o Italia, donde el ratio es de uno por cada 5.000. Los sindicatos piden reforzar la plantilla con 800 efectivos de personal técnico y administrativo, 350 inspectores y otros 350 subinspectores. En total, 1.500 trabajadores que únicamente permitirían cumplir las recomendaciones de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) sobre la dimensión de la inspección en función de la población activa, número de empresas y nivel de desarrollo del país.

El Ministerio de Trabajo firmó un acuerdo con los sindicatos en julio de 2021, hace ya un año y medio, en el que se comprometía a incorporar de manera inmediata a 465 personas, lo que permitiría fundamentalmente alcanzar un ratio de 1-1 entre inspectores y subinspectores y el personal de apoyo, siendo este último grupo en el que se detectan mayores deficiencias. "El déficit es tal que los inspectores están haciendo trabajos de auxiliar", denuncian fuentes de CCOO. Sin embargo, los sindicatos denuncian que ni siquiera este compromiso se ha cumplido, y únicamente entraron 200 funcionarios interinos entre abril y junio.

Los inspectores denuncian que si bien los refuerzos no han llegado, la carga de trabajo se ha reproducido, con nuevas normas que afectan al mercado de trabajo como la Ley de Empleo, que les atribuye la vigilancia de los despidos colectivos; la reforma laboral, que pretende acabar con los contratos de muy corta duración y ha disparado los contratos fijos discontinuos; la incorporación a la protección por desempleo de las personas trabajadoras del hogar; o la recién aprobada prestación por desempleo de artistas.

"Cada vez las cargas de trabajo son mayores y los trabajadores no dan más de sí. Entonces se prioriza, se hacen cosas con calidad y profundidad y otras quedan en un segundo plano y no se terminan de hacer", comentan fuentes de CCOO. En este sentido, las fuentes sindicales consultadas por este periódico advierten del nivel de "desgaste" de los trabajadores es elevado: "Empieza a haber un cierto hartazgo y hastío a la hora de trabajar en conseguir los objetivos". "La actividad en el ámbito de la inspección está muy sometida a la consecución de objetivos", recuerdan.

Dispositivos para "achatarrar"

Además, en el marco de ese mismo acuerdo se acordó dotar a la ITSS de la estructura necesaria para dirigir y coordinar el organismo, autónomo y 'desgajado' del Ministerio de Trabajo desde 2015. "En materia de informática y diseño, la Inspección no tiene nada. Todo lo aportaba antes el Ministerio y estamos en una situación de precariedad. Funcionamos por la inercia del pasado, pero no hay coordinación y los dispositivos técnicos están en un estado de achatarramiento. No ha habido sustitución en muchos casos. Encontrar una impresora que funcione correctamente es inédito en algunos sitios", comentan las mismas fuentes.

También recuerdan el ataque informático que sufrió la Inspección de Trabajo en junio de 2021 y que, según revelan los trabajadores, se ha tardado ocho meses en resolver y supuso incluso pérdida de información. "Esto pone de manifiesto las debilidades en el diseño de nuestro sistema y estructura, que no tenemos capacidad de resolver ni analizar las soluciones informáticas necesarias. Los medios materiales son los que son", comentan.

Por otro lado, los sindicatos demandan que se cumpla otro de los puntos del acuerdo firmado con Trabajo: el reconocimiento real del trabajo realizado por cada miembro y colectivo que participa en la Inspección. "Una buena parte de la plantilla, alrededor del 30%, tiene las retribuciones más bajas que podemos encontrar en la Administración General del Estado. Esto provoca que la gente se escape y se busque la vida en otros sitios. Hay una sangría permanente de personal ante la falta de horizonte y mejora de la Inspección", aseguran fuentes de CCOO.

Desde el sindicato de Inspectores de Trabajo y Seguridad Social también apuntan que "no ha habido ninguna reacción" por parte del Gobierno. "No entendemos que tengamos un acuerdo firmado y haya un Plan Estratégico de la Inspección donde señala que debe crearse una estructura y no se cumpla". "El pasado 28 de diciembre Yolanda Díaz presentó un balance de la reforma laboral con unos números de las transformaciones realizadas. Detrás de la reforma laboral está la Inspección de Trabajo. En todas las medidas que presenta el Ministerio está la Inspección de Trabajo", añaden.

Con todo, ocho sindicatos (CCOO, CIG, CSIF, SITSS, SISLASS, UGT, UPIT y USESS) con representación en la Inspección de Trabajo y Seguridad Social han convocado una segunda huelga el próximo miércoles 25 de enero, tras celebrar la primera el pasado mes de diciembre, y hay otra planificada para el 22 de febrero. "Daremos cuantos pasos sean necesarios hasta conseguir revertir la situación que se sufre en la misma", aseguran los sindicatos. Incluso, estudian acudir a organismos internacionales para denunciar su situación, tal y como reconocen desde CCOO.

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  • P
    Palacheca

    Es lógico. Las impresoras sin fijas discontinuas.