Inditex se reúne con el equipo de Borrell en Bruselas por la crisis del Mar Rojo

Inditex es una de las empresas afectadas por los ataques a los portacontenedores por parte de militantes hutíes en el Mar Rojo. El dueño de Zara ha tenido que buscar rutas alternativas y, al igual que el resto de gigantes mundiales del comercio, afrontar la subida de costes del transporte marítimo. Esta crisis internacional ha impulsado una reunión en Bruselas entre Inditex y la Comisión Europea. 

El pasado miércoles 24 de enero, representantes de la oficina europea del gigante textil abordaron esta crisis con Camilo Villarino, jefe de Gabinete de Josep Borrell y próximo máximo responsable de la Casa del Rey. Según consta en el Registro de Transparencia del equipo de Alto representante de la Unión para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, la reunión se centró exclusivamente en la "situación en el Mar Rojo y el impacto que tiene sobre el comercio comercial". 

Como refleja el mismo registro, el grupo gallego ha sido la primera empresa en reunirse con la Comisión para abordar este tema, ya que ni Camilo Villarino ni nadie del equipo Josep Borrell ha mantenido ninguna reunión con otras empresas europeas. El riesgo que existe de esta crisis para empresas como Inditex, además de aumentos del transporte marítimo de hasta el 300%, es un temor a los cuellos de botella en la cadena de suministro. El incremento se debe a que los buques comerciales han de adoptar rutas más largas y costosas para evitar la zona de conflicto y soportar un aumento de los costes de los seguros.

Alrededor del 30% de todo el transporte marítimo de contenedores pasa por el Mar Rojo, un canal crucial para la carga que viaja de la región de Asia-Pacífico a Europa. La firma textil de Amancio Ortega tiene una gran dependencia de su cadena de suministro en Asia. Un total de 955 proveedores de los 1.729 que tiene Inditex, un 55%, se sitúan en la región. La empresa agrupa su producción en doce clústeres de proveedores que reparte entre España, Portugal, Marruecos, Turquía, Brasil, Argentina, India, Pakistán, Bangladés, China, Camboya y Vietnam, zonas de fabricación en las que se concentró el 98% de la producción en 2022.

Inditex mira otras rutas

La empresa, que facturó 25.609 millones de euros en los primeros nueve meses del año 2023 y generó un beneficio neto de 4.102 millones, siente esta amenaza como todo el comercio mundial. Los grandes transportistas marítimos han suspendido sus operaciones en la zona y se están desviando los buques alrededor del Cabo de Buena Esperanza. Inditex utiliza estos días sus alternativas logísticas para que no existan problemas en su cadena de suministro pero, ante la incertidumbre que hay en la duración de esta crisis, prefirió incorporar a sus decisiones información de primera mano del equipo encargado de la acción exterior de la Unión Europea.

Las empresas europeas están siendo las más afectadas a corto plazo por la crisis del Mar Rojo. El dueño de Zara, que tiene presencia en cerca de 200 mercados, concentra cerca del 75% de su actividad, en lo que a plantilla y tiendas se refiere, en el Viejo Continente. Y, por lo tanto, el reto logístico de posición de proveedores y situación de sus clientes en muy elevado con el corte de esta ruta. 

Mantener la cadena de suministro

Las grandes empresas europeas importan una amplia gama de bienes intermedios desde Asia. Productos químicos, maquinaria, materias primas, equipos eléctricos o bienes de alta tecnología claves para la cadena de producción son algunos de los productos más importados. Si la crisis se prolonga, como avisan los expertos de la aseguradora Crédito y Caución, es posible que aumenten los tiempos de espera, los precios y la congestión en los puertos. 

Inditex está notando los efectos de esta crisis del comercio internacional como el resto de su competencia, aunque su cadena de suministro todavía no se ha resentido. En España, ya existen casos como Michelin que han parado la producción en sus cuatro fábricas en el país por la falta de caucho debido a este problema logístico. Un hecho puntual que será clave para que no se extienda la colaboración de la Comisión Europea y los países miembros.