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Economía

La última bala del Gobierno: elevar las cotizaciones para no subir los impuestos

El coste electoral que implica endurecer la fiscalidad explica, en parte, el intento de generar ingresos por la vía de los cotizantes

La última bala del Gobierno: elevar las cotizaciones para no subir los impuestos
La última bala del Gobierno: elevar las cotizaciones para no subir los impuestos

Hace ya varios años que las cotizaciones sociales no dan para cubrir los gastos que anualmente tienen que soportar. Este año, las aportaciones extraordinarias del Estados al Presupuesto de la Seguridad Social ascenderán a 31.177 millones de euros, pero en 2022 serán de 36.276 millones, un 16,35% más.

El problema es que, en las condiciones actuales, no dan para más. Por eso el Gobierno se está planteando una subida de los porcentajes (0,5%) para empresarios y trabajadores con el “pretexto” de poder abonar las pensiones de los llamados baby boomers', los nacidos en los sesenta y principios de los setenta del siglo pasado, que empezarán a jubilarse a finales de esta década. También planea una subida, efectiva para el próximo año, de las cotizaciones de los trabajadores autónomos de ocho euros mensuales en las bases mínimas y un incremento de la base mínima de cotización para los trabajadores con salarios más elevados.

Todo, porque el gasto que tienen que cubrir las cotizaciones sociales -cobertura sanitaria de accidentes laborales, pensiones contributivas y prestaciones por desempleo, entre otras contingencias- se ha desbordado desde la crisis financiera de 2008. En los nueve primeros meses de este año, la recaudación en concepto de cotizaciones sociales ha ascendido a 74.067 millones de euros. Es un 8,24% más que en el mismo periodo del año anterior, y un 4,23% más que en los nueve primeros meses de 2019.

Pero existen dudas más que razonables de que el objetivo de ingresos previsto en los Presupuestos Generales del Estado para 2021 (125.144 millones de euros) se pueda alcanzar. El problema es que, además, esta cantidad tampoco es suficiente para abonar los 143.046 millones de euros de las pensiones contributivas y menos aún si se le suman las prestaciones por desempleo, 25.012 millones de euros.

Los últimos datos sobre paro registrado y afiliaciones a la Seguridad Social han sido buenos. Tanto, como para que octubre pasado haya sido el primer mes de octubre de los últimos 46 años en que se ha dado esa situación. El número de afiliados ha vuelto a cifras previas a la declaración del Estado de Alarma por la pandemia del coronavirus, con 102.474 afiliados más en el mes y cerca de 600.000 más en lo que va transcurrido de año. Pero ni siquiera con esas cifras se tiene garantizado el cumplimiento de los objetivos fijados por los PGE.

Aumento mensual de las cotizaciones

Los ingresos en concepto de cotizaciones sociales aumenta a un ritmo de entre 10.000 y 11.000 millones de euros cada mes. Si esas cifras se mantuvieran en los tres últimos meses del año que faltan por computar, la recaudación podría superar los 110.000 millones de euros, teniendo en cuenta que diciembre suele ser un mes tradicionalmente favorable para el empleo por las festividades navideñas.

Existen más interrogantes. Según los últimos datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, los ingresos de los nueve primeros meses de 2021 representan el 59,2% del presupuesto global del ejercicio, cuando apenas resta, desde el punto de vista astronómico, el 25% del calendario para finalizar el ejercicio y añadir a las cifras acumuladas hasta septiembre.

Aunque 2020 no es el mejor año para hacer comparaciones, los ingresos por cotizaciones sociales apenas sufrieron una merma del 3,46% a pesar del parón de la actividad económica durante varios meses. Al final, se recaudaron 119.952 millones de euros. Quizás tenga mucho que ver el hecho de que los desempleados también cotizan a través del SEPE. Así, el pasado año, por este concepto se ingresó un 41,76% más que en 2019, aunque el resto de las rúbricas bajara entre el 4,13% de los trabajadores del régimen general y el 27,83% de los trabajadores autónomos.

En el presente ejercicio, los números han cambiado mucho. Las recaudación en los trabajadores autónomos ha subido casi un 30%; la de los trabajadores del régimen general, un 7,44%, y la de los desempleados se ha reducido un 6,5%.

Con los datos del departamento que dirige José Luis Escrivá, la recaudación por cotizaciones sociales parece que ha encontrado techo en las condiciones actuales. Ha crecido un 25% desde que en el año 2014 rozara los 100.000 millones de euros. En 2019 alcanzó los 124.255 millones, el máximo de los últimos ejercicios.

Ingresos de los autónomos

En el caso de los autónomos, la historia se repite. En 2016 la recaudación fue de 11.185 millones de euros, alrededor del 11% del total y en ese entorno se ha mantenido hasta 2020, año en el que se desplomó hasta los 9.337 millones. En los nueve primeros meses de 2021 los autónomos han dejado en las arcas de la Seguridad Social 5.932 millones de euros, un 29,6% más que en el mismo periodo del pasado ejercicio, pero que apenas alcanza a ser la mitad de lo recaudado en 2018.

El Gobierno es consciente de que la cosa no da para más si se mantienen los actuales tipos impositivos y de que el agujero entre ingresos y gastos se irá agrandando año tras año. Sabe también que es más fácil (o menos impopular, según prefieran) elevar las cotizaciones sociales que subir el IRPF o el IVA. Y más rápido. Se ingresa con solo un mes de retraso.

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