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Economía

Conversaciones irreverentes

Sergio Candanedo (UTBH): "Acostumbran a culpar de cosas muy graves a quien no compra el 'pack' de la izquierda"

Conocido en YouTube como Un Tío Blanco Hetero, Candanedo recibió loas y críticas por la forma en la que abordaba temas cuyo tratamiento suponía (y supone) cruzar la línea roja que separa lo políticamente correcto de lo incorrecto

Sergio Candanedo (UTBH)
Sergio Candanedo (UTBH)

Sergio Candanedo saltó a la fama por los vídeos que publicaba en YouTube y las redes sociales ataviados con una máscara blanca, una capucha y unas gafas de sol. Lo hacía bajo el seudónimo de Un Tío Blanco Hetero (UTBH), que recibió loas y críticas por la forma en la que abordaba temas cuyo tratamiento suponía (y supone) cruzar la línea roja que separa lo políticamente correcto de lo incorrecto.

Este periódico le llama después de que un famoso streamer llamado Xokas reconociera que la presión a la que está sometido por su trabajo en internet le ha pasado factura. Candanedo niega que se haya visto en una situación similar, pero reconoce que alguno de los insultos y amenazas que le han llegado desde que saltó a la fama, hace cuatro años, le han dolido. Incluso le han llevado a denunciar a su autor. Aquí, el testimonio de uno de los youtubers que más ha dado que hablar.

Pregunta: Xokas es el último streamer que ha reconocido la presión de este trabajo, que en realidad es novedoso. ¿Usted lo ha notado?

Respuesta: Al principio, yo tenía cierta suspensión de incredulidad sobre todo lo que ocurría a mi alrededor. También es verdad que emitía con un seudónimo y una máscara, lo que aliviaba la presión sobre mi identidad. Y bueno, yo emito en directo para 1.500 personas, mientras que estos streamers juntan a 100.000. Ese alcance -el suyo es mucho mayor- hace que a muchos chicos les sobrepase la situación.

P: Internet es el salvaje Oeste también…

R: Claro. Hay gente, como Xokas, que polariza mucho y tiene un discurso muy ocurrente... que además pronuncia sin pelos en la lengua. Eso hace que en su canal se junte un arsenal de haters y de gente muy sensible. Ten en cuenta que es posible recibir miles y miles de insultos. A eso se une el que estos chicos pueden llegar a trabajar 14 horas al día. Ese cóctel es de difícil digestión.

P: A usted no le pasa…

R: Mira, yo llevo un vídeo al día a mi canal y tres al secundario, con fragmentos de directos. Pero yo no soy trending topic cada día ni todo el mundo habla de mí a cada rato. Tengo mi audiencia, que es más o menos fiel, y yo me dirijo a ella. No pretendo revolucionar las redes sociales ni crear un movimiento político.

P: Ustedes crean mucho contenido con guión, edición… eso lleva mucho trabajo…

R: Claro. Yo al principio no podía tener mecanizado todo. Ahora tengo una persona que me edita los vídeos y otra que me ayuda en el proceso de documentación. Sin eso, no podría llevar el ritmo que tengo ahora. Si tuviera que hacer todo el proceso... sería algo inabarcable. Los creadores de contenidos cuentan con sus propios editores y con ayuda externa. Generan trabajo, vaya.

P: UTBH se opuso a lo políticamente correcto. Desde su casa, con capucha, máscara y gafas se lanzó de lleno a la batalla… ¿No se sintió intimidado?

R: Desde el principio, mis vídeos tuvieron una buena aceptación. Lo que me he dado cuenta es de que la gente que tiene un discurso polite no observa las críticas a sus contenidos ni analiza lo que se les dice. Te llama machista o xenófobo, de forma gruesa, y se sacude las manos y fin. No hace autocrítica. Tiene la hegemonía y lo sabe. Pero también es cierto que cada vez somos más los que denunciamos sus contradicciones y su actitud.

P: Machista, anti-feminista… todo eso se lo han llamado. Ya es casi un lustro de actividad…

R: El primer vídeo lo saqué en febrero de 2018. Y ahora se puede decir que los temas que tratan mis vídeos se discuten bastante a menudo. Mira, el otro día veía un vídeo de Jordi Évole en el que hablaba del ‘patriarcado’ y había mucha gente que le criticaba por eso.

P: La ‘oposición’…

R: Es que ellos juegan a algo peligroso, y es a culpar de cosas muy graves a quienes no compran todo su ‘pack ideológico’. Te convierten casi en cómplice del maltrato o de los asesinatos si pones en duda su concepto del patriarcado. Es estrambótica su forma de pensar. Es activismo político contra el que hay que rebelarse. A mí me parece muy bien que ellos tengan sus principios, pero no es admisible que no acepten otras formas de pensar.

Te convierten casi en cómplice del maltrato o de los asesinatos si pones en duda su concepto del patriarcado. Es estrambótica su forma de pensar.

P: ¿Cree que hay que librar la batalla cultural?

R: Yo creo que sí y que se puede hacer desde diferentes enfoques. Hay que intentar acabar con la autocensura que tiene mucha gente, que se muerde la lengua para no decir lo que piensa sobre determinados temas. Yo conozco presentadores de la tele muy famosos que el discurso que tienen en privado nunca lo exhibirían en público por las etiquetas que se podrían ganar. Todos deberíamos poder decir lo que pensamos sobre cualquier tema sin miedo a las represalias.

P: ¿Cuál es el tono adecuado?

R: La ironía o el humor son buenas armas. Es verdad que el lenguaje de la indignación funciona mejor, pero creo que es menos dramático el enfoque humorístico a la hora de tratar lo más absurdo de esta ideología.

P: A usted le ha atacado bastante gente. Incluso Juan Carlos Monedero. ¿Ha habido algún ataque que le haya dolido o preocupado especialmente?

R: He recibido mensajes anónimos y amenazas de muerte. Tuve una disputa con un tío hace poco que juraba que me iba a apuñalar. Lo que pasa es que le localicé con la ayuda de un amigo y le escribí por Twitter para decirle que sabía sus datos. Y, claro, se justificó. No hay que hacer caso a esta gente, aunque es verdad que hay cosas que cuesta pasar por alto.

P: ¿Por ejemplo?

R: Hay una feminista llamada Yolanda Domínguez. A mí me invitaron a una mesa redonda, en Valladolid, y ella puso un tweet en el que me definía como machista, troll y violento con las mujeres. Esta mujer tiene mucha influencia en su ámbito y eso me molestó mucho. Hace unos días tuve la vista del juicio... porque la denuncié. Creo que voy a ganar. La fiscal me ha dado la razón. En fin, creo que hay un umbral que debería respetarse en las disputas online. Igual que yo no imputo ningún delito a nadie, espero que no lo hagan conmigo. ¡Es que me acusó de ser violento con las mujeres! Hubo uno que dijo que mi discurso era necesario para que existieran los violadores. Un tío que quería imponer un dogma peregrino y desnortado. Hay que ver…

P: Charles Manson escuchaba de forma compulsiva el White Album, de The Beatles…

R: Y un tío participa en una matanza en un instituto y le acusan de jugar a videojuegos violentos y culpan a estas obras de lo que ha hecho. Y yo tengo 400.000 seguidores y alguno puede ser imbécil. Yo no tengo la culpa de lo que haga.

P: ¿Tienen los streamers más influencia que los medios?

R: Depende. Yo no tengo más influencia que los medios de comunicación. Pero yo creo que somos muchos y, entre todos… esto funciona como la gota malaya. En su conjunto, creo que somos un contrapeso. Cada vez hay más gente que busca informarse por estos creadores de contenidos. Ojo, esto tiene su lado bueno, pero también puede llegar a ser peligroso. Hay mucho zumbado.

P: El mundo y los locos…

R: Yo me estoy dando cuenta con el tema de la Guerra de Ucrania. Hay tíos que pase lo que pase afirman que los medios de comunicación mienten… y se ganan la vida contando siempre lo contrario. Esas dinámicas son un poco perversas.

P: Ibai, ElRubius…

R: En un público de 30 años para abajo, creo que tienen muchísima más influencia que los medios que hablan de sus temas.

No ha habido muchas cosas que me han sido útiles de lo que aprendí en la universidad. Ni yo era excesivamente brillante ni la educación que recibí fue muy interesante.

P: Hay una generación de jóvenes que no ha conocido los tiempos libres de crisis. Se informan a través de ‘lo nuevo’, se entretienen al margen de ‘lo mainstream’ y tienen ídolos diferentes a las generaciones anteriores…

R: Mira, recuerdo una vez que fui a Londres y me acogió una familia. ¿Sabes qué me llamó la atención? Tenían unos 40 años y a la hora de cenar, en vez de poner El Intermedio o El Hormiguero, veían vídeos de YouTube porque tenían una determinada forma de pensar y en esos shows televisivos no encontraban nada que les llamara la atención. Hay nuevas formas de consumir productos audiovisuales y un cambio grande de hábitos. Y en la gente joven…

P: Usted es de esa generación…

Yo soy de 1988, estudié una carrera, iba a la universidad pensando que eso me iba a garantizar una vida más o menos próspera y un trabajo cualificado. Pero cuando salíamos de allí, rápidamente me di cuenta de que tenía que buscarme la vida porque el mercado de trabajo no podía absorber a todos los nuevos licenciados o graduados. La vocación no es suficiente para vivir.

P: ¿Se gana más dinero que trabajando para empresas?

R: Totalmente, pero también es verdad que hay muy poca gente que tiene la suerte de vivir de YouTube. Hay infinitos canales en esta plataforma y la mayoría son irrelevantes. Pero aun así, hay que inventarse cosas para tratar de tener éxito. Es buscarse la vida.

P: ¿Alguien le dio pistas sobre cómo emprender durante su paso por el sistema educativo?

R: Ni muchísimo menos. Si ahora me paso a pensar qué cojones aprendí en cinco años de comunicación audiovisual… te podría decir que muy pocas cosas. No ha habido muchas cosas que me han sido útiles de lo que aprendí en la universidad. Ni yo era excesivamente brillante ni la educación que recibí fue muy interesante. Y nadie en la universidad te enseña cómo sacarte las castañas del fuego cuando sales al mercado laboral.

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