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Omán entra en la mina de uranio de Salamanca

El Estado de Omán se hace con Berkeley en plena batalla con el Gobierno español por la mina de uranio de Salamanca
Obras de Berkeley en el terreno proyectado para la mina de uranio.

El Sultanato de Omán se ha convertido en socio estratégico del proyecto que contempla levantar en el municipio de Retortillo (Salamanca) la mayor mina de uranio a cielo abierto de Europa.

El grupo británico y australiano Berkeley Energia, al frente del proyecto, ha anunciado hoy en la Bolsa de Londres, donde cotiza, que ha acordado con el país árabe una inversión de 120 millones de dólares en la mina de uranio. La operación, ha informado la compañía, convierte al fondo soberano de Omán en inversor a largo plazo. La aportación de Omán a la mina de uranio de Salamanca está estructurada de forma que el Sultanato podrá alcanzar el 37% del capital de Berkeley Energia.

Hace un año, en julio de 2016, Berkeley publicó un estudio sobre la mina de Retortillo en el que aseguraba que esta sería una de las de menor coste del mundo, con un valor superior a los 530 millones de dólares. El estudio indicaba que durante los primeros diez años sería posible producir un promedio de 4,4 millones de libras de uranio anuales.

La economía de Omán está basada en la explotación de grandes reservas de gas natural y petróleo. La inversión del país en la mina de Salamanca puede leerse como un intento más de las economías árabes de diversificar sus inversiones para depender menos del petróleo. El acuerdo firmado con Berkeley contempla que Omán podrá comprar uranio de la mina de Salamanca al mismo precio y en la misma cantidad que cualquier otro cliente. Omán está situado entre Emiratos Árabes Unidos y Yemen, y tiene frontera también con Arabia Saudí.

El mes pasado la Comisión Territorial de Medio Ambiente y Urbanismo de la Junta de Castilla y León autorizó el uso excepcional de suelo rústico en el municipio salmantino. El proyecto ha levantado cierta polémica al contar con el rechazo de parte de la población, agrupada en una plataforma -Stop Uranio- y de asociaciones ecologistas. La Comisión Europea ha iniciado una investigación sobre el proyecto.

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