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Economía

El futuro de las empresas españolas que explotan su olivar en el avispero afgano

Las aceituneras BT y Euroliva y la aceitera Rafael Salgado llevan años trabajando con empresarios afganos para vender sus productos en el "complicado" mercado del país asiático

Uno de los mercados de Afganistán que vende productos de la aceitera española Rafael Salgado. Rafael Salgado.

En España hay tres empresas que explotan el olivar andaluz y venden sus productos en los mercados afganos. Se trata de las compañías sevillanas BT y Euroliva, que exportan aceituna. Y de la madrileña Rafael Salgado, que envía contenedores llenos de aceite de oliva. Aunque Afganistán no es ni mucho menos su principal cliente, las tres compañías miran con atención la caótica situación que vive el país tras el regreso al poder de los talibanes.

Los bolsillos de los 37,5 millones de afganos dependen de la agricultura, pero también de la minería, del opio y del contrabando. La economía de Afganistán comenzó a despegar tras la invasión estadounidense de 2001. En los últimos años, sin embargo, se ha ralentizado. El país tiene buenas relaciones comerciales con China, pero sus principales socios siguen siendo India y Pakistán.

Con España, los lazos comerciales se reducen a nueve empresas importadoras y 13 exportadoras, según los datos de la Cámara de Comercio de España. Hay que tener en cuenta que la base de datos del organismo no se actualiza desde 2018 y que sólo figuran las compañías que quisieron facilitar esta información.

Entre las que venden sus productos en suelo afgano destaca Nestlé. La lista incluye a compañías biomédicas, fabricantes de material sanitario, a una empresa de cosmética y a las tres olivareras, entre otras. Algunas de ellas han contactado estos días con sus socios afganos para interesarse por su situación. Hace ocho días, los talibanes entraron en Kabul y tomaron el control del país tras 20 años de conflicto. Su ofensiva llega después de que el presidente de los Estados Unidos, Joe Biden, ordenase retirar las tropas estadounidenses. "No sabemos que va a pasar. Ni siquiera si la compañía que está al otro lado del teléfono sigue existiendo", asegura un empresario español que prefiere no identificarse.

El complicado mercado afgano

Los tres grupos olivareros confirman a Vozpópuli que este año han seguido operando en Afganistán. La sevillana BT está detrás de la marca de aceitunas Figaro. Vende sus productos en decenas de países. Está presente en Pakistán, India, Azerbayan, Emiratos Árabes Unidos o Qatar. Es, además, la compañía española que más tiempo lleva exportando aceituna al mercado afgano. Entró en el país a finales de los años 70 con "bastantes dificultades". Ahora vende aceituna verde y negra con "regularidad". "Sólo hubo un paréntesis de cinco o seis años, con el primer gobierno talibán", precisan desde la compañía. Aseguran que en los países musulmanes se consume más aceituna que en España y el resto del Mediterráneo.

Estantería de un mercado afgano con botellas de aceite Rafael Salgado (RS) y frascos de aceitunas Figaro, producidas por la empresa sevillana BT Exportaciones. Foto: Rafael Salgado.

Euroliva, la otra aceitunera sevillana, nació en 1968 de la mano de la familia Crespo. Hoy suministra sus productos a países de los cinco continentes. Su relación con Afganistán empezó en 2018, cuando un empresario afgano les propuso entablar una relación comercial. Desde entonces, envían contenedores con aceitunas en frasco dos veces por año, aunque reconocen que el país asiático "no es un mercado fácil" y no supone ni el 1% de su exportaciones.

El camino del aceite hasta Kabul

La única empresa española que en 2020 comercializó aceite de oliva en Afganistán fue la exportadora Rafael Salgado. En concreto, casi 400 toneladas. El negocio familiar comenzó en Madrid en 1875. Con el paso de los años, su impulsor, Rafael Salgado Cuesta, compró olivares en Andalucía y expandió el negocio. La página web de la compañía también recuerda que el empresario fue conocido por ayudar a Santiago Bernabéu a asegurar la financiación de las obras del estadio de Chamartín en 1944.

La aceitera trabaja hoy en unos 150 países de todos los continentes. En Afganistán se abrió paso por primera vez reexportando sus productos desde países como Dubai. Pero hace unos 20 años, comenzó a enviar contenedores directos a Afganistán. Fuentes de la empresa insisten en que en su negocio es "fundamental" visitar los países donde exportan. Los únicos que aún no han visitado por precaución son Somalia y Afganistán.

Latas de aceite Rafael Salgado, con el indicador 'Spanish oil', en el interior de un mercado de Afganistán. Foto: Rafael Salgado.

Normalmente, la aceitera se reúne con sus socios afganos en Dubai. Los afganos suelen comprar envases más pequeños que utilizan para usos cosméticos y alimentación. Debido a estas costumbres, Rafael Salgado comercializa latas de 100 y 175 mililitros, además de otros formatos más grandes. "Es muy complicado trabajar en el país, pero tenemos experiencia. El transporte hasta el almacén del cliente es complicadísimo. Ese contenedor tiene que ir a Karachi (Pakistán) y de ahí en camión a Kabul". Una vez que la mercancía llega a la capital afgana, los productos se distribuyen de una forma "muy primitiva" a través de varios empresarios locales y en los mercados mayoristas. Según la compañía, Rafael Salgado facturó más de 700.000 euros en Afganistán en 2020, batiendo sus récords de ventas en el país.

Respecto al avance talibán, las mismas fuentes creen que habrá un pequeño parón económico que durará hasta que la situación "se clarifique" y que no afectará a los negocios de sus socios afganos.

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