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CaixaBank lanzará el 13 de marzo la puja final por sus 4.000 millones de ladrillo tóxico

Seleccionará las primeras ofertas para cada uno de los tres pliegos en los que se ha segregado la operación. La intención del banco pasa por que los adjudicatarios firmen los contratos de gestión antes del verano.

CaixaBank
El presidente de Caixabank, José Ignacio Goirigolzarri. Europa Press

Fecha en rojo para una de las operaciones inmobiliarias más importantes del año. CaixaBank cribará el próximo 13 de marzo las primeras ofertas por hacerse con la gestión de una megacartera de 4.000 millones de euros en activos tóxicos ligados al ladrillo, según fuentes financieras consultadas por Vozpópuli.

Desde ese momento, la entidad arrancará la puja final para cada uno de los tres pliegos en los que se ha diseccionado el concurso y al que se han presentado los principales competidores del sector de los 'servicer' (como se conoce en el argot financiero a las sociedades que gestionan los activos inmobiliarios de los bancos) en la fase de ofertas no vinculantes. Fuentes oficiales de CaixaBank prefirieron no hacer comentarios al respecto.

El concurso ha atraído un gran interés y se han presentado compañías especializadas en la gestión de activos inmobiliarios como Haya, Solvia, Anticipa y Aliseda, Altamira y Servihabitat. También han concurrido más competidores, aunque de perfil medio, según fuentes próximas a la operación. Pero el 13 de marzo será clave para conocer si las apuestas son en firme y desde ese momento CaixaBank sólo escuchará ofertas vinculantes. La intención del grupo es que los adjudicatorios puedan firmar los contratos de gestión antes del verano.

El banco comunicará a los 'servicers' quiénes son los finalistas para pujar por cada pliego: gestión técnica, alquiler patrimonial y comercialización de activos. Los activos en cuestión son los incluidos en BuildingCenter, que es la sociedad inmobiliaria encargada de dar salida a los tóxicos inmobiliarios procedentes de CaixaBank. En la actualidad engloba activos por valor neto contable de entre 3.000 y 4.000 millones de euros, y está compuesta por un mix de activos residenciales, industriales y suelo, entre otros.

Empezar a gestionar desde el próximo año

Servihabitat gestiona en la actualidad la venta de estos activos para limpiar el balance de CaixaBank, que conserva un 20% del servicer y que controló al 100% hasta 2018. En ese momento, la entidad traspasó a Lone Star el 80% de su negocio inmobiliario valorado en aproximadamente 7.000 millones de euros.

El 'servicer' que comparte CaixaBank con Lone Star gestionará esta megacartera durante este año y los ganadores o ganador de cada pliego lo empezarán a hacer desde 2024. Servihabitat también opta a renovar el contrato, aunque lo lógico sería que alguno de los pliegos o incluso los tres se adjudicaran a un tercero para ahorrar costes, como señalan fuentes del sector. De este modo, la rebaja de las comisiones por las ventas de estos activos podría ser mayor.

El espejo de la Sareb

El espejo en el que se mira CaixaBank es el de Sareb. El conocido como banco malo sacó el último gran contrato de gestión de activos, justo antes de que el Estado tomara el control de la sociedad a través del Frob. La Sareb cambió las plataformas para la gestión y comercialización de un contrato de más de 25.000 millones en activos.

Los ahorros para el banco malo por el cambio de 'servicer' fueron del entorno del 20% en las comisiones. Precisamente una de las compañías que se reemplazaron fue Servihabitat, que durante años se encargó junto con Solvia, Altamira y Haya Real Estate de definir la estrategia para desaguar al banco malo de la ingente cantidad de activos tóxicos. En esta puja se impusieron Anticipa y Aliseda, plataformas inmobiliarias controladas por Blackstone, e Hipoges, controlada por KKR.

La subasta coincidirá en el tiempo con el fin a la disputa legal entre Lone Star y CaixaBank, precisamente por su alianza inmobiliaria. Tras más de tres años de desavenencias, la Corte Internacional de Arbitraje ultima el laudo sobre una reclamación de más de 300 millones del fondo al banco por discrepancias en la valoración de activos de Coral Homes. Ambos crearon esta compañía en 2018 para traspasar los activos adjudicados del banco y su filial Servihabitat.

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