BBVA advierte que la subida "agresiva" de tipos restringirá la demanda de crédito

No todo será positivo para los bancos con el ritmo histórico de subidas de tipos. BBVA incluye por primera vez en sus cuentas los riesgos de la "agresiva" subida del precio del dinero por parte de los bancos centrales para atajar la crisis de precios. Y advierte de dos efectos negativos sobre el negocio: la restricción de la demanda de crédito y el aumento de la tasa de morosidad.

"Los aumentos en los tipos de interés podrían afectar negativamente al grupo al reducir la demanda de crédito, limitando su capacidad de generación de crédito para sus clientes y provocando un aumento en la tasa de incumplimiento de sus contrapartes", recoge la entidad presidida por Carlos Torres entre los riesgos emergentes que podrían afectar a la evolución del negocio.

Es la primera vez que un banco incluye el posible impacto en sus cuentas de la política monetaria. Y en medio de las críticas por parte del ala dura del Gobierno a los beneficios récord y la presión de los clientes para que los grandes bancos empiecen a remunerar los depósitos.

El Banco Central Europeo (BCE) ha subido los tipos 300 puntos básicos en poco más de medio año. Un ritmo sin precedentes que se descuenta que se mantenga con otra alza de al menos 50 puntos básicos en la reunión de marzo. Este endurecimiento de la política monetaria, según BBVA, podría provocar una "significativa ralentización del crecimiento" incluso, una "fuerte recesión económica, así como crisis financieras".

También es la primera vez que un banco hace referencia a la crisis financiera en el contexto macroeconómico actual, después de la que se produjo en 2007. Y eso que la Comisión Europea descarta que Europa entre en recesión económica en sus últimas previsiones.

Riesgos por Turquía

El banco presidido por Torres vuelve a advertir a los inversores sobre los riesgos asociados a las condiciones políticas, económicas y sociales en Turquía. La crisis de precios en el país le costó unos 1.500 millones de beneficios en 2022 tras aplicar contabilidad por hiperinflación durante todo el ejercicio. Sin dicho efecto, el grupo habría rozado los 8.000 millones de ganancias y habría ampliado su resultado récord.

"Turquía hace frente a una crisis económica caracterizada por: una fuerte depreciación de la lira turca; una elevada inflación, un notable aumento del déficit comercial; el agotamiento de las reservas de divisas del banco central; y un coste creciente de la financiación externa", explica la entidad, que avisa de que la persistencia de estas condiciones económicas "desfavorables" en Turquía, tales como una inflación elevada y la devaluación de la lira turca, podrían elevar la morosidad en la filial, que cerró en el 5,1% en 2022, por encima del 3,4% medio del grupo.

Los precios en el país otomano se mantienen en niveles altos, con una tasa de inflación interanual del 64,3% en diciembre, aunque frenó respecto al mes anterior, cuando el ritmo de crecimiento de los precios se acercaba al 85%.

Terremoto

En cuanto al terremoto en Turquía, BBVA solo hace una breve referencia fuera de los factores de riesgo y subraya que ha aplicado los protocolos internos "necesarios para monitorizar la situación y comenzar a evaluar los impactos directos y futuros para el grupo".

En cualquier caso, descarta un impacto "relevante" porque su exposición directa a las zonas afectadas por el seísmo "no es significativa". "No obstante, no es posible realizar en estos momentos una previsión de los impactos futuros que puedan derivarse de esta situación. Dichos impactos, en su caso, se registrarán en los estados financieros del grupo en un momento posterior", aclara.

El banco ha invertido más de 8.000 millones en Turquía desde 2011. Desembarcó en el país con la compra de un 25,01% de Garanti a Dogus y General Electric. Y desde entonces ha aumentado su participación hasta hacerse con el 86% en 2022, cuando lanzó una opa voluntaria sobre las acciones que no controlaba.