El BdE propone pagar el paro durante menos tiempo para movilizar a los desempleados

El Banco de España (BdE) aborda en su Informe Anual 2022 uno de los grandes problemas de la economía española, el elevado paro, y busca soluciones para reducirlo. Una podría ser, tal y como se propone en el documento, pagar las prestaciones por desempleo durante menos tiempo (aumentando las cuotas mensuales para que al final el beneficiario acaba recibiendo lo mismo), lo que eleva las posibilidades de que los parados se reincorporen al mercado laboral.

La tasa de paro en España es persistentemente más elevada que en cualquier país de nuestro entorno. En concreto, se sitúa cerca del 13%, el doble que la media europea (6,5%). Para intentar reducirla "es importante revisar todos los elementos, las políticas pasivas y las activas, y pretendemos contribuir a ese debate empezando por las primeras", comentó Ángel Gavilán, director general de Economía y Estadística, durante la presentación del informe.

Las políticas pasivas son aquellas medidas que buscan mantener la renta de los desempleados mientras estos no tienen un empleo. En España, el principal instrumento son las prestaciones contributivas por desempleo. En 2022, estas supusieron el 70% del gasto total en políticas pasivas en nuestro país (19.623 millones de euros).

Las prestaciones contributivas por desempleo están disponibles para todos aquellos trabajadores que pierden su empleo de forma involuntaria y han cotizado al menos un año desde la última prestación. Su duración máxima oscila entre los 4 meses -para períodos cotizados de un año- y los 2 años -para períodos cotizados de 6 años o más-.

El Banco de España ha desarrollado "un microsimulador" para analizar si, sin reducir el nivel de protección de los parados, las prestaciones contributivas por desempleo pueden tener un impacto más positivo, con un incremento de la probabilidad de la reincorporación de los parados al mercado de trabajo. Y la conclusión es que sí.

Un porcentaje elevado agota las prestaciones

Primero el Banco de España ha estudiado cuál es la duración potencial máxima de la prestación a la que se tiene derecho. Entre 1987 y 2019, aproximadamente la mitad de los trabajadores que se iban al paro tenían derecho a una prestación de 4 o 6 meses. En el lado opuesto, un 18% de las nuevas prestaciones presentaban una duración potencial de 22 o 24 meses.

El segundo análisis que ha hecho el Banco de España es si los trabajadores agotaban esas prestaciones. Prácticamente la mitad de todos los parados que tienen derecho a una prestación de solo 4 meses, no vuelve al empleo antes de que se le termine. Este porcentaje se reduce conforme aumenta la duración potencial de la ayuda, al disponer su beneficiario de más tiempo para encontrar un nuevo trabajo. No obstante, incluso en las duraciones más largas (de 2 años), un 18% de los trabajadores la agotó.

Por otro lado, la cuantía puede ser constante o ser decreciente. "La evidencia histórica dice que una cuantía decreciente favorece un retorno de los parados al mercado laboral", explicó Gavilán. Sin embargo, "prácticamente el 90% de las prestaciones contributivas por desempleo en España eran invariantes en el tiempo. Es la misma el primer que el último mes que la recibes. Esto puede dar alguna pista de cómo modificar el sistema para favorecer la reincorporación del parado al mercado de trabajo", señaló.

En este sentido, después de esta caracterización, el BdE explora la posibilidad de ajustar algún parámetro en la "mejorable" configuración del sistema de prestaciones contributivas por desempleo para favorecer el retorno de los parados a un puesto de trabajo. Es ahí donde se considera un esquema en el que la duración de todas las prestaciones se reduce un 5%, al tiempo que el importe mensual se incrementa 2 puntos porcentuales.

El resultado del cambio es que "las probabilidades de reincorporación al empleo se elevan para todos los colectivos considerados, siendo el incremento mensual promedio de dicha probabilidad de 0,11 puntos porcentuales, aproximadamente". Este impacto positivo sería mayor para los beneficiarios con menos estudios y los de mayor edad. Además, "el impacto positivo agregado no diferiría de forma apreciable según la posición cíclica de la economía", sentencia del BdE.