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Economía

La trampa de la subida de las pensiones: el IPC no consolidará en 2018

Los pensionistas vizcaínos realizan su concentración semanal en demanda de unas pensiones públicas dignas.

La subida de pensiones del 1,6% que incluyó el Gobierno en los Presupuestos de 2018 se va a quedar a corta. Los precios se han situado en octubre en el 2,3% y parece poco probable que experimenten una gran caída de aquí a final de año. La situación obligará al Gobierno a compensar a los pensionistas, pero parece que el Ejecutivo lo hará en una sola paga y sin consolidar esa compensación en el gasto total del sistema, según han trasladado fuentes gubernamentales a Vozpópuli.

No es la única novedad, tampoco se usará el mes de noviembre para calcular la compensación, como se hacía antes, sino que se esperará a ver cómo evoluciona la inflación a final de año. De hecho, no se descarta usar la media del ejercicio para recoger así la nueva recomendación del Pacto de Toledo, que sugiere actualizar las pensiones en función del IPC real y no el de un mes concreto.

Antes de que se pusiera en marcha la reforma del PP del año 2013, las pensiones subían cada año lo que estimaba el Gobierno que iba a crecer el IPC. Esa subida se incluía en los Presupuestos de turno y se empezaba a aplicar en el mes de enero. Y al final del ejercicio, se utilizaba la inflación del mes de noviembre para calcular si la subida había sido suficiente o no para financiar el aumento del coste de la vida. Y se compensaba a los pensionistas si era necesario.

Casi 19.000 millones de déficit

¿Cómo se compensaba? Con una 'paguilla' que se recibía en enero y que se consolidaba en la nómina de los siguientes meses. Es decir, no se cobraba una sola vez, sino que se incorporaba a la nómina mensual de los pensionistas. Pero el Gobierno, por ahora, descarta esta opción, dado el maltrecho estado de las cuentas públicas, según ha podido saber este periódico.

Y es que la Seguridad Social acabará el año con un desfase en sus cuentas de casi 19.000 millones, según la última notificación enviada a Bruselas la semana pasada, incrementando de nuevo sus números rojos tras la pequeña moderación que se consiguió en 2017. Y las cosas no pintan muy bien para el futuro si se vuelven a ligar las pensiones al IPC de forma definitiva sin tomar otras medidas capaces de contener un gasto que no hace más que crecer.

La compensación se quedará en una especie de paga extra que no engordará la factura mensual del sistema

Así que la famosa 'paguilla' se quedará en eso, en una especie de paga extra que recibirán los pensionistas al principio de año, pero que no se repetirá en los meses siguientes. Con esto, el Gobierno quiere evitar otro aumento estructural del gasto, después de haber comprometido ya 3.000 millones más al año para las pensiones. 

Subir las pensiones un 0,25% al inicio del año costó 297 millones de euros. Subirlas de forma generalizada un 1,6% elevó la factura en 1.500 millones, según informó el Gobierno 'popular' a Bruselas en el actualización del Programa de Estabilidad. Y la mejora de las pensiones de viudedad, las no contributivas y las más bajas obligó a gastar otros 1.131 millones. En total, unos 3.000 millones de euros para mejorar las pensiones en 2018.

254 millones

Si la compensación no se consolida, se pagará una sola vez. Supondrá un gasto, de eso no hay duda, pero al menos ese gasto no engordará la factura mensual de las pensiones. Según los cálculos de la Autoridad Independiente de Responsabilidad Fiscal (AIReF), la compensación costará 254 millones y consolidarla en la base para subir las pensiones en 2019 costaría otros 265 millones. 

La AIReF plantea otros dos escenarios en los que la inflación sube algo menos, un 1,7%, y algo más, un 1,9%, pero ninguna cifra coincide con la del Gobierno, que considera que la compensación costará 352 millones. La diferencia, en el escenario central, es de 166 millones. Quizá por el hecho de que el Gobierno no tiene en mente consolidar la compensación en el gasto total del sistema y la AIReF hizo sus cálculos pensando que sí lo haría.

Lo que está claro es que si finalmente no se consolida la compensación en la nómina mensual de los pensionistas, acabarán perdiendo poder adquisitivo en 2018 porque no subirán lo mismo que la inflación. No perderán mucho porque las pensiones ya han subido un 1,6%, pero algo perderán. Sin embargo, muchos expertos llevan tiempo avisando de que hay que aceptar cierta pérdida si se quiere asegurar el sistema de pensiones.

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