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Economía

Slim se asegura cobrar los intereses de los 1.100 millones que le debe Koplowitz

Carlos Slim, flanqueado por Esther Koplowitz (a su derecha) y Esther Alcocer Koplowitz, presidenta de FCC

La vuelta del dividendo de FCC tiene un beneficio obvio para Carlos Slim, en su condición de socio mayoritario del grupo de servicios y construcción, pero también una segunda ventaja sobrevenida por su papel de acreedor de la segunda mayor accionista, la otrora dueña de la compañía, Esther Koplowitz. El cobro de la retribución permitirá a la empresaria pagar, al menos, los intereses de los dos préstamos relacionados con su participación en la compañía, justamente dos años antes de que llegue su vencimiento. En estos últimos años, Koplowitz no ha podido atender el servicio de la deuda por la ausencia del dividendo de FCC, que constituía antaño su principal fuente de ingresos.

Fueron precisamente esos impagos los que permitieron a Slim hacerse con el préstamo que Esther Koplowitz tenía con Bankia y BBVA, asociado a su participación histórica en la compañía. En 2016, la empresaria logró refinanciar el crédito, cuyo principal asciende a unos 850 millones de euros, pero el empresario mexicano formalizó con las dos entidades financieras un acuerdo de compra-venta del préstamo. Una de las condiciones que permitían ejecutarlo era un impago continuado de los intereses por parte de Koplowitz.

El pasado año, Control Empresarial de Capitales, sociedad que forma parte del conglomerado financiero de Slim, anunció la adquisición de esta deuda en una operación que ascendió a 600 millones de euros, es decir, que incluyó una quita cercana al 30%. Fuentes del mercado señalaron por entonces a Vozpópuli que, desde la refinanciación del préstamo, Koplowitz no había pagado los intereses.

Por entonces, el dividendo de FCC no estaba ni tampoco se le esperaba, dado que el grupo aún registraba pérdidas anuales producto de su proceso de saneamiento y que los compromisos adquiridos con los bancos acreedores de la compañía para levantar el veto a la retribución al accionista no se cumplían.

Con Slim de acreedor sí hay dividendo

Sin embargo, el panorama ha cambiado con Slim de acreedor. A finales de esta semana, FCC anunciaba la vuelta al dividendo tras cerrar 2018 con su mejor resultado en siete años, en parte propiciado por la venta del 49% de su filial de ciclo integral del agua Aqualia, la joya de la corona del grupo.

Una vez deducidos los impuestos, el dividendo permitirá a Esther Koplowitz ingresar en torno a 25 millones de euros por este concepto.

Si Slim hace buena la intención que manifestó en Madrid el pasado año, en su primera comparecencia ante la prensa desde que aterrizó en el capital de FCC en noviembre de 2014, el dividendo llega para quedarse, ya que el empresario mexicano rechazó la posibilidad de una retribución al accionista de va y viene. "Solo empezaremos a dar dividendo si estamos seguros de que lo podremos mantener en los siguientes años".

Un escenario que permitirá a Koplowitz ponerse al día, al menos con los intereses, hasta 2021, cuando vencen los dos préstamos con Slim.

Evitar la dilución... y la ejecución

Porque al adquirido a Bankia  y BBVA se une el que le concedió el propio Slim a Koplowitz en el marco de la segunda ampliación de capital que realizó FCC tras la llegada del empresario azteca. Para evitar que la participación de la histórica accionista del grupo se volviera a diluir, como había sucedido en la primera ampliación, y ante su falta de liquidez para acudir a la operación, Slim formalizó un préstamo de 240 millones de euros a cinco años, con un interés del 5% anual, que también vence en 2021.

Este crédito fue amortizado en parte con la venta de un 2,5% de FCC por parte de Koplowitz, que además no tuvo que disponer de la totalidad del crédito para acudir a la ampliación. Como el préstamo contempla un pago único de principal e intereses a su vencimiento, la teórica estabilidad del dividendo de la compañía permitirá a la empresaria afrontar al menos los intereses y refinanciar el principal pendiente (algo más de 100 millones de euros) en condiciones aceptables.

Este escenario también aleja la posibilidad de una ejecución de garantías por parte de Slim al vencimiento de los préstamos. Las prendas se basan en las acciones de FCC que están en manos de Esther Koplowitz. A los precios actuales de mercado, en ambos casos permitirían compensar la deuda de la empresaria con el principal accionista del grupo.

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