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Economía

Mayo registró la peor tendencia de creación de empleo desde 2013

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Mayo es tradicionalmente el mejor mes de año en creación de empleo porque es cuando se activa el sector servicios, es decir, el mayor potencial del modelo de crecimiento económico basado en la hostelería y el turismo. Casi cinco ejercicios después de la recuperación económica, sigue mostrándose el mismo patrón en el mercado laboral propiciado por una reforma laboral que permite crear más empleo con menos crecimiento, pero más precario y, en su mayor parte, estacional.

Así, cuando llega el buen tiempo y luce el sol, sube la estadística del empleo, y cuando viene el otoño y el verano, se destruye a marchas forzadas. Y lo que queda, sobrevive a costa de peores condiciones laborales. Todo seguirá igual, año tras año, mientras no haya un cambio de modelo de crecimiento potenciando, por ejemplo, una mayor representación en el PIB del sector industrial que evite contundentes ajustes como en el de las últimas recesiones. El caso es que, a pesar de los bajos sueldos y de la flexibilidad en la entrada y salida del mercado laboral, sólo crece el empleo a corto plazo.

Según los datos del Ministerio de Trabajo, la afiliación media a la Seguridad Social creció en mayo en 211.752 personas (1,10%) respecto al mes anterior hasta los 19.442.113, una cifra similar a que se registraba en mayo de 2008 a poco más de 60.000 del récord histórico de 2007 (19,5 millones) al inicio de la crisis. Hasta aquí las buenas noticias, porque hay mucha letra pequeña. Por ejemplo, no se puede comparar la calidad contributiva de ambas cifras ya que en términos constantes ahora se recauda mucho menos que hace 12 años por la precariedad laboral así como los bajos sueldos y cotizaciones.

Además, se percibe claramente, aunque se trate del mejor mes del año para el empleo, un cierto cansancio en la creación de puestos de trabajo, que coincide con la desaceleración económica y que podría ser mayor que la que se ha dicho ante la inminencia electoral. Sólo hay que ver cómo re reduce el consumo de los hogares y el sector exportador ante los vaivenes de la guerra comercial norteamericana y de China, la incertidumbre del brexit, o el alza del petróleo.

Los datos de mayo de empleo son buenos, pero los del año pasado fueron mejores con 237.207 afiliados nuevos (1,27%) o los 223.207 de 2017 (1,23%). Los datos interanuales dicen algo parecido: hay 526.446 cotizantes más ahora que hace un año (2,78% más), pero hace un año respecto al anterior el alza era de 570.254 (3,11%) y de 683.575 (3,87%) en 2017. Por tanto, se trata del menor crecimiento desde 2016 tras cinco años consecutivos de alza del PIB. Luego, algo está pasando que reduce el crecimiento del empleo y, lo peor, sus expectativas.

Así, según las cifras oficiales, la tendencia empeora. En términos desestacionalizados, es decir, corrigiendo los efectos de la época del año y los días festivos y considerando mayo como un mes homogéneo con los demás, sale que el empleo creció en 26.549 personas. Sin embargo, el alza tendencial era de 56.891 en ese mismo mes del año pasado; en 2017, de 55.940; en 2016, de 35.658; en 2015, de 54.762: en 2014, de 49.075; y en 2013, de 5.659. Es decir, la tendencia de la creación de empleo ha empeorado, es ahora menos de la mitad que la que se registraba hace un año. Sólo existe un dato más bajo en mayo de 2013 en plena segunda recesión.

Es la hostelería, que ya tiene 1,5 millones de afiliados que entran y salen, quien lideró ese crecimiento del empleo con más de 76.000 nuevos, 2.000 más que hace un año. Unos mil más subieron, hasta situarse por encima de las 23.000, en las actividades administrativas y otros 16.000 más en las actividades sanitarias y sociales asociadas al turismo y el verano (hasta 16.000, 10.000 más que en mayo de 2018) Y es curioso que el comercio haya registrado 3.000 afiliados nuevos menos que hace un año; 1.500 menos la industria manufactura; y, sobre todo, que la afiliación de la construcción sea en mayo de 2019 inferior en casi 11.000 personas que en el mismo mes de 2018. Lo que significa que estos sectores han empezado a pichar ya en duro.

También resulta curioso el dato del número de bajas en el último día de mes. Si en mayo de 2018 se despidieron a 190.829 personas, en 2019 ha llegado a 270.490. La única diferencia es que en 2019 cayó en viernes, pero ambas cifras confirman que la rotación sigue siendo muy elevada.

En cuanto al paro registrado, aminora la caída del año pasado en la agricultura, industria o la construcción. Mientras, aumenta el descenso en los servicios y entre el colectivo de Sin Empleo Anterior, que encuentran su refugio laboral en la hostelería estacional. El desempleo bajo en este mes en 84.000 personas, prácticamente la misma que hace un año. Descontada esta última cifra, la de mayo de 2019 es la bajada más modesta desde 2012. En tasas anual se percibe también la ralentización: mientras que en mayo de 2019 el descenso del paro fue del 5,3%, en el mismo mes de 2018 superó el 6% y, por ejemplo, en 2017 alcanzó el 11% mientras que en años precedentes la media llegó el 7%.

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