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¿Dumping de queso? Ganaderos atemorizados por la invasión de Francia, Alemania y Holanda

Quesos de cabra de Mouriès, Baux de Provence, Francia

El sector lácteo sigue convulso cuando se cumplen 3 meses del fin de las cuotas lácteas y el libre mercado impera en un mundo siempre acostumbrado al control de la producción a través de las cuotas. Este 1 de julio han terminado algunos contratos de compra de leche en importantes zonas productoras como Galicia o Cantabria y la Unión de Pequeños Agricultores (UPA) ha alertado del peligro de que "300.000 litros de leche al día puedan quedar sin recoger". Esta cifra, pese a ser voluminosa, apenas representa un 2% de la producción diaria total de leche en España.

Para la asociación agraria, esta situación "se debe a la entrada masiva de queso desde Alemania, Francia y Holanda, a precios muy por debajo de lo que cuesta producir y que ante el cierre del mercado ruso buscano un 'mercado sumidero' en España, incurriendo en la práctica prohibida del dumping", eso es, 'inundar' un mercado con producción por debajo del precio de coste con el objetivo de eliminar a la competencia y entonces poderse quedar con ese mercado y volver a subir precios.

La asociación agraria señala con el dedo a Leche Río, que ha dejado de comprar a explotaciones, asegura, "porque no dan la calidad"

UPA está a punto de anunciar su calendario de movilizaciones para el mes de julio, en el que pretende alzar la voz de "entre 3.000 y 4.000 ganaderos de Galicia principalmente, la cornisa cantábrica y Castilla y León con cotizaciones muy por debajo de la media nacional". UPA -calificada por muchos en el sector como "sindicato agrario"- señala con el dedo a una de las industrias lácteas más conocidas del país: Leche Río. Según aseguran, la industria lucense "ha dejado de recoger la leche a los ganaderos incumpliendo sus compromisos". En efecto, este viernes Río dejó de comprar a 22 explotaciones gallegas alegando que no cumplían los mínimos de calidad (medidos en índices de proteínas y de materia grasa). Vozpópuli se ha puesto en contacto con el polémico empresario Jesús Lence, presidente de Río, quien explica de esta manera su medida: "El 95% de los ganaderos mantienen su calidad y volumen tras el fin de las cuotas, pero hay un 5% de ganaderos a los cuales recogemos que han bajado la calidad y han aumentado la producción hasta doblarla. Ganaderos que en febrero y marzo daban un 3,5% de grasa, en mayo nos daban un 3,1%. Por tanto, se han tomado la libertad de bajar la calidad por su cuenta y riesgo y por ello hemos decidido no comprarles más leche".

Fuentes bien conocedoras del sector aseguran que Río "siempre ha tenido muchos enemigos como industria dado que siempre han trabajado con independencia comprando, por ejemplo un camión cisterna de leche a Francia si veían que lo tenían a buen precio. Eso los productores aledaños de su zona no se lo perdonan".

Sector convulso

Río y sus productoras aledañas gallegas no son los únicos ejemplos de este sector convulso. Hace unos días, las tres cooperativas cántabras más importantes y los sindicatos agrarios de la zona acudieron a Madrid para reunirse en el Ministerio de Agricultura. Según fuentes presentes en la reunión, "se planteó la situación que tenían las cooperativas, con el miedo a dejar sin recoger unos 50.000 litros a partir del 1 de julio". De este excedente de leche, buena parte se va para fabricar leche en polvo, pagándose a un precio en torno a los 20 céntimos el litro (el precio de coste, aseguran está por encima de los 30 céntimos). Según fuentes agrarias, Agricultura se comprometió "a interesarse por el asunto y hablar con la industria para que no paguen un precio de 20 céntimos que es insostenible. Pero sin garantizarnos nada porque ellos ni compran leche ni son los dueños de las industrias".

El organismo público también insistió a las cooperativas en la necesidad de que transformen la leche en productos derivados para dar salida al excedente.

En realidad, el fin de las cuotas lácteas afecta, y mucho, a la estabilidad del sector aunque en Leche Río aseguren que compran lo mismo y al mismo precio. "Cada industria tiene la potestad de comprar donde quiere, y al desaparecer porque Europa lo decide así, el mercado queda totalmente libre. En el caso de los quesos no es algo nuevo, sino que viene de muy atrás. Se pone queso en España a precio de derribo desde hace años, y un kilo de queso son 10 litros de leche, por lo que un tráiler completo de queso equivale a 300.000 litros de leche", comenta Gaspar Anabitarte, responsable del sector lácteo de COAG, para quien los precios nunca han estado tan bajos como ahora y la conflictividad "no ha hecho más que empezar".

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