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El nuevo 'superregulador' copia la cúpula que PwC aconsejó a Telefónica

La cúpula del futuro 'superregulador' diseñado por el Gobierno, la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC), se parecerá mucho a la que recomendó en febrero pasado la consultora PwC a Telefónica en un informe sobre la reforma de los organismos reguladores encargado por la operadora y publicado justo antes de que el Ejecutivo anunciase las líneas maestras de la reforma.

La nueva versión del anteproyecto que el Gobierno ha remitido al Consejo de Estado, tras atender parcialmente a las críticas expresadas al borrador inicial por numerosos sectores, ha concretado el esquema institucional del nuevo organismo, y este es prácticamente idéntico al que aconsejó PWC, al prever la creación de cuatro direcciones generales con atribuciones muy similares a las que preveía el citado informe: Competencia; Telecomunicaciones y Audiovisual; Energía; y Transportes y sector postal.

No es la única novedad de la nueva versión del anteproyecto, que el Gobierno presentó en febrero como inminente y que retocó en julio tras las sugerencias recibidas, incluyendo las de la Comisión Europea, que en su evaluación del programa español de reformas, a finales de mayo, advirtió de que "el proyecto de ley que crea la CNMC Comisión Nacional de Mercados y Competencia no garantiza que ese órgano llevará a cabo su actividad reguladora de manera eficiente e independiente".

Entre las cuestiones pendientes de decidir está la redacción de la función 14, que permite vetar operaciones energéticas

Así, el nuevo anteproyecto matiza la polémica cláusula residual de competencias de los primeros borradores. La primera versión del anteproyecto dejaba en manos de los ministerios sectoriales todo aquello que no fuera competencia expresa de la CNMC, y ahora esta cláusula se invierte: la CNMC conservaría todas las competencias de los organismos extintos, a no ser que hayan sido expresamente devueltas a los ministerios.

Entre las cuestiones que todavía quedan por despejar está el futuro de la denominada función 14, el poder de veto que actualmente tiene la Comisión Nacional de la Energía (CNE) sobre determinadas operaciones de concentración en el sector energético y que inicialmente se encomendaba a Industria. La redacción de esta función, que despierta suspicacias en Bruselas (porque puede suponer una golden share encubierta), sigue "pendiente", señala el anteproyecto.

El texto contempla la posible ampliación de los plazos de los procedimientos que instruyen los actuales reguladores (por ejemplo, expedientes sancionadores), para que estos no caduquen, y un régimen de transición para el traspaso de poderes de los antiguos organismos al nuevo, que puede hacer que la CNMC no esté en marcha hasta el próximo verano.

La CNMC, que dependerá del Ministerio de Economía (aunque la reforma la ha liderado la vicepresidencia de Soraya Sáenz de Santamaría), agrupará bajo un único paraguas a la Comisión Nacional de la Competencia (CNC), la CNE, la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) y la Comisión Nacional de Servicios Postales (CNSP). El futuro organismo también absorberá otros tres organismos creados en 2011 pero que no han entrado aún en funcionamiento: el Comité de Regulación Ferroviaria (CRF), la Comisión de Regulación Aeroportuaria (CRA) y el Consejo Estatal de Medios Audiovisuales (CEMA).

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