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Economía

El ejército reconoce no tener un sistema fiable para defenderse de los drones

Dron del tamaño de un colibrí para espiar conversaciones

El ejército español no tiene armas para enfrentarse a la amenaza de los drones, cada vez más utilizados tanto en el ámbito militar como en el terrorista.

"Ningún sensor o tecnología es capaz de detectar e identificar esta amenaza con suficiente fiabilidad", . Es la cita literal reflejada en el acta del 'V Congreso Nacional de I+D en Defensa y Seguridad' celebrado a finales del año pasado, un foro de intercambio de conocimientos entre los agentes involucrados en el ámbito de la I+D+i de la defensa y la seguridad de nuestro país. El acta ha sido publicada ahora por el Ministerio de Defensa.

El documento, de más de 2.000 páginas, reconoce también la necesidad de "seguir investigando en nuevas tecnologías e hibridaciones" para solventar este problema.

Es muy importante conseguir el dron atacante intacto, dado que porta información que porta puede ayudar a conocer el motivo del ataque, quién está detrás del mismo y las técnicas utilizadas para ejecutarlo

El Ministerio de Defensa explica en este texto los métodos más comunes para defenderse de la amenaza de los drones de forma no destructiva (absteniéndose de la artillería). Este punto es muy importante para hacerse con el dron intacto, dado que porta información que puede ayudar a conocer el motivo del ataque, quién está detrás del mismo y las técnicas utilizadas para ejecutarlo.

Sistemas de defensa contra drones

Rayos láser: consiste en transmitir luz hacia el dron, dependiendo de la potencia empleada se dañar el sensor electroóptico para que la aeronave pierda el control. Una aplicación demasiado intensa puede destruirlo. Para utilizar este sistema se necesita una línea de vista directa con el objetivo y conocer su posición con precisión. Por este motivo no funcionará correctamente en situaciones de orografía compleja, o zonas con bosques y edificios.

Jammers: son equipos diseñados para transmitir señales de radio con el propósito de generar interferencias. El objetivo es impedir que el dron se comunique con el operador en tierra o la base desde la que se controla. Cuando se utiliza este tipo de ataque los drones suelen aterrizar o regresar al punto de partida, aunque esto no sucede siempre.

Spoofing: esta técnica genera y envía una señal satelital falsa al dron. Esto permite moverlo donde se desee, siempre que sea 'engañado' y se deje guiar por la nueva señal 'satelital'.

Operaciones de búsqueda de soldados extraviados en zona de guerra, ataque selectivo a objetivos concretos, control de viñas o el salvamento de supervivientes en zonas afectadas por desastres naturales son algunos de los ejemplos de su uso actual.

Hacking: el objetivo vulnerar el enlace de datos del dron. Se podría decir que es un ataque cibernético contra la aeronave, todo para tener el control sobre él.

Microondas de alta potencia (HPM): se basa en la transmisión de microondas de alta potencia. Los efectos causados van desde la interrupción temporal de la comunicación del dron con la base hasta la destrucción física de la electrónica no protegida del aparato.

Los drones ya se utilizan en la industria militar y civil. Operaciones de búsqueda de soldados extraviados en zona de guerra, el ataque selectivo a objetivos concretos, el control de viñas o el salvamento de supervivientes en zonas afectadas por desastres naturales son algunos de los ejemplos de su utilización actual.

Su integración en ambos ámbitos, tanto el militar como el civil, es precisamente lo que espolea al ejército para encontrar vías de control sobre estas aeronaves. En el futuro será muy común ver drones sobrevolando los cielos.

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