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Economía

El consejo de Pescanova firma la paz con la banca para frenar la liquidación de la compañía

Una de las plantas de Pescanova.

Se acabó la guerra en Pescanova. El nuevo consejo decidió bajar los brazos y retirar su propuesta que pretendía elevar la participación de los accionistas (tanto consejeros como minoritarios) desde el 5% al 20% en la estructura de la nueva Pescanova. Esta era una de las condiciones que solicitaba el G7 bancario (Sabadell, Popular, Caixabank, BBVA, Bankia, Abanca y UBI Banca), que detentará la mayoría de la nueva compañía, para retirar su amenaza de dejar caer Pescanova y comenzar su proceso de liquidación.

El consejo hizo público este martes su decisión, mediante un hecho relevante a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). En dicho texto, los actuales rectores esgrimen que su propuesta "resultaba plenamente compatible con las previsiones de los Convenios, al ir referida a cuestiones accesorias que no afectaban a los términos esenciales de éstos, según confirmaron los asesores jurídicos de la Sociedad y sendos dictámenes elaborados por dos catedráticos de Derecho Mercantil que fueron requeridos al efecto". "Esta circunstancia, unida al entendimiento por parte del Consejo de Administración de sus deberes de lealtad hacia los accionistas de la Sociedad, que en su mayor parte fueron también víctimas del engaño contable desvelado a principios del año 2013", continúa el hecho relevante, "llevó al Consejo a promover un proceso de negociación con el G-7 con el fin de tratar de consensuar los principales términos de la Propuesta y sus posibilidades de implementación".

"En ningún momento se apreció receptividad a la Propuesta", prosigue la nota, "y, finalmente, con fecha 10 de agosto de 2015 el Consejo de Administración recibió un burofax de las entidades integrantes del G-7 por el que se rechazaba de forma categórica la Propuesta, pese a reconocer que "pueda resultar más atractiva para los accionistas de Pescanova", por entender que la misma supondría una desviación unilateral de lo acordado en los Convenios. Y para el caso de que la Propuesta fuera presentada aun con carácter subsidiario o alternativo a la Junta General, el G-7 anuncia el posible ejercicio de las acciones legales que pudieran corresponderles en defensa de sus derechos e intereses, incluyendo las de declaración de incumplimiento de los Convenios".

"Con el único fin de evitar cualquier eventual riesgo para la continuidad y permanencia del grupo Pescanova, el Consejo de Administración ha decidido no presentar la Propuesta a la Junta General", asegura el Consejo en su notificación a la CNMV

"Como consecuencia de ello, y con el único fin de evitar cualquier eventual riesgo para la continuidad y permanencia del grupo Pescanova, el Consejo de Administración ha decidido no presentar la Propuesta a la Junta General y someter a ésta exclusivamente unas propuestas de acuerdo en los términos previstos en los Convenios", explica la notificación del consejo. Estas propuestas serán hechas públicas con la convocatoria - que tendrá lugar en los próximos días - de la Junta General, que se celebrará a finales de septiembre.

Jacobo González Robatto, el hombre fuerte de la banca para controlar el cumplimento del convenio, no ha descartado la liquidación de la compañía, según ha transmitido en varias ocasiones. Entre sus argumentos destaca las importantes pérdidas que han tenido que soportar las entidades en el proceso de refinanciación de Pescanova, frente a su deuda inicial que alcanzaba los 3.500 millones. Tras la aplicación de las diferentes quitas a la matriz y filiales, además de una inyección de capital de 25 millones y un préstamo senior por valor de 125 millones al 15% de interés con una comisión adicional de 300 millones a pagar en 20 años, la nueva Pescanova nacerá con una deuda de 1.425 millones. Una cifra que la banca acreedora espera recuperar siendo propietaria del negocio.

Entre 2010-12, Pescanova ha pagado más de 700 millones en intereses a sus acreedores, de los que el G7 recibió más de 200 millones, según los cálculos de la Asociación de Accionistas Minoritarios de Pescanova (AMAP) . Además, la compañía debe abonar a la banca un total de 300 millones, dentro de 20 años, una vez que se produzca el vencimiento del préstamo senior de 125 millones, que forma parte del último capítulo del salvamento de la antigua matriz y filiales de Pescanova. De estos 300 millones, el G7 recibirá 150 millones. De esta manera, la pérdida de los grandes bancos españoles en la nueva Pescanova alcanzaría los 300 millones, a los que habría que restar los intereses que perciban durante los 15 años de vigencia del préstamo senior que devenga un 15% de interés anual.

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